MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

Al Gobierno de Quintana Roo no le interesa acabar realmente con la pobreza

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Muy lejano quedó el recuerdo de la radiografía expuesta por el hoy gobernador del Estado, Carlos Joaquín González, cuando en su frenética campaña para hacerse del voto ciudadano y llegar al poder, ofreció, como buen político, las “perlas de la Virgen” a los quintanarroenses, que deseosos, anhelantes y necesitados de atención en sus carencias, se tragaron las mentiras que en ese entonces indilgó el hoy mandatario estatal y en el pecado se lleva la penitencia, pues Quintana Roo dejó de prosperar y hoy ocupa los primeros lugares negativos de todo, pero principalmente en pobreza y marginación.

Atrás quedó la imagen y las palabras de Joaquín González cuando se comprometió ante la ciudadanía, sedienta de justicia, que sería un gobierno del y para el pueblo, incluyente y cercano para resolverle sus principales necesidades; un gobierno que priorizaría los intereses de la clase humildes y que pasaría a la historia como un gobernante fraterno y humilde hacia las necesidades de las mayorías “como jamás se ha visto en nuestro estado”.

Como yo, miles están seguros que la realidad que se vive en Quintana Roo está muy lejos del retrato que ofreció el gobernador Carlos Joaquín González, porque no es cercano a la gente, no es incluyente y no ha sabido o no ha podido resolver los principales problemas que aquejan a los ciudadanos, eso sí, es todo lo contrario a lo que ofreció, sin duda alguna.

Y para muestra un botón, datos de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo dado a conocer por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía, afirma que nuestra entidad sigue ocupando los primeros lugares de situaciones complicadas para los ciudadanos, la ENOE señala que actualmente en la entidad hay 709 mil 451 personas económicamente activas, de las cuales el 48 por ciento lo hacen en la informalidad, es decir que no cuentan con las prestaciones, ni seguridad social. 

Esa cifra nada alentadora, evidencia la difícil situación y carencias que padecen miles de personas que a diario tienen que enfrentar el flagelo de la pobreza, dado que por la falta de empleos y la vez por salarios de hambre muchas personas tienen que ingeniárselas para adquirir algunos pesos para que en el hogar no falten los alimentos porque el estómago no espera y más cuando hay niños y enfermos que hay que atender.

Sin duda, no todo es culpa de las autoridades, pero sí es su responsabilidad el ejecutar acciones inmediatas para contrarrestar los efectos negativos que provocan que los ciudadanos vivan en la pobreza por falta de oportunidades.

La pandemia colapsó la mano de obra en todo Quintana Roo, las micro, pequeñas y medianas empresas materialmente han desaparecido y con ella la opción de emplear a miles de jefes de familia, jóvenes, estudiantes y amas de casa, que ahora buscan en el comercio informar la manera de hacerse de recursos para salir adelante con sus familias, los datos dados a conocer por el Semáforo Económico por Sexo, elaborado por la organización “México Cómo Vamos”, refiere que del total de la población el 49 por ciento de mujeres que laboran en la informalidad, contra el 44 por ciento de hombres que se encuentran en esta situación.

No es de extrañar que en las calles veamos a cientos de hombres y mujeres con sus puestos ambulantes vendiendo todo tipo de artículos, ropa, comida, utensilios diversos, zapatos, cubre bocas, raspados, frutas, gorras, elotes y muchas cosas más, por la apremiante necesidad que viven en sus hogares. Es digno de reconocer a esas personas por su esfuerzo, porque aun cuando no obtienen ninguna ayuda por parte de las autoridades gubernamentales, ponen todo el empeño para salir adelante en esta crisis económica y de salud que azota al país.

El Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social, reveló las cifras de sus estudios del 2020, en la que desafortunadamente Quintana Roo ocupa los primeros lugares, entre ellos y el más alarmante es la generación de nuevos pobres y con ello el aumento considerable de la gente que se encuentra en pobreza y en pobreza extrema. El Coneval en el informe “Medición de la Pobreza” apunta que, en 2018, 796 mil 366 personas tenían rezago en ese indicador; dos años después, la cifra ascendió a 908 mil 554. En otras palabras, 112 mil 188 habitantes de Quintana Roo se sumaron a este tipo de marginación, aquí habría que agregar que Carlos Joaquín ya estaba en el Gobierno estatal y la pandemia solo evidenció aún más la difícil situación que enfrentan los quintanarroenses.

Así, los datos estadísticos no miente, esta es la realidad que contradicen todas las promesas, mentiras e inacción del gobernador Carlos Joaquín González, que tal vez vive en una burbuja irreal donde todo es perfecto, donde no hay hambre, no hay pobreza, no hay necesidades, el progreso es pujante y donde ha cumplido todas sus promesas realizadas a los antorchistas y ciudadanía en general.

Pero no, esa no es la realidad de miles de quintanarroenses; sí la es el que vivan engañados por el mandatario, al que nada le costó mentir, ofrecer y engañar para acceder el poder y después condenar al estado al fracaso y al retroceso.

Por ello es necesario que el pueblo despierte de ese marasmo en que se encuentra, de la apatía y de la falta de interés por lo que ocurre a su alrededor; es hora de despertar y exigirle al gobernador Joaquín González cumpla y si para ello es necesario ejercer el derecho de manifestación que la Constitución Política de los Estados Mexicanos nos otorga, pues habremos de hacerlo si es la única vía para lograr lo que hoy el gobernador nos niega.

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