MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

CDMX, sin libertades ni bienestar

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La disonancia entre el discurso triunfalista de Claudia Sheinbaum y la realidad que viven a diario millones de capitalinos pobres es cada vez más insultante. Ante un Palacio de Minería pletórico de 500 políticos, académicos y funcionarios, la jefa de Gobierno de la Ciudad de México (CDMX) celebró por segunda ocasión en menos de tres meses su tercer año de administración y refrendó que su actuar es parte del movimiento “transformador” que encabeza el presidente Andrés Manuel López Obrador; una transformación que poco o nada distinguen los verdaderamente marginados de la capital del país.

El festejo de este tercer aniversario de la mandataria, las giras en diferentes estados del país y el cambio radical de su estrategia comunicativa y política marcan la nueva ruta de la morenista en su anticipada disputa por 2024, pero la alejan cada vez más de la solución de los verdaderos problemas de los capitalinos y, más aún, de la atención de las demandas de los miles de habitantes de la CDMX organizados.

La jefa de Gobierno dijo sobre su desempeño en este trienio: “lo que está ocurriendo en México es un cambio profundo que ha demostrado que es posible un modelo de desarrollo sustentado en la honestidad, la economía moral, la austeridad republicana, la construcción de un verdadero Estado de bienestar donde la democracia y las libertades se ejerzan a plenitud… todos los días se impulsa un gobierno al servicio de los demás, se liberan recursos para el bienestar y la infraestructura pública. Decidimos invertir donde históricamente no se había hecho para reducir desigualdades y ampliar los grandes derechos y garantizar los derechos humanos… estoy contenta porque ya se cumplieron la mayoría de los compromisos y algunos más están en proceso. Creo en el principio de que, por el bien de todos, primero los pobres. Solo así habrá justicia, paz, rescate de la naturaleza, desarrollo y bienestar. Luchamos todos los días por una ciudad, por un país de derechos, porque estamos convencidos que los derechos crean libertades, justicia social y bienestar. En el camino de la transformación no hay marcha atrás”.

No obstante las palabras de la jefa de Gobierno, el reclamo en redes sociales de cientos de capitalinos marginados el día del segundo tercer informe exhibió que los pobres de la CDMX (de los que tanto habla, pero a los que nunca ha querido recibir en una audiencia ni visitar sus predios y colonias) no sólo no han sido atendidos en los tres años que lleva al frente de la capital, sino que en los más de 25 años de administración de los experredistas hoy morenistas, siguen igual o más pobres que entonces.

Esos colonos que con el paso de los años han convertido a la Ciudad de México en la quinta más poblada del mundo cada vez son más pobres, menos escuchados y más reprimido por la fuerza pública, en cualquier intento de defender sus derechos más elementales. Viven en improvisados domicilios de láminas de cartón, triplay, hule, costales, tela, cobijas, desechos; muchos de ellos sin techo, piso firmes, y sin agua, drenaje, luz, educación… Generación tras generación ven crecer a sus hijos en medio de carencias materiales y espirituales y envejecen en la miseria más atroz a pesar de trabajar de día y de noche, o estar desempleados durante largos periodos de tiempo, pues los funcionarios que cada tres o seis años son electos para gobernar la ciudad y procurar el bienestar de sus habitantes, continúan ignorándolos y acendrando su pobreza al no procurar los servicios básicos a los que todo ser humano tiene derecho, y que están obligados a garantizar según lo establece nuestra Constitución política.

El miércoles 8 de diciembre, a unas horas de que Claudia Sheinbaum se autofestejara por su desempeño, varios capitalinos le recordaron desde las redes sociales que ellos, los verdaderamente pobres, no quieren dinero ni dádivas del presupuesto de todos los mexicanos, lo que ellos necesitan y soplicitan son servicios públicos para comenzar a vivir como humanos. Estos fueron algunos de sus reclamos: Guadalupe Martínez, delegación Iztapalapa, CDMX: “solicitamos a la jefa de Gobierno (y le agradeceríamos mucho que viniera alguna vez y vea en qué tipo de condiciones estamos) que cumpla su promesa de ayudar a los pobres, porque no sólo es una necesidad grande de este predio sino de muchas colonias. Nosotros no le estamos pidiendo dinero, estamos solicitando ayuda en servicios y obras; mejor atienda estos asuntos en lugar de estar haciendo campaña. Mari de la colonia Ampliación López Portillo, Tláhuac, CDMX: “nosotros estamos pidiendo al gobierno central y a la alcaldía que nos apoyen con luz, drenaje y seguridad. Aquí ya tenemos viviendo más de 20 años y seguimos en las mismas circunstancias”. Hortensia López, Tláhuac, CDMX: “me encuentro en una situación muy lamentable, vivo en un campamento sin techo, vivimos prácticamente a la intemperie. Me asenté aquí porque me sacaron de donde vivía porque ya no pude pagar la renta. Yo sí necesito un apoyo, porque desde que empezó la pandemia no he recibido ninguno, ni la jefa de gobierno ni López Obrador han mirado atrás a los pobres, yo pido un apoyo no sólo para mí sino para todos los que vivimos aquí porque todos sufrimos cuando nos inundamos. Hemos solicitado que vengan a resolver lo del drenaje y nunca nos han hecho caso; entonces, sí pediría que voltearan a vernos”. La lista de demandas es larga, pero la respuesta de Claudia Sheinbaum -cuando todos los reflectores estaban sobre ella- fue que a esos pobres que protestaban a unos cuantos metros del recinto universitario mientras leía su “informe especial” sobre el Paseo de la Reforma, lograban tendencia en Twitter con #LasMentirasDeClaudia y que no habían sido invitados al convite de su mandataria, se les coartaran sus derechos constitucionales a la libre expresión y manifestación por la policía de la CDMX.

En pleno siglo XXI en la capital del país, el principio de que “por el bien de todos primeros los pobres para que haya paz, desarrollo y bienestar. Y donde los derechos crean libertades, justicia social y bienestar”, siguen quedándose en eso, en palabras y nada más, que no por repetirse hasta el cansancio se convertirán en realidad si no se hace nada al respecto. En la ciudad que se presume de innovación y de derechos, no hay libertad, justicia social ni bienestar, se promueve la dádiva selectiva como política económica en lugar de generar empleos, invertir en obra social donde realmente se necesita y se denuesta la organización popular mientras se sirven de los recursos del pueblo mexicano y en su nombre. En la CDMX millones de capitalinos carecen de lo más elemental y su calidad de vida se deteriora aceleradamente, toca a los millones de pobres seguir organizándonos, resistir y protestar hasta que seamos una fuerza social que sea escuchada más allá de las fronteras de la capital y se haga oír en las urnas y detenga el deporte político en que han convertido la ocupación de puestos de elección popular a políticos como la mandataria que hoy gobierna la CDMX y que pretende replicar su modelo de mal gobierno a lo largo y ancho del país a partir de 2024.

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