Vivimos en un país en donde nuestro primer mandatario hizo promesas como candidato, en 2018, pero una vez electo como presidente de la República, se ha enfrentado a una realidad que ha obligado a cambiar su discurso y ser contradictorio con sus propias palabras.No hace falta rascarle mucho a este tema, pues basta observar como la austeridad de Andrés Manuel López Obrador va acabando con vidas humanas y ha expuesto en gran medida a los más pobres de México, la retención de recursos que antes iban destinados a la salud, educación, cultura, ciencia, a resolver necesidades básicas de la población, etc., ha puesto en riesgo el futuro de 32 millones de personas que viven en pobreza extrema.
Es lamentable que México inicie un noviembre con más datos que comprueban la ineficiencia y poca sensibilidad de un gobierno que prometió trabajar con el pueblo, comenzamos una celebración de día de muertos confinados en nuestros hogares porque los datos señalan que son más de 91 mil fallecidos por covid-19 ya que en ocho meses ni el gobierno pudo levantar un servicio de salud digno, muchos otros perdieron su empleo y en gran número de la población no percibieron los tres alimentos diarios.Por otro lado la comunidad estudiantil no puede acudir a los centros educativos y lo más lamentable, que compete al sureste, tampoco se están recibiendo apoyos ante las pérdidas causadas por las tormentas tropicales e inundaciones durante junio a noviembre.
Por ello quiero recordar la frase célebre del rufián de México: "Por el bien de todos, primero los pobres".El presidente Andrés Manuel López Obrador dijo que no podía haber un gobierno rico con un pueblo pobre y la realidad es que más del 80 por ciento la población mexicana sigue siendo pobre, y en menos de ocho meses la pobreza extrema pasa de 22 a 32 millones de mexicanos que no saben si comen o cómo sobreviven.Para combatir la pobreza y la desigualdad, el presidente prometió aumentar los programas sociales de apoyo a grupos vulnerables como adultos mayores, madres solteras y personas con discapacidad.Ni siquiera ha sido capaz de otorgar los apoyos al número de beneficiarios que había en otros gobiernos, ahora son menos los que reciben estos programas, y quienes, si lo reciben, les llega siempre con retrasos.
Un ejemplo de esta realidad son los afectados en Tabasco, que viven con el miedo de amanecer más inundados, temen ser atacados por lagartos ante la inundación, o que pierdan lo poco que tienen.Hace unos días informaban las autoridades estatales que el número de afectados ascendía a 58 mil, y el de viviendas inundadas a ocho mil, pero se han seguido haciendo verificaciones que aumentarán el número de familias que se han quedado sin apoyos y que sufren los estragos de la política de la 4T, pues no se ha podido construir el drenaje pluvial necesario, porque no existe el recurso, recordemos los recortes de presupuesto para los municipios y estados.Si no hacemos nada respecto a la política de la Federación 2020, esto se profundizará en el 2021.
Hay quejas y lamentos de miles de familias que entre el agua piden ayuda, exigiendo que se ejercen rubros como el Fonden que hasta hace unos días iban destinados a resolver afectaciones por desastres naturales, ya que se han eliminado y hay muchas dudas de a dónde se destinarán esos recursos, pues cambiarle de nombre y que lleguen de una u otra forma se ha detectado deficiencias operativas en los recursos, lo que sí nos queda más claro es el terreno que está preparando nuestro mandatario para usar esos recursos con fines electorales.
Por ello invito a todos los mexicanos, a hacer valer nuestros derechos, la única manera en que el gobierno realice acciones en beneficio de los mexicanos, es hacerles llegar pruebas de que el sureste y todos los estados del país sufren y que las medidas de cuarta transformación han servido para lastimar más al país, pues merecemos vivir seguros, merecemos tener una mejor calidad de vida y que los afectados hasta hoy sean atendidos.
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