De acuerdo con recientes datos aportados por el INEGI, México cuenta con una población de 122 millones de mexicanos y una población económicamente Activa (PEA) de 54 millones, de los cuales 7 millones de trabajadores ganan un salario mínimo (80.04 pesos) y 2 millones carecen de empleo. Un análisis realizado por investigadores de la UNAM con datos de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE), han demostrado que un trabajador que gana el salario mínimo en México genera el valor de su sueldo con sólo laborar 9 minutos, y que lo que produce en el resto de su jornada, 7 horas con 51 minutos, se queda en las arcas del gobierno y de las empresas.
Para hacernos una idea de lo que acumulan todos los días los grandes capitalistas diremos que en 2016, el mayor número de puestos creados fueron de obreros, con 33,800 plazas y 12,000 empleados. Las empresas con el mayor número de puestos laborales en 2016 fueron Femsa, con 266,000; Walmart, con 228,000; América Móvil, con 184,000; Bimbo, con 130,000; Alfa, con 80,000; Grupo Carso, con 74,000 plazas; Elektra, con 64,000; Alsea, 64,000; Liverpool, 57,000 y Arca Continental, con 49,000 puestos de trabajo que sumados hacen un 1,545,000 al cierre de 2016, 46,000 nuevas plazas en comparación con 1,499,000 empleos del año anterior.
Varios analistas afirman que en Querétaro los trabajadores aumentaron su productividad, al pasar de 885 a mil 171 pesos por hora trabajada, lo que significa un crecimiento de 286 pesos por hora y 9 mil 368 pesos en una jornada de 8 horas. Recientemente la Asociación Civil, México, ¿Cómo Vamos? al dar a conocer el comportamiento económico del cuarto trimestre de 2016 de las 32 entidades del país, Querétaro resultó bien evaluado en el rubro laboral, ya que su meta era alcanzar 18 mil 100 empleos y llegó a 36 mil 125; cifra obtenida usando la base de datos del IMSS y obtuvo también una calificación satisfactoria debido a que registró un promedio de 189 pesos por hora trabajada, produciendo mil 512 pesos en una jornada de 8 horas cuando el promedio nacional es de 133 pesos por hora de trabajo.
Si sólo tomáramos como cierto el segundo caso, tendríamos que cada trabajador que recibe un salario mínimo, estaría produciendo para el patrón, mil cuatrocientos pesos diarios, lo que confirma lo señalado por la OCDE, de que es México el país del mundo donde más horas por semana se trabaja, 44, y que el 40 por ciento de la población trabajadora no puede costear la canasta básica de mil 330 pesos mensuales para zonas urbanas y 948 pesos para zonas rurales. Esto explica por qué en Querétaro las personas tienen que trabajar más para poder costear su nivel de vida. Mención aparte merece el que además de los bajos salarios, sus demandas son siempre las mismas: revisión de sus contratos colectivos de trabajo, mejorar sus condiciones laborales, seguridad social, pago de horas extras, vacaciones, vivienda, etcétera, pues la mayoría de los líderes se dedican a vivir de las cuotas de sus agremiados, de los patrones y de las prebendas de los gobernantes en turno.
Pero como el león cree que todos son de su condición, J Cruz Araujo y Alejandro Olvera Hernández, dirigentes de la CTM, sección Querétaro y de la Alianza Sindical del Estado de Querétaro (ASTEQ) respectivamente, monopolizadores de lo que ellos llaman "Industria de la mendicidad", en lugar de trabajar y de luchar en serio por los intereses de los trabajadores queretanos que dicen representar, para mantenerse en sus puestos y seguramente con la ilusión de alcanzar un hueso más grande, irresponsablemente, por encargo de sus patrones en turno, acusan a Antorcha Campesina, a los estudiantes de la UAQ y otras organizaciones sociales, sin ningún fundamento, de pretender sabotear el desfile del 1º de mayo.
Es evidente que el "cambio de formato", desayuno por desfile del 1º de Mayo no es por "focos rojos" o "falta de condiciones" provocado por organizaciones no sindicales, sino por el temor de que los trabajadores cada vez más conscientes e indignados, protesten en lugar de humillarse, por la terrible explotación de que son víctimas en la desmedida ambición de los patrones de incrementar la producción y su ganancia; por los malos gobernantes y sus propios "líderes" que a cambio de beneficios personales no defienden sus intereses sino los de sus explotadores.
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