El desabasto de agua en Ciudad Victoria es ya un problema crítico. Comercios y hogares lo padecen, y el tema es no tener el vital líquido, pero también la falta de presión en la red hidráulica para que llegue con suficiente fuerza a los usuarios; otro problema son los incrementos tan altos en los recibos sin que haya un consumo real.
En medio de una de las mayores crisis de salud pública que hemos vivido por la pandemia de covid-19, en la que la necesidad de tener acceso al agua es vital para mantener las condiciones higiénicas.
Es preocupante saber que cada vez más esta situación se agrava y la ciudadanía empieza ya a mostrar su inconformidad mediante las protestas a través del cierre de calles. Las manifestaciones las podemos ver en los medios de comunicación, pero también vemos que no hay una respuesta real a sus demandas.
La gente exige a los funcionarios solución al problema, ya que en algunas colonias de la ciudad en donde sí hay agua, ésta es inservible, pues sale sucia del grifo, incluso, hasta con lodo, lo que provoca problemas de infecciones y otro tipo de enfermedades.
En contraste, en otras colonias, las calles están inundadas por fugas enormes de agua potable donde se desperdician miles de litros, mientras que en otras calles hay fugas de drenaje que perjudican todavía más el entorno social en el que viven los victorenses.
Si a esto le agregamos que hay colonias donde no hay agua, pero el recibo sigue llegando como si hubiera un consumo real y excesivo, donde el usuario se le genera un costo alto cada mes.
La ciudadanía está cansada de esta situación porque, además, no se le escucha, no se le resuelve, no es atendida, y es por eso que muestra reacciones un tanto a la defensiva al ver que el problema se agrava y que los funcionarios del organismo operador del servicio de agua potable justifican su falta de atención y le echan la pelotita a los gobiernos o administraciones anteriores, o en su caso, dicen que están corrigiendo todos los errores de ellos.
Lo cierto es que mientras tratan de argumentar su falta de solución al problema, en las colonias el problema sigue, la gente, al no tener agua, tiene que conseguirla mediante otros recursos como las pipas, lo que genera otro tipo de problemas, porque no se dan abasto y entre los mismos usuarios genera conflicto al querer ser los primeros en que reciban el líquido, además hay que pagar por ese acarreo de agua y aparte tener que pagar un recibo por un consumo fantasma.
La situación económica de la ciudadanía es más deprimente, la pobreza va en aumento, los programas sociales que antes recibían las familias más vulnerables fueron quitados y los sistemas de salud tienen muchos problemas para atender las enfermedades de la gente, una serie de situaciones que preocupan a los victorenses, pero la interrogante es ¿Hasta cuándo, cuánto tiempo más sin agua en la ciudad?, ¿qué nos espera?, mas desolación, atraso económico, marginación, violencia, entre otros problemas más.
Esto debe cambiar, se necesita un gobierno que verdaderamente ayude a los más desprotegidos como tanto se pregona en las campañas, no sólo de palabras sino en los hechos y que busque como lograr una inversión importante en la solución del agua, mantenimiento e infraestructura, incrementar la cantidad de litros y por supuesto, una cultura distinta, que privilegie cuidar cada gota, es necesario que cada orden de gobierno llámese federal, estatal o municipal se ponga en los zapatos y sienta como suyos los problemas de la ciudadanía, eso podrá hacer la diferencia entre un pueblo que vive y sufre tantas injusticias.
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