El tema de la educación va más allá del simple hecho de enviar a los niños y jóvenes a las escuelas de cualquier nivel educativo; el educar a una persona debe tener como base la formación de nuevos individuos capaces de contribuir al desarrollo de una sociedad determinada, ser capaces de ver el fondo de los problemas, además ser capaces de poder resolver esa misma problemática que aquejan a la sociedad.
Formar jóvenes preparados para hacer frente a la gran desigualdad que vivimos en México no es fácil, se requiere de constancia y preparación, un plan enfocado en educar a millones de niños y jóvenes, donde se garantice la inclusión de cada persona capaz de estudiar.
En México, la población estudiantil de 3 a 29 años suma 54.3 millones de los cuales solo estaban inscritos 33.6 millones de estudiantes de nivel preescolar hasta el superior en el ciclo escolar 2019-2020; según datos del INEGI, de su Encuesta para la Medición del Impacto COVID-19 en la Educación, 738.4 mil no concluyeron el ciclo escolar; 98.2 mil de preescolar; 146.1 mil de primaria, 219.2 mil de secundaria; 181.3 mil de educación media y 89.9 mil de superior, las razones fueron en su mayoría por la falta de recurso ante la pérdida del empleo por algún familiar, esa fue una de las principales causas por esta deserción; para el ciclo escolar 2020-2021 el número de estudiantes inscritos aumentó en 700 mil estudiantes carentes de una educación para su buen desarrollo intelectual.
El Gobierno de México, encabezado por Andrés Manuel López Obrador, debe garantizar por todos los medios, la educación de los millones de niños y jóvenes en edad de estudiar y dejar de repartir dinero a manos llenas porque no solo es el problema educativo en México, sino que el país tiene un problema enorme en el sector: la falta de un empleo formal, que hace imposible que los jóvenes sigan estudiando, y terminan por optar en emplearse, pero, no solo es la falta de empleos, los pocos que hay, no cuentan con un sueldo digno, capaz de solventar las carencias que tienen en sus hogares millones de familias mexicanas, y prueba de esto son los datos presentados recientemente por la Comisión Nacional del Sistema de Ahorro para el Retiro (CONSAR), en mayo de este año se registró una salida de mil 942.7 millones de pesos de las Afores por retiros de desempleo. Los retiros que se presentaron en mayo son los segundos más altos en lo que va del año, sólo detrás de marzo de dos mil 025.7 millones de pesos.
La tasa mensual representó un incremento de 10.7 por ciento, ya que en abril se tuvo una disminución en la salida de recursos de las Afores. Con estos datos podemos darnos cuenta de la difícil tarea que se nos presenta, ante un panorama carente de intervención gubernamental, las medidas que el gobierno de la 4T ha tomado para poder combatir esta deficiencia es incapaz de poder siquiera disminuir el abandono escolar, el incremento a la canasta básica, la inflación por arriba del 8.16 por ciento, la más alta en 21 años; con datos tan duros debemos ver que no basta con repartir dinero a diestra y siniestra, el problema de la educación va más allá de dar dinero.
A López Obrador, la realidad le ha marcado en múltiples ocasiones que está equivocado y debe de buscar alternativas para evitar que la inconformidad de la gente siga creciendo.
Un cambio en el modelo económico es una solución infalible, un reparto de la riqueza equitativo, con un proyecto de nación bien definido, donde todos los mexicanos sean parte de este cambio y sobretodo lo más importante, que sean capaces de defender este proyecto; solo un pueblo organizado puede contribuir y cambiar las condiciones materiales de una nación, no es un imposible, solo que la clase poderosa de este sistema capitalista busca a toda costa seguir manteniendo su nivel de vida, aunque esto le cueste su vida a millones de trabajadores. No lo permitamos más.
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