MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

Celebran la mejor venta de flor del año en Tenancingo

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Tenancingo, México.- Pequeños floricultores  adheridos a Antorcha Región Tierra Caliente-sur, están listos para ofrecer las flores que cosechan para la festividad del 12 de diciembre, “Día de la Virgen de Guadalupe” día que celebran con gran devoción los mexicanos.

Esta fecha es la primera más importante de la venta florícola del año para los productores de Tenancingo, señaló Jerónimo Martínez, productor de rosas de San Francisco el Zarco, después de destacar que, derivado al apoyo con fertilizante por parte de Antorcha a los campesinos y floricultores mexiquense en ayuda a la economía familiar, lograron sacar la producción de este año y en especial la más importante para los floricultores de la zona que es la del 12 de diciembre.

“En estos días la producción de rosa es mayor, de corte con diferentes colores y tonos del 6 al 12 de diciembre y se espera una venta muy importante por la festividad de las celebraciones multitudinarias con motivo al Día de la morenita, por ello hacemos la invitación a la población en general a que, con la finalidad de reactivar la economía de los campesinos de Tenancingo, adquieran flores y productos cosechados en el campo mexiquense”, comentó el floricultor y también líder antorchista de la zona.

Cabe mencionar que, de acuerdo con las tradiciones populares, el 12 de diciembre de 1531, la Virgen de Guadalupe se le apareció por cuarta ocasión al indígena Juan Diego. El hecho sucedió muy de mañana cuando el nativo de Cuautitlán salió en busca de ayuda para su tío enfermo. Ella, entonces, le pidió que subiera a la cima del monte de Tepeyac, que recogiera flores y se las trajera. Aunque el pedido pudiera parecer descabellado -era invierno-, San Juan Diego obedeció. Al llegar encontró un brote de flores muy hermosas, las colocó en su tilma y se las llevó al Obispo, tal y como la Virgen se lo había pedido.

Estando frente al Prelado, San Juan Diego desplegó la parte delantera de su “tilma” dejando descubrir su carga. Las flores cayeron, pero algo inesperado ocurrió: en el tejido de la tilma había quedado impresa la imagen de la Virgen María. Frente a los ojos de Mons. Zumárraga y de los ocasionales testigos de la escena era, por decir lo menos, inusual. La imagen mostraba a la Virgen María aparecía como una mujer de tez morena, con rasgos mestizos; adornada como una reina, de pie sobre una media luna y sostenida por un ángel. Los presentes cayeron de rodillas impactados por aquello que estaban viendo.

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