Si hacemos memoria de cómo, cuándo y por qué surgió la alianza entre los partidos del PRI, PAN y PRD, no haría falta retornarse mucho tiempo al pasado. Recordemos que el 22 de diciembre de 2020 los dirigentes nacionales Alejandro Moreno, Marko Cortes y Jesús Zambrano, respectivamente, anunciaron el acuerdo de la alianza electoral por medio de la coalición “Va por México”.

La alianza surge luego de que en las elecciones de 2018 gana Morena la presidencia de México, cinco gubernaturas y además la mayoría en el Congreso de la Unión. Estos tres partidos buscarían ser contrapeso al gobierno que encabeza Andrés Manuel López Obrador, y uno de los objetivos principales era cambiar los resultados en el año 2021 con la mayoría en la Cámara de Diputados y la de Senadores.

Al parecer todos estuvieron de acuerdo y perseguían el mismo fin, salvar a México de un gobierno arbitrario y autoritario. El principal objetivo de la coalición era construir un mejor futuro, recuperando el crecimiento económico, el Estado de derecho y el orden democrático, esto lo lograrían al ganar juntos una mayoría opositora en la Cámara de Diputados. En fin, se llevaron a cabo las elecciones federales el 6 de junio de 2021 y como era de esperarse Morena no logra renovar su mayoría absoluta en los curules de la Cámara de Diputados y, por lo tanto, la coalición “Va por México” ve una oportunidad para impedir las reformas e iniciativas constitucionales regresivas de la 4T.

¿Pero qué paso con la coalición? Al parecer se alcanza a notar que, en un futuro no muy lejano, se disuelva esta alianza. El pasado 7 de septiembre, los dirigentes nacionales del PAN y PRD anunciaron una pausa, luego de que el dirigente del PRI apoyara la iniciativa de la diputada Yolanda de la Torre para ampliar hasta 2028 el periodo legal para que las Fuerzas Armadas lleven a cabo labores de seguridad pública. Iniciativa que no aprobaron dos de los integrantes de la coalición (PAN y PRD) y le hicieron un llamado a “Alito” para no aprobar y retirar la iniciativa porque de no ser así el camino sería la ruptura definitiva de esta alianza.

Sabemos que Alejandro Moreno, desde hace algunos meses, ha estado en el ojo del huracán ya que la Fiscalía General de la Republica (FGR) abrió una carpeta de investigación en su contra en la que es acusado de varios delitos (tráfico de influencias, desvío de recursos, lavado de dinero, enriquecimiento ilícito y fraude fiscal) y que, en ese entonces, dijo que estos hechos eran maniobrados desde el Gobierno federal porque era persecución política sin fundamento.

Mencionó que llegaría hasta las últimas consecuencias e hizo varias denuncias públicas ante las Naciones Unidas, la Organización de Estados Americanos, a la Unión Europea y, por último, a la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) por la presunta persecución política contra los partidos políticos de oposición en el país.

Todos estos hechos que se han presentado en estos dos últimos años indican que se va a dar una ruptura en esta famosa coalición, ya que Alito no está dispuesto hacer lo que los dirigentes del PAN y PRD le digan. Queda claro que su postura es salvarse de un encarcelamiento y frenar las investigaciones en su contra. Se nota que en estos momentos no le importan su compromiso con la ciudadanía y ni con sus aliados.

¿Pero hay algún beneficio de todo esto? Pues solo sería triunfo para la 4T, ya que AMLO, desde su gobierno autoritario, quiere que sus opositores sientan miedo, porque seguramente sí hay delito que perseguir y por eso arrodillan y se ponen a su servicio para escapar de la justica, y claro, defraudan a sus ideales, si es que los tienen.

A los mexicanos nos queda claro que estas alianzas que hacen entre partidos no son sólidas, pues persiguen diferentes ideales políticos y económicos y en cualquier momento se pueden disolver. La gente no es tonta y estos hechos, por parte del PRI, tendrán consecuencias para las elecciones de 2024.