MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

¿Capitalismo bueno y capitalismo malo?

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El capitalismo que, con el perdón, así se llama, es el nombre de la etapa del desarrollo social contemporáneo, que le viene precisamente de la forma en que la sociedad se organiza para producir, distribuir y consumir los bienes y servicios, satisfactores de las necesidades humanas, donde todo se nos aparece, como dijo un científico, en forma de mercancías; que tiene como finalidad, precisamente el acrecentamiento del capital, es decir la obtención de ganancia, la cual aunque se hace visible y palpable en la esfera de la circulación como dinero incrementado después de que se ha invertido una determinada cantidad en la producción de mercancías; al venderse éstas resulta una cantidad superior que se obtiene realmente, aunque no se vea, en la esfera de la producción, al quedarse en manos del dueño del capital la parte excedente del tiempo de la jornada de trabajo que resta después de que el obrero ha producido durante un tiempo determinado con su trabajo, un valor igual a la suma de valor que encierran los medios de vida que necesita para su subsistencia y la de su familia; esa parte de la jornada conocida como plus trabajo que, medida en términos de productos, se conoce como plus producto y ya en la esfera de la circulación con la materialización del valor en su forma dinero aparece como plusvalía. La plusvalía constituye la médula de la ganancia y, por tanto, del capital, que no es otra cosa que valor que se revaloriza y cuya fórmula económica general conocida es D-M-D” (Dinero, mercancía, dinero incrementado), es decir, invierto mi capital, produzco mercancías, las vendo y recupero mi capital más una ganancia.

Pues bien, este continuo proceso de ciclos, tan complejo por la bastedad que ha alcanzado el mercado donde se intercambian en realidad los trabajos útiles concretos producidos individualmente o por obreros colectivos, como expresión necesaria de la división social del trabajo para poder producir como un todo, la totalidad de cuanto ésta ocupa para existir y seguir desarrollándose, es difícil de apreciarse a simple vista por cuanto que nos lo encontramos ya desarrollado y, por tanto, como dijo Hegel, como la última expresión del fenómeno, pero no como su totalidad, y eso no basta para conocerlo.

Por eso nos parece, o bien que las cosas valen sólo porque son cosas, o bien que carecen de todo valor real y que éste es sólo una pura convención social. Nos pasa lo mismo que viviendo en el mundo de revés, nos parece que el hombre es hombre, o ser humano, porque piensa y siente, y no al contrario, como lo es en la realidad, que el individuo piensa y siente porque es hombre, o sea ser humano; pues tales características no las tuvo siempre, sino que le viene no sólo de la cualidad evolutiva natural, sino además, y principalmente, de su desarrollo social, gracias al cual, que aparece y se desarrolla con la producción de objetos útiles para transformar la naturaleza (cambiarla de forma) para aprovecharla en su beneficio, lo obligó a socializar sus logros y a organizarse para poder alcanzarlos,  haciendo que apareciera la sociedad en la medida que se desarrollaba la producción de sus bienes de subsistencia, y el propio hombre se humanizara, cambiando así en el mismo acto a la naturaleza, a la sociedad (que en su etapa de simple primate arborícola era más bien una manada que sólo consumía lo que la naturaleza le proporcionaba).

El capitalismo, por complejo que se haya vuelto hasta por el empleo de las nuevas tecnologías que son otras tantas fuerzas sociales productivas y la evolución de la forma dinero del valor de los últimos tiempos, es siempre capitalismo; su esencia, como queda dicho, es la extracción de plusvalía de los trabajadores, y no hay por tanto capitalismo bueno o malo, sino simple capitalismo.

Este modo de producción, objetivamente, también da origen a las clases sociales que no son invención de nadie sino una realidad determinada, entre otras cosas, por la forma en que se percibe por los individuos la parte de riqueza social que le corresponde (ganancia o salario); por la propiedad, o no propiedad en el caso de las mayorías, de las condiciones materiales con que se produce, llamados medios de producción; si se es trabajador directo, indirecto, o no trabajador, es decir, por el lugar que se ocupa como agente de la producción.

Afortunadamente, todo evoluciona, todo periclita, y así como el desarrollo de la producción hizo necesaria la aparición del capitalismo, la misma ley del desarrollo social, hará necesaria la aparición de formas nuevas, que, al ir socializando la producción lleven también aparejadas, relaciones sociales más humanas, más justas, y más equitativas con todos los miembros de éstas. Por eso, no basta que alguien diga que es amigo de los pobres si el poder político no lo utiliza para mejorar, y transformar de fondo el sistema completo, que es lo esencial para acabar con la pobreza de los pobres; pues no es lo mismo darle migajas al esclavo, que acabar con la esclavitud, que es lo que más hace al caso, como diría Cervantes.

 

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