El título de este trabajo no es ocurrencia propagandística ni táctica de mercadotecnia. No lo es, a pesar de que atravesamos una época poco favorable para hablar en serio: la de las campañas políticas en las que todos los candidatos y todas las candidatas son los y las mejores y los programas y hasta las ocurrencias son sensacionales y nunca vistos sobre el planeta tierra. Sé lo que escribí, tengo argumentos para demostrarlo y el lector atento y que me haga el favor de seguir adelante, podrá comprobar por sí mismo su validez con sólo hacer una revisión desprejuiciada de esa importante publicación. Aclaro, no obstante, que me queda clara la dificultad, ya que, en los tiempos actuales, por los enormes intereses económicos y políticos que están en juego en el país y en el mundo, tiene tantos y tan poderosos enemigos la verdad, que no es sencillo reivindicarla.
Buzos de la noticia, una publicación de información y análisis político, cumplió el pasado 14 de marzo 24 años de salir a la calle cada ocho días sin falta. Sólo por eso debería llamar la atención. Muchos periodistas sueñan legítimamente con tener su propio medio, dar a conocer a la ciudad y al mundo sus propias ideas, sus anhelos y frustraciones e invitar a compartirlos, pero se dan cuenta del tamaño de la empresa, conocen el oficio y nunca llegan a emprenderla, menos aún a lograr soportarla durante un periodo prolongado. Buzos de la noticia existe como resultado de una de las más grandes cualidades del ser humano, una decisiva en su vida: la constancia.
Los de Buzos, los que no se quedan en la superficie y se van al fondo, no se han rendido ni se han cansado. Su línea política es la del Quijote cuando una mañana salió de su casa. “Los agravios que pensaba deshacer”, escribió Cervantes y, ¿quién si no los poderosos son los que agravian y los menesterosos los agraviados?; “tuertos que deshacer”, ¿quién vive de la tranza?; “sinrazones que enmendar”, ¿quién asciende hasta el escándalo aunque mienta?; “abusos que mejorar” ¿quién se aprovecha, quién se enriquece de sacar ventaja?; y, finalmente, “deudas que satisfacer”, ¿quién, pues, ha vivido y vive endeudado con la comida, con la ropa, con las medicinas, siempre, sin poder conciliar el sueño? ¿quién? Los pobres de la época de Cervantes y, claro, los de la nuestra. A ellos representan y defienden los de Buzos. Aunque a los encumbrados no les guste ni les den permiso.
¿La presentación, el formato de la revista después de tanto tiempo? Espléndido. Muy difícil de mejorar. Papel couché, a colores e, ilusión de todo el que publica, casi sin errores, hay que aplicarse para hallar alguno. Y, para ayudar a que exista Buzos pues no es un negocio ni tiene patrocinador acaudalado, sólo se piden 25 pesos por cada ejemplar. El costo no ha sido el único obstáculo que ha tenido que librarse para llegar a los destinatarios, está también la capacidad de leer y comprender; la última prueba PISA reveló que “en Lectura… Sólo el uno por ciento de los estudiantes en México obtuvo un puntaje en el Nivel 5 ó superior, indicando una capacidad para comprender textos largos y abordar conceptos abstractos o contraintuitivos”. De donde podría deducirse que, como consecuencia de la pobreza y la ignorancia en que se mantiene sumido al pueblo porque el conocimiento es muy peligroso para los explotadores, más de cien millones de mexicanos no leen un libro completo durante toda su vida. ¿Rendirse ante las maquinaciones e intereses de los oligarcas, abandonar al pueblo a su suerte y no actuar en la defensa de su derecho inalienable a la cultura universal? Nada de eso.
La inmensa mayoría de los que escriben Buzos son sorprendentemente jóvenes, aunque, desde luego, también hay personas de edad y la mitad de ellos tiene estudios de maestría y algunos de doctorado. ¿Cuántas publicaciones semejantes pueden presumir una plantilla así? ¿Por qué esas nuevas generaciones de intelectuales no están ofreciendo y vendiendo sus conocimientos y su indudable talento al mejor postor como lo ordena la ideología en boga? Porque no los formó ni el discurso ni el ejemplo de Andrés Manuel López Obrador.
A Buzos lo dirige un hombre excepcional, Pedro Zapata Baqueiro. Periodista formado en la brega diaria, laborioso, culto como muy pocos, disciplinado y aferrado a su compromiso vital de estar al lado de los más necesitados hasta el último aliento pues, según la legislación en vigor, hace más de 20 años que debería estar jubilado y descansando pero, el director de Buzos, no lo ha querido así, sigue en la dura trinchera combatiendo contra la injusticia y contra una ceguera que lo ha querido quebrar desde hace casi diez años y no ha podido.
Desde la portada ya estará usted recibiendo la verdad de un golpe con una fotografía o un dibujo y unas cuantas letras; el editorial, o sea, el punto de vista de Buzos sobre un asunto importante en la semana, es directo, claro, no ambiguo, no de los que luego de hacer una afirmación, la ponen en duda o sostienen lo contrario, el Editorial de Buzos, es comprometido. Encontrará también reportajes, estudios de casos particulares realizados en campo, con datos precisos e imágenes no pocas veces conmovedoras; tendrá indispensable información y análisis internacional, pues, cuando aletea una mariposa al otro lado del mundo, acá cambia la realidad y, ahora, por ejemplo, el destino de la humanidad y de los que viven en la misma cuadra que usted, se está decidiendo en los campos de batalla de Ucrania o con las matanzas de criaturas en Gaza; hay también artículos de opinión de importantes intelectuales con estudios en el extranjero cuyas colaboraciones se publican también en otros medios; la revista incluye documentadas columnas de información y análisis político como ”Argos”, “Clionautas”, “Esténtor Político” y “La brújula”; una sección crítica de deporte; un cartón ingenioso de los que no se olvidan; secciones de cultura y cine escritas por conocedores, así como de literatura y poesía y una tira cómica que seguro no le gusta al presidente ni a sus paniaguados.
Un gran trabajo colectivo, concienzudo, serio, muy difícil de igualar y, sobre todo, de refutar, que se encuentra a la altura de lo que el pueblo trabajador necesita y merece (eso explica por qué los “expertos” del sistema, los de la derecha y los de la sedicente izquierda, hacen como que no existe). Lea usted la revista Buzos, es más, estúdiela, conocerá más a México y al mundo, se sorprenderá cuando sus analistas le descubran las maldades y las bajezas que existen y que otros esconden. Yo lo leo y lo estudio porque me enseña y porque me gusta aprender, necesito aprender para poder vivir.
Notable entre los notables, en Buzos escribe el maestro Aquiles Córdova Morán. Es el fundador y dirigente principal del Movimiento Antorchista Nacional, la organización popular más grande, mejor estructurada, más consecuente y más atacada política y materialmente de todo el país. Pero no sólo es un destacadísimo líder social, es un intelectual muy difícil de comparar, un hombre de conocimientos enciclopédicos, tiene una memoria que nunca he admirado en ninguna otra persona y se ha apropiado de un método científico de análisis que resulta premonitorio que le permitió, por ejemplo, anunciar como nadie, hace mucho tiempo, la farsa del lopezobradorismo que ahora sólo sus beneficiarios no quieren ver. Léalo, estúdielo, aprenderá y se transformará, no lo creerá cuando se entere a cuántos hombres y a cuántas mujeres ha influido decisivamente el maestro Aquiles Córdova, a cuántos ha convertido en gigantes con su teoría y con su práctica.
Este trabajo, no obstante, no está terminado. No señor. Falta todavía mencionar a la otra parte del esfuerzo descomunal que ha significado sostener a Buzos, a los miles de mexicanos que sin ningún interés económico, poniendo de su bolsa, cada semana se echan a la calle, a las colonias, a los pueblos, a las fábricas y a las escuelas a luchar contra el aplastante poder de las redes sociales, de la televisión, el radio y otros monstruos tecnológicos que defienden al sistema, para tratar de conquistar para las ideas justicieras y progresistas, un campito en la mente y en las preocupaciones de los trabajadores. Sí, a todos los que venden Buzos, mi respeto y mi admiración que no valen ni valdrán nada cuando quede grabada para siempre en la mente del pueblo explotado, en la historia de su liberación definitiva, la histórica revista Buzos, la mejor revista de México.
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