MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

Ante la manipulación ideológica, la educación política del pueblo

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El mero hecho de ser humanos es lo que nos permite formar ciertos juicios, ciertas opiniones sobre la familia, los problemas y las dificultades que enfrentan los vecinos, los compañeros de trabajo o de escuela. Este conocimiento básico que nos rodea, es lo que hace posible que podamos sobrevivir, conducirnos de cierta manera, manejar nuestro entorno. Lo aprendemos de la propia vida, de la naturaleza, de lo que vemos, oímos, olemos, probamos, o tocamos, además de las experiencias que se pasan de unos a otros en la familia, con los vecinos o con la gente con la que convivimos a diario, y así nos vamos educando en la vida, vamos aprendiendo a razonar lógicamente, a vivir y a sobrevivir hasta el día en que morimos. A esto se le llama sentido común.

Sin embargo, la vida es más compleja, hay problemas, ideas, fenómenos y hechos más complicados que no pueden ser analizados únicamente con el sentido común, pues ese tipo de conocimiento nos deja solo en la superficie de los fenómenos. Para analizar las grandes verdades de la ciencia, del universo, de la sociedad, del pensamiento, es necesario preparase, estudiar, porque hay cosas que no se ven, que no se tocan, no se huelen, por ejemplo, para entender la velocidad a la se mueve la Tierra, cómo funciona el cerebro humano, o por qué en una sociedad hay hombres muy ricos aunque trabajan muy poco, y otros muy pobres que se pasan toda la vida trabajando de sol a sol y nunca salen de su miseria. Para entender esto, hay que educar y preparar su propio pensamiento y lamentablemente son muy pocos los que pueden hacerlo, la inmensa mayoría del pueblo solo se queda con la enseñanza que le da el sentido común.

Ante esta situación, el hombre sencillo, el que no tiene la oportunidad de educar su cerebro, su pensamiento es constantemente bombardeado por el político, por el diputado, el funcionario, el religioso, e incluso por médicos o maestros que salen a decir terribles mentiras, o medios de comunicación de todo tipo que difunden "consejos", afirmaciones, ideas, acusaciones y calumnias que a fuerza de repetirlas pareciera que son verdades. ¿Cómo puede saber el hombre común y corriente qué tanto de lo que dicen estos actores, es verdad o es mentira? Simplemente no se puede saber. Y entonces lo que pasa es que aceptamos, hacemos nuestra la idea, y la andamos repitiendo, se la contamos a nuestros vecinos, se la inculcamos a nuestras familias, porque pensamos que esa es la "verdad" aunque sea una vil mentira, que mucha gente la ha hecho suya simplemente porque no puede discernir en donde está la mentira.

Tal es caso de los hechos ocurridos en la ciudad de Puebla el pasado martes 23 y miércoles 24 de marzo, cuando individuos sin pizca de honestidad y siguiendo una consigna que se dictó desde lo más alto del poder político estatal, se acusaba al Movimiento Antorchista de incitar a los poblanos, a saquear los centros comerciales ante la escasez de alimentos, de cubrebocas y gel antibacterial provocado por la pandemia del Covid-19 que vive nuestro país y muchos países del mundo. Una vez más, con calumnias quisieron ensuciar al único movimiento a nivel nacional que le hace contrapeso a la 4T, pero afortunadamente son miles y miles de mexicanos que han ido cobrando conciencia, que poco a poco van educando su pensamiento y ya no se tragan el montón de mentiras en contra de Antorcha.

Cuarenta y 6 años respaldan nuestro trabajo, nuestra lucha legitima por los pobres de México, y a lo largo de todos estos años no ha habido un solo hecho que pruebe que nosotros recurrimos a este tipo de acciones. Nuestra lucha es legal, mediante hechos concretos vamos mejorando las condiciones de los pueblos, colonias, escuelas, clínicas, fábricas, que se agremian a nuestra organización. Nuestra lucha es de ideas que demuestran lo falso, lo contradictorio, la doble moral de los políticos y funcionarios, como es el caso de AMLO y su 4T, quienes con sus propios videos en las redes sociales muestran que una cosa se dice en campaña y otra muy diferente se hace cuando tienen el poder.

El pueblo debe educarse, estudiar para que pueda distinguir "la navaja que va dentro del pan" para que pueda analizar temas complejos, las noticias que nos llegan por todos los medios y poder identificar qué tanta de esa información tiene el propósito de confundir, de engañar, de crear duda y división entre el pueblo. Como decía Bertolt Brecht en su poema "Loa al estudio":

¡Asiste a la escuela, desamparado! ¡Persigue el saber, muerto de frío!

¡Empuña el libro, hambriento! ¡Es un arma!

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