MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

Acerca de la revocación de mandato 

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Al tocar el tema de la consulta para la revocación de mandato, no entraré al terreno de la discusión del teoricismo de moda, según el cual en los países capitalistas son regidos bajo regímenes democráticos, de modo que existen dos tipos de democracia: la directa y la indirecta. Esta es una discusión de los teóricos encarcelados en la ideología burguesa, imperante en los centros de estudios y universidades occidentales, desde la Patagonia hasta Berlín, que concibe la revocación de mandato como un instrumento más de la democracia indirecta, por lo que según la mayoría de estos teóricos debemos acudir a votar en la misma.

Estos pensadores basan sus explicaciones en la teoría de Rousseau del Contrato Social, según la cual el Estado es una asociación de hombres libres e iguales que, para lograr una convivencia sana y productiva, deciden ceder una parte de sus derechos a un órgano que administra y da orden al conglomerado social, gracias al cual se supera el caos en beneficio de todos: es decir, que ceden varios de sus derechos individuales para formar el Estado.

Esta teoría del Estado fue la bandera ideológica de la Revolución Francesa, que reivindicó los intereses de la burguesía del siglo XIX en su lucha contra el Absolutismo y las viejas clases dominantes del Medievo. Sobre esa teoría, la burguesía desarrolló su concepción del Estado y sus instituciones, y creó todos los aparatos que le dieron legitimidad a la propiedad privada y a la explotación del trabajo asalariado sobre el que se desarrolla este sistema social. Por ellos hoy nos parece normal la inmensa desigualdad entre los hombres, en todos los órdenes.

Para asegurar su dominio por sobre las demás clases, el Estado de la burguesía desarrolló diversos órganos de dominación, entre otros:

•El aparato jurídico, en el que la ley suprema es la propiedad privada, por encima de cualquier tipo de humanismo.

•El militar, que mediante el monopolio de la violencia asegura en última instancia la supervivencia del régimen (para sostenerse incluso ha llegado al genocidio en América Latina -Chile, Argentina, etc.- y en todo el mundo).

•El ideológico, mediante el cual se manipula la conciencia social, y cuya mejor expresión está concentrada en apenas cinco conglomerados globales de medios, que seleccionan la información que pueden conocer los pueblos (por lo demás, la libertad de expresión y de información se han convertido en expresiones falaces, como puede observarse en el bloqueo de otros medios y la selección noticiosa y las fake news según los intereses de esos conglomerados capitalistas).

La teoría burguesa del Estado, como una asociación de hombres iguales fue ampliamente desmenuzada, criticada y superada por el marxismo. Desde la Ideología Alemana hasta El Capital, Carlos Marx demostró con claridad cómo a través de la historia, el Estado es y ha sido un aparato mediante el cual las clases dominantes se organizan para dominar a las clases explotadas. En el análisis de un momento histórico concreto, particularmente importantes fueron La Lucha de Clases en Francia de 1848 a 1850 y El Dieciocho Brumario de Luis Bonaparte, obras que devastaron toda la concepción anterior de la política y construyeron la teoría científica del Estado.

Mientras haya desigualdad y explotación económica, los hombres no pueden ser iguales ni libres, pues en una sociedad dividida en clases (en la que una clase posee los medios de supervivencia social), necesariamente una clase esclaviza a las demás, y para lograrlo crea las instituciones que necesita, teniendo como eje el poder del Estado (podemos verlo claramente en el predominio actual de la burguesía por sobre la iglesia y los militares, entre otros).

Entre las entidades creadas por el moderno Estado burgués se encuentra el aparato electoral, que le da al sistema social una apariencia de democracia, pero cuya esencia es la dictadura de la clase dominante (regularmente las políticas del Estado favorecen a los ricachos y van contra los intereses de los más desfavorecidos), por lo cual es importante vestirse de democracia, pues eso le da un hálito de bondad y credibilidad social (aunque ésta es cada día menor). Mediante el aparato electoral, se aparenta que los ciudadanos elijen y pueden elegir a quienes ejercerán el poder de ese aparato que es el Estado.

La realidad de México nos demuestra, en cada elección, la lucha entre las diversas facciones y grupos de la burguesía por obtener la dirección del Estado, que se disputan entre sí (de manera abierta o secreta), para lo cual eligen a los personajes que promueven y financian (véase el caso de Salinas Pliego, Carlos Slim y otros, quienes ante tanta inconformidad social decidieron promover a López Obrador, y hoy son sus asesores financieros y de negocios).

Por ello, no debemos caer en el garlito de que esta elección es para el bienestar de la población mexicana. Se trata sólo de otro episodio más mediante el cual el régimen capitalista dependiente mexicano trata de mostrar un rostro democrático, cuando puede verse claramente que la maquinaria del Estado (cuya dirección hoy está en manos de un sector de la pequeña burguesía, reaccionaria hasta llegar a la ideología del México de los años 70’s del siglo pasado, aliada con la gran burguesía mexicana) estará funcionando a toda capacidad para engañar nuevamente al pueblo de México, mientras los grandes capitalistas siguen haciendo enormes negocios con los recursos de la Patria y el sudor de sus trabajadores.

Para comprobar que es así, hagámonos una de las preguntas que planteaba Bertolt Brecht en uno de sus poemas: “¿A quién beneficia?” Este proceso electoral de la revocación de mandato, moldeado y financiado para la segura continuidad y fortalecimiento de este gobierno, que aplicará todo su poder para aprobar al presidente, especialmente la mentira y enorme presupuesto, por lo que más bien es de ratificación. ¿A quién, pues, beneficia? 

Después de tres años en ejercicio de este pésimo gobierno, en que los trabajadores mexicanos siguen subyugados a los líderes charros y a sindicatos que los contienen y reprimen en favor de las ganancias capitalistas, con un salario mínimo de hambre y hecho añicos por la inflación, y las clases medias pauperizándose rápidamente en medio del desempleo, las decisiones de ocurrencia, la inflación y la recesión, definitivamente el proceso de revocación no beneficia a ningún ciudadano común, aunque haya muchos que lo crean porque reciben dádivas del gobierno, pero el criterio de verdad no proviene de la democracia. 

En cambio, sí beneficia, y mucho, a un puñado de grandes capitalistas, mexicanos y extranjeros, ricos entre los más ricos del mundo, que han hecho los grandes negocios con el gobierno, al más puro estilo salinista, en las obras faraónicas, una de las cuales acaba de ser inaugurada y que probablemente se convierta en un elefante blanco. Basta ver cómo en medio de la tragedia de la pandemia de covid-19, los grandes ricachos se hicieron aún más ricos en medio de la pobreza y la enfermedad generalizada. 

Participar en la revocación significa validar el procedimiento que fortalecerá a este gobierno, una componenda y una concesión que no resultará a favor de la población del país.

A las personas de buena fe, que no se dejan comprar con las dádivas del gobierno (pues saben que al recibir dinero del estado ese no “es dinero de AMLO”, sino el fruto del trabajo de los mexicanos apenas devuelto a las manos que lo crearon), a los trabajadores, a la clase media afectada y a la sociedad en general nos toca organizarnos, primero para denunciar este procedimiento como innecesario, falso y tramposo. Además, es dispendioso en una sociedad necesitada, pues son ¡mil 600 millones de pesos tirados a la basura electoral!

Nos toca organizarnos también para luchar en contra de este Estado, cuyo gobierno pretende ser aún más autoritario, que ofende y reprime a los disidentes en todos los ámbitos, sean estos periodistas, escritores, intelectuales, clase medias, trabajadores, etc. y que busca reintegrar e impulsar el prestigio perdido por el gobierno en estos años de pésima gestión, con el fin de perpetuar esta farsa llamada 4T. Organizarnos para luchar es la tarea.

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