MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

Categorías de la Pedagogía 

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La Pedagogía, al igual que todas las ciencias, cuenta con un objeto de estudio, procesos, marco filosófico, sociológico y psicológico; leyes, ramas etc.  Es el conjunto de todos estos elementos lo que la vuelven una ciencia viva, dinámica, pero, sobre todo, de carácter social.

El sempiterno debate acerca de que si es o no una ciencia, pareciese acabado al hablar de todos estos componentes, pero, aún hay algo más. Existen, dentro de la Pedagogía, categorías específicas, concatenadas, que tienen que ver con el proceso de desarrollo del estudiante y su intervención en la sociedad. Estas categorías están estrechamente relacionadas, como unicidad en este proceso, analicemos cuáles son y su unión dialéctica: Educación-Instrucción, Enseñanza-aprendizaje, Formación-desarrollo, Comunicación educativa-actividad educativa

La primera categoría: la educación-instrucción comprende dos elementos importantísimos en el desarrollo del hombre, pues mientras la educación es la preparación de éste para la vida, expresada en valores, conductas, etc. de forma organizada y sistemática; la instrucción a su vez se asume como asimilación de una parte de la cultura de la humanidad, expresada en determinados conocimientos, habilidades, etc. asociados al desarrollo del pensamiento.

Ambos son indisolubles, pues, mientras la instrucción potencia las habilidades y conocimientos del hombre, la educación, a su vez, moldea estos nuevos elementos para pasarlos al terreno práctico, en la vida cotidiana. Objetivamente, ambos elementos son indispensables en la formación del hombre, pero para que exista uno, debe existir el otro. La educación y la instrucción son elementos que guardan sus diferencias (esto no quiere decir que sean antagónicos); sin embargo sus características, sus componentes y su fin último hacen que ambas, en esencia, estén unidas dialécticamente para un fin último: la formación.

Por otro lado, el proceso de enseñanza-aprendizaje (la clase en sí) puede definirse de la siguiente manera: Enseñanza debe ser la organización y dirección del conocimiento de un emisor a un receptor (en parte), mientras que el aprendizaje debe ser un proceso, mediante el cual, el educando desarrolle sus habilidades, capacidades, bajo la dirección del maestro para prepararlo para la vida social. Ambos elementos, son igualmente importantes, pero ocurre un fenómeno muy curioso en ellos:

¿No ha pasado que, durante la clase, el maestro se encuentra con un alumno que le hace cambiar su método de enseñanza, su forma, sus estrategias? ¿No está el maestro aprendiendo también, por parte del alumno tanto y como el alumno aprende de él? El proceso de enseñanza-aprendizaje no es un elemento inamovible o estático, tan está en movimiento que el receptor como el emisor cambian de sitio constantemente, como en una conversación, tanto se aprende del maestro, como éste aprende del alumno.

Formación y desarrollo, por su parte, caracterizan la dinámica del aprendizaje, sus procesos y resultados. Pensemos en un ejemplo aislado para aterrizar más nuestra idea: un atleta de alto rango, se prepara todos los días para una competencia, está pues, formándose como un gran atleta, sin embargo, las condiciones externas al entrenamiento físico (lo aprendido en las competencias previas, los consejos del entrenador, el reconocimiento de las distintas pistas, la apreciación que la gente tiene sobre él etc.) han desarrollado en él un espíritu de convivencia, de amor por lo que hace, por su país, por el deporte… en esta categoría, se aprecia también la unicidad de ambos elementos para la formación del hombre.

Por otro lado, la comunicación educativa debe entenderse como el tipo de comunicación característico en el proceso educativo, y que debe tener como objetivo la educación de los alumnos. La actividad educativa se convierte entonces en un tipo de actividad desarrollado por los alumnos y dirigida por los educadores en el proceso educativo, que responderá a los principios y leyes de la Pedagogía, siempre y cuando se encuentre contextualizada a las circunstancias y entorno educativo.

Ambos elementos logran su homogeneidad al darnos cuenta que el maestro no sólo educa cuando se dedica a exponer conceptos que después serán asimilados por los alumnos, sino que, la Educación viene desde su apariencia, de su forma de hablar, de su trato con los alumnos, incluso de lo que hace cuando no se encuentra en el aula; las actividades educativas, también, deben ser muy precisas para dotar a los alumnos de los conocimientos esperados, pero al estar vinculados a la comunicación educativa, se aprenderán también: valores, ideas, estrategias…

Es relativamente sencillo encontrar la unidad en cada una de las categorías pues, si una no existiera, la otra tampoco podría existir como una unión y lucha de conceptos distintos que guardan similitudes en su interior, y que, cuya síntesis es el proceso formativo. Pero… ¿Habrá unidad, ahora, entre ellas? ¡Por supuesto! 

El fin de la Pedagogía, no podemos olvidar, es el proceso formativo, y la Educación integral del hombre, depende, circunstancialmente de que éste se eduque e instruya para obtener conocimientos, valores, habilidades y estrategias para la vida cotidiana; a través del proceso de enseñanza-aprendizaje para formar a los hombres que se desarrollen como individuos comprometidos con su entorno social, pero para que esto se lleve a cabo, las actividades y lenguaje educativos deben servir como piedra angular. Al entender a la Pedagogía como una ciencia material, en constante movimiento, nos alejamos del pensamiento metafísico de educar a todos por igual sin importar el tiempo o el lugar, pues esta es una ciencia dinámica y cambiante, con una estrecha concatenación en sus categorías, leyes, métodos, etc. Para lograr el fin último: el proceso formativo. 

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