MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

Concurso Nacional de Voces, un canto de protesta

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Nuestra sociedad vive en un constante ciclo vicioso, millones de mexicanos día a día repiten la misma rutina, sobre todo los que viven en las ciudades de los distintos estados de la república, con un ritmo de vida que se ha mecanizado: despiertan, salen a trabajar desde muy temprano y regresan a sus casas a altas horas de la noche, cansados del trabajo pesado, pero tal vez con unos cuantos pesos en la bolsa para el alimento de su familia y de él. 

Bueno fuera que ese salario miserable les alcanzara para una tarde de cine o simplemente darse el gusto de comer un helado. Pero en casa a veces hay que elegir entre comer carne o comerse un postre. Así de ruda es la realidad de millones de mexicanos. Así viven millones de mexicanos: el INEGI dice que el 43.9% de los mexicanos vive en pobreza o datos mas alarmantes que auguran que al final del 2022 la pobreza aumentará en un 2.3%; es decir, 2 millones 500 mil mexicanos más. Esto según la proyección de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal).

Ese ritmo de vida ha hecho que la sociedad completa deje de contemplar la belleza que nos rodea: no miramos el cielo, no percibimos lo que ocurre a nuestro alrededor, pues la mente la tenemos ocupada solo en llegar puntuales a nuestras diversas actividades, para que no nos descuenten el día en nuestro trabajo. 

Quien nos ha sometido a eso es el sistema capitalista que predomina en todo lugar donde hay un explotado. Mientras los dueños de las empresas se quedan con gran parte de la ganancia, mientras sus hijos sí tienen oportunidad de recrearse en actividades diversas, los hijos de los trabajadores solo tienen oportunidad de salir a la calle a jugar, siempre y cuando la comunidad no tenga un alto índice de delincuencia. Pero datos tan reveladores como el que dice que México ocupa el cuarto lugar en el índice de países con mayor criminalidad, de acuerdo con el Índice Global en Delincuencia Organizada. No nos da oportunidad siquiera de dormir tranquilos.

Que bello seria si después de la jornada laboral pudiéramos reunirnos en la sala, en el patio o alrededor de una fogata y poder cantar, tocar y disfrutar de diversas melodías, como se hacía en la época de la Revolución en nuestro México. Sin embargo, la preocupación del qué comer, cómo curarnos, del día a día, pues, solo nos deja energía para llegar a cenar y dormir para recuperar las fuerzas perdidas.

Los mexicanos debemos de hacer “como la cigarra”: “cantando al sol como la cigarra, después de un año bajo la tierra igual que el sobreviviente que viene de la guerra“ de la gran compositora María Elena Walsh. Esa letra contiene una enseñanza maravillosa: después de toda la opresión que se nos impone a través de las largas jornadas laborales, después de tanta contaminación musical, después de tanto agotamiento, deberíamos tratar de cantar; cantar por gusto, cantar de alegría o por qué no cantar hasta para desahogar una honda tristeza.

El movimiento Antorchista Nacional se ha propuesto la tarea de hacer que todos los mexicanos canten. Es por eso que en todos los rincones ha buscado a los cantantes del pueblo, ya sean niños,  jóvenes, adultos trabajadores, amas de casa o profesionistas. Sin duda es maravilloso estar en los encuentros de voces organizados por el antorchismo y ver cómo le devolvemos el placer de cantar a muchas personas, quienes nos regalan bellísimas interpretaciones de canciones de grandes compositores mexicanos, quienes han escrito hermosísimos versos acompañados de bellísimas melodías. Canciones de amor y desamor o canciones que describen un lugar como “caminos de Guanajuato” del gran compositor José Alfredo Jiménez, al que todos conocemos, o canciones como “Yo soy mexicano” del gran compositor “Manuel Esperón”, las cuales hacen una descripción de ese charro bravío que caracterizó la época de construcción de identidad en nuestro país.

Tan grande es la tarea del Movimiento Antorchista Nacional al impulsar el canto como una acción de protesta, que queremos que todos los mexicanos canten para que el sistema capitalista, los dueños de las fábricas y el gobierno, no silencien sus sentinientos, porque, como lo dice un fragmento de la canción “Si se calla el cantor” de Horacio Guarany, “calla la vida”: “Que no calle el cantor porque el silencio cobarde apaña la maldad que oprime, no saben los cantores de agachadas, no callaran jamás de frente al crimen”. 

Y así lo hecemos los antorchistas y nuestros cantos deben ser elevados como un grito de protesta, contra este sistema opresor, contra esas injusticias que sufren millones de mexicanos. El canto es un grito de libertad, nuestras voces deben servir para denunciar siempre todos los atropellos que sufrimos a causa del sistema económico dividido en clases y de las malas decisiones de nuestros gobernantes representantes de ese injusto sistema económico.

Cantemos siempre, en todo momento. Tal es la tarea que nuestra querida organización tiene para cada uno de nosotros.

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