MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

Ante la guerra en Ucrania, los obreros deben protestar

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Para las personas que no están prejuiciadas por la desinformación y las falsedades de los medios de comunicación occidentales, repetidores de las noticias elaboradas por las agencias estadounidenses (como la gran mayoría de los noticieros de México), sino que contrastan la información de ambas partes en guerra: Estados Unidos y la OTAN contra Rusia, no puede haber ninguna duda acerca del carácter y de los objetivos que persiguen cada una de las partes contendientes. 

La guerra en Ucrania no la empezó Rusia, en realidad esta inició con el golpe de Estado de 2014, financiado y dirigido por Estados Unidos (EE. UU.), con el que derrocaron al presidente democráticamente electo para imponer a un títere, más fiel y rabioso que un perro. Han sido ocho años de masacrar impunemente a la población rusa del Donbas, en este periodo han elaborado armas biológicas (prohibidas por las Naciones Unidas) en 30 laboratorios en el territorio de Ucrania, reuniendo toneladas de plutonio y uranio, enriqueciéndolo para la elaboración de ojivas nucleares (violando el tratado de no proliferación de armas nucleares)  han estado entrenando y armando con armas modernas a decenas de miles de soldados neonazis para lanzar un ataque fulminante contra el Donbas y después contra Rusia. Al gobierno imperialista de los Estados Unidos lo impulsa el afán de dominio mundial, exactamente el mismo sueño de los nazis encabezados por Hitler en la segunda guerra mundial, y también los mismos métodos y la misma ideología: el nazi fascismo.

Rusia en Ucrania enfrenta a los imperialistas de Norteamérica y de Europa en una guerra defensiva; hasta hoy ha logrado detener el avance de los nazis, destruyendo una gran cantidad de armamento que no deja de llegar de occidente y resiste las sanciones económicas impuestas con el fin de debilitarla. Por su parte China, potencia emergente, sabedora de que, si derrotan a Rusia, las fuerzas imperialistas caerán con mayor poder sobre ella, ha mantenido una posición firme en defensa de la paz y el respeto de todas las naciones, negándose a tomar medidas contra sus vecinos.

Además, las sanciones económicas impuestas a los rusos afectan también a los países que las adoptan y a todo el mundo; por ejemplo, han disminuido las compras de petróleo y gas rusos por parte de Europa, provocando escasez y encarecimiento para los consumidores, para el pueblo de sus mismos países, algo muy grave si tomamos en cuenta que en invierno las bajas temperaturas en esos lugares hacen indispensable la energía para calentar sus hogares y no morir de frío. Ucrania y Rusia son de los principales exportadores de cereales como el maíz y el trigo, materia prima de los principales alimentos de los pueblos del mundo, dejando de exportar y originando también escasez, aumento de precios y más sufrimiento para los trabajadores de todo el planeta.

Todavía no salimos de la crisis por la pandemia, del escaso crecimiento económico o de la franca recesión, agravada por la guerra que empeora la inflación, el aumento generalizado de los precios, el desempleo creciente, los bajos salarios, la pobreza extrema, la miseria y el hambre cunden en todos los pueblos del mundo, incluidos los de los países imperialistas como Estados Unidos, Inglaterra, Francia y Alemania y, con ello, el descontento popular y la desestabilización política.

El 28 de mayo finalizó el llamado Foro Económico Mundial de Davos, Suiza que reúne a los multimillonarios del mundo, líderes políticos y empresariales, en el que expresan su visión de la situación económica y plantean las medidas que deben asumir los gobiernos para que el capitalismo se fortalezca y ellos puedan continuar amasando sus enormes fortunas. Su mayor preocupación es la desestabilización social y política que complicaría el funcionamiento del sistema, pues prevén una catástrofe alimentaria mundial, hambre masiva e inflación descontrolada y urgen a los bancos centrales de todos los países a tomar las medidas adecuadas.

Como líder mundial, el banco central de Estados Unidos, en voz de su presidente, Jerome Powel, plantea como objetivo ¡bajar los salarios a los trabajadores! para contener la inflación, quejándose de que no aceptan trabajos mal pagados y con pocos derechos, por lo que habrán de tomar medidas para ¡disciplinar a la clase obrera! Como siempre, bajar los salarios para no afectar las ganancias de los empresarios. En otras palabras, plantean una guerra mundial contra la clase trabajadora, contra el empleo y los salarios. 

En Sri Lanka, desde principios de abril hay levantamientos populares provocados por el desabasto y elevados precios de los alimentos, ocasionando la renuncia de la mayoría de los ministros y exigiendo la caída del presidente y la conformación de un gobierno popular. Por la actitud de los poderosos del mundo, todo parece indicar que se ha iniciado una nueva época de protestas espontáneas de las masas que pudieran derivar en revoluciones sociales anticapitalistas ahí en donde se desarrolle la conciencia y la organización de los trabajadores. Rusia está haciendo su parte contra el imperio, ¿Los trabajadores del mundo, incluyendo a los de los países imperialistas, harán su parte?

 

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