En diferentes puntos del estado, en Tijuana principalmente, circulan notas periodísticas en las que los padres de familia denuncian la falta de maestros, la carencia de ellos en escuelas de nivel básico que faltan o que abandonaron sus puestos de trabajo. Escuelas enteras que no han podido iniciar clases o que muchas de ellas siguen con la modalidad a distancia. 

Aunque para el Gobierno estatal es un tema menos, la insistencia de los padres de familia y las inconformidades han ido creciendo a medida que pasan las semanas y los niños no pueden regresar a clases; en una nota de las más interesantes se muestra la ineficacia del sector educativo, pues hasta de corrupción y falta de revisión se han hecho notar. 

Roció Campos, maestra de la primaria Juan Escutia, informó que, años atrás, la directora fue acreedora de un acta administrativa por desvío de fondos de hasta 100 mil pesos, y agregó que no permite que el plantel sea auditado. Un grupo de maestros y padres de familia se apostaron en la entrada de la escuela ubicada en Otay Universidad, portando pancartas en las que se leía: «Queremos sustitución de la directora”, “Exigimos cuentas claras” y “Ya basta de cuentas no reflejadas en nuestro plantel”.

En otra nota se lee… El espacio de educación primaria de la delegación Tijuana del Sistema Educativo Estatal estuvo saturado de pancartas y madres de familia que exigen profesores para sus hijos en cuatro planteles educativos de diferentes partes de la ciudad. El delegado Miguel Alfredo Nuño García solo pudo ofrecer discursos políticos ante las exigencias de las madres de familia de los sectores de Natura, Obrera, Playas de Tijuana y Villas de Baja California.

Luego de más de una hora de exigencias y una improvisada reunión, se llegó al acuerdo de que la última semana de septiembre serían designados los profesores. Fue coincidencia que las madres de familia de cuatro escuelas convergieran a las 10 de la mañana en una sola exigencia.

Si bien he cierto, para saldar las cuentas de esta nueva etapa, se necesita un gobierno que tenga las bases bien sustentadas, es hora de que la Secretaría de Educación no ha podido responder satisfactoriamente a esta necesidad; la inversión en educación está todavía muy debajo de lo que se necesita para responder a ello. 

Aquí es donde entra la consigna de los cuatro ejes que ha promovido Antorcha, que se distribuya mejor la riqueza, que al hijo del obrero se le dé la misma educación que al hijo del rico, que exista una igualdad en materia educativa y que no se sectorice a la sociedad. 

La salida está clara, no es necesario una reforma educativa para salvar la educación, se necesita una inversión, la preparación de maestros y que los gobiernos de los tres niveles se dispongan a efectuar las condiciones necesarias para que todos tengan derecho a la educación, que no falte ni un solo maestro en las escuelas y que sea prioridad para los gobiernos esta demanda, de lo contrario, así terminará el año, sin maestros y con protestas.