En las comunidades de México, la falta de obras y servicios es una realidad cotidiana que afecta profundamente la calidad de vida de las mayorías. A pesar de las promesas gubernamentales y los recursos asignados, estas comunidades continúan luchando por acceder a servicios básicos como agua potable, electricidad, atención médica y educación de calidad.
Según datos recopilados por organizaciones de la sociedad civil, se estima que más del 60 % de las comunidades populares carecen de acceso regular al servicio de agua potable. Esto obliga a las familias a depender de fuentes no seguras, comprar el vital líquido o a transportarlo desde largas distancias, lo que aumenta el riesgo de enfermedades y afecta negativamente la salud y la calidad de vida de los habitantes.
Cerca de tres de cada diez personas en México no tienen acceso a servicios de salud; un nivel que casi se duplicó en comparación con los registros del 2016.
En cuanto a electricidad, la situación no es mejor; a pesar de los avances en electrificación en México en las últimas décadas, muchas comunidades siguen sin acceso confiable a este servicio básico. La falta de electricidad no sólo dificulta las actividades diarias de la comunidad, sino que también limita las oportunidades de desarrollo.
La falta de atención médica adecuada es otro problema grave; la escasez de centros de salud y la falta de personal médico calificado dificultan el acceso a servicios de atención primaria y especializada. Esto resulta en una mayor incidencia de enfermedades prevenibles y en un acceso limitado a tratamientos y medicamentos.
Cerca de tres de cada diez personas en México no tienen acceso a servicios de salud; un nivel que casi se duplicó en comparación con los registros del 2016. Está estrechamente ligada a la carencia por seguridad social que presenta la mitad de los mexicanos.
En el ámbito educativo, la situación no es menos preocupante. Muchas escuelas en las comunidades carecen de infraestructura adecuada, incluyendo aulas seguras, mobiliario escolar y materiales educativos.
Además, la falta de maestros capacitados y la alta tasa de deserción escolar son desafíos adicionales que afectan el acceso a una educación de calidad para los niños y jóvenes de estas comunidades.
Según el Índice de Competitividad Estatal 2023 del IMCO, entre el año 2022 y 2023, la cobertura educativa en México se redujo: tan sólo la tasa de escolarización en secundaria disminuyó del 95.4 al 94.7 %.
La asignación transparente y equitativa de recursos, la implementación de proyectos de infraestructura prioritarios y la promoción de políticas públicas inclusivas que aborden las necesidades de las mayorías, así como la implementación de un plan de nación con el cual se busque una sociedad más justa y equitativa sólo puede ser posible si las clases trabajadoras de nuestro país toman la tarea en sus manos.
En este sentido Antorcha llama al pueblo de México a educarse y organizarse, a formar un movimiento de las mayorías, que se decidan a luchar por la construcción de una sociedad en la que nadie carezca de servicios públicos, obras, trabajo, salud o educación. La organización del pueblo consciente lo podrá lograr.
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