MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

Campo olvidado

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El sector agrícola ha sido uno de los más afectado por los cambios en el país, a raíz de las decisiones de Andrés Manuel López Obrador. Es lamentable que el sector esté sin apoyos, con menor superficie para sembrar, con insumos demasiado caros y, por supuesto, de calidad sospechosa, aunque muchos ni se preguntan en qué afecta al ciudadano, es contundente el efecto o consecuencia para toda la población.

Los campesinos, en su gran mayoría, se han visto obligados a vender sus derechos de agua y sus tierras, debido a que no cuentan con los recursos y mucho menos créditos para echar a trabajar la parcela, y aunque tuvieran para cultivar una hectárea o dos, sería insuficiente, por eso han surgido demasiados terratenientes, muchos caciques en cada uno de los ejidos y poblaciones rurales donde se han aprovechado de la condición, tan precaria, de muchos ejidatarios, de la necesidad tan grande, de ese escenario que tienen los propietarios de derechos de agua y de tierras parcelarias pero sin insumos para trabajar y cultivar, lo cual repercute de muchas maneras en estos sectores sociales y ejidales. 

La realidad de muchos campesinos es que se ven obligados a vender el derecho de agua y posteriormente se dedican a trabajar esas parcelas que son de ellos, es decir, hubo retroceso a las tiempos previo y después de la revolución, lo cual parece que pocos notan este panorama tan complejo.

Actualmente, son grandes empresas lecheras y pequeñas propiedades las que acaparan decenas o cientos de hectáreas de siembra, entre políticos, caciques, grandes agricultores y demás terratenientes abarcan la mayor cantidad de siembra, apegados o no a la legalidad, pero siembran muchísima superficie.

Los efectos son contundentes en el sector agrícola por el hecho de contar con empresas acaparadoras, y en los terrenos ejidales se nota. Es muy notorio que ahora ya se siembran mucho menos terrenos en la parte baja, hablando del agua de canales porque hay sectores donde se siembra con agua subterránea, pero en los ejidos de la parte baja se cuenta con grandes extensiones de tierra que quedó olvidada por la supuesta carencia de agua en la presa, pero por la burocracia que ya no permitió que llegara el agua rodada, y solo a unos cuantas áreas se observa y se nota que se sigue sembrando, que se sigue trabajando, pero lo que se puede decir, es que desde la burocracia, desde los escritorios y oficinas se ha generado, se ha fraguado que los campesinos se vean acorralados para vender sus parcelas, sus derechos de agua, para que se vean beneficiadas esas empresas y los terratenientes, pues están regresando a los tiempos de los hacendados y peones, pero en tiempos modernos, lo que no deja de ser un problema fuerte. 

Ante esto, es necesario contar con plan para reactivar el campo, ese campo que está sin utilizar y que puede generar auto-abasto alimentario, de ese del que se comenta tanto en los medios de comunicación nacionales, por parte del gobierno federal, pero que no se observa algo significativo de avance y, por supuesto, que traiga beneficios detonantes para los mexicanos.

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