Es un hecho repetido una y otra vez que al presidente López Obrador le molesta, le enfurece y agarra tirria a todo lo que sean críticas a su persona o a su gobierno por los errores que se han cometido en su administración. Y se dice que, no es cosa de ahora como gobernante nacional; sino su visión de siempre: imponer sus opiniones y acciones. Ese es el modo de operar de nuestro presidente, ni más ni menos de quién conduce los destinos de nuestro país; un ejemplo de ello es el manejo de la pandemia, cuando empezó, el gobierno morenista no la enfrentó de manera seria y responsable, en su lugar se recomendaban estampitas milagrosas, y demás, y después, cuando ya el problema rebasa al país y se hunde nuestra economía, el presidente estalla y explota, “llueva, truene o relampaguee” (en otras palabras, muérase quién se muera), dijo, restregando al rostro de la nación entera al ordenar abrir las aulas para reactivar la economía, que está ya por los suelos, con un desplome en 2020 de 8.5%.
Pero este no es el único caso. El autoritarismo del presidente, se ha vuelto costumbre, hace unos días, lanzó una acusación, en contra de 31 científicos a los que ha puesto ante los ojos del mundo entero como corruptos convictos. El presidente calumnia y condena desde su “púlpito mañanero” y se atribuye sin estar en sus funciones, el papel de juez.
La embestida en contra de los científicos, se da después de las críticas y llamamientos que no solo el cuerpo científico del país de norte a sur y de este a oeste le lanzan por los recortes escandalosos que a la investigación científica ha hecho su gobierno por órdenes de él. Con el pretexto de acabar con la “corrupción” que le ha servido para engañar a ingenuos e inocentes. Aclaro que no estoy a favor de la “corrupción”, pero todos somos testigos que se ha utilizado como “anzuelo electoral” que ha resultado una engañifa para perseguir a sus críticos y detractores y pendonear a sus seguidores, aunque estos tengan “cola que les pisen”.
Cualquier gobierno serio y decente, debe respetar la división de poderes, en este caso dejar obrar al poder judicial, y no caer en la tentación de la concentración del poder en unas manos, de no hacerlo así, las acusaciones se convierten en simples “intrigas” lo haga quien lo haga. En México estamos ante la crisis de este principio.
Y queda una pregunta en el aire. ¿También acusará López Obrador a Mariana Imaz Sheinbaum (hija de la jefa de gobierno) pues también fue beneficiada como becaria por el Conacyt? No parto del hecho de que hay sectores de la población exentos de caer en la corrupción. Este “mal” del sistema, no es exclusivo de una clase u otra: culta o no culta, pobres o ricos, funcionarios, incluso presidentes pasados o presentes, pero todas deberán ser juzgadas con base a la ley, y no con ocurrencias, fobias, aversiones, odios y rencores.
Vivimos gobernados por una administración que ha dado muchas muestras de desprecio al desarrollo de la cultura, de la educación y de la ciencia, con funcionarios en muchas áreas improvisados y sin preparación. Con esta política, ¿qué podemos esperar para el futuro de nuestro país? Nos vamos a sumir aún más en nuestro atraso y dependencia tecnológica, de por sí ya es preocupante, frente a los países más desarrollados, como EE. UU. El sitio Animal Político (30 de sep. 2021) titula su nota al respecto: “Con AMLO bajó 4% la inversión en investigación científica; regresó a niveles de 2011. …recorte que, si bien había comenzado en 2017, en 2020 bajó hasta los 69 mil millones de pesos, monto comparable (igual) al presupuesto de 2011… Entre 2019 y 2021 México ha perdido 5 mil 383 personas haciendo trabajo científico”. La anterior es una de tantas alarmas prendidas que amparan las quejas de los investigadores por los recortes presupuestarios. Con el actual gobierno de morena no hay futuro para la ciencia en México.
Y hablando de corrupción ¿en dónde quedaron las acusaciones que pesan sobre sus hermanos Pío y Martín Jesús López Obrador quienes recibieron no se sabe cuántos miles o millones de pesos, en sobres amarillos? ¿o el caso de su prima Felipa Obrador acusada penalmente de tráfico de influencias por haberse beneficiado en 2020 de un contrato con Pemex que le dejó ingresos libres por más de 4.6 millones de pesos?
En México no hay nada nuevo bajo el sol, la corrupción y su alegre compañera la impunidad, siguen tranquilas y de buen humor en el actual de gobierno de Morena, que pregonan ser purificados y que repiten a diario que “no son iguales a los anteriores”, usted que piensa querido lector ¿serán iguales? o ¿serán peores?
0 Comentarios:
Dejar un Comentario