MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

100 días de gobierno que definen el rumbo

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Se cumplen cien días de la administración morenista en el Gobierno de Tlaxcala y se presentará un informe de resultados a los tlaxcaltecas en un evento abierto en el zócalo de la capital. Sin duda, el discurso oficial será triunfalista, su balance será positivo y dará por hecho que el Estado ha entrado al proceso de transformación que ya se sigue a nivel nacional. Sin embargo, también están las opiniones de quienes señalan que no hay nada que festejar, que los días transcurridos dan cuenta de la incapacidad del nuevo gobierno, del manejo político y opaco de los recursos públicos y la pérdida de confianza en la elección de sus funcionarios dado el caso del exsecretario de Seguridad Ciudadana.

Las acciones que hicieron una diferencia, no sólo con la administración estatal anterior sino también con el gobierno nacional, son la adopción de nuevas medidas para hacer frente a la pandemia: se instalaron Kioscos en los que la población pudo acceder al préstamo de un tanque y a la recarga de oxígeno medicinal gratuito; aplicación de pruebas covid sin costo para la detección y aislamiento de los casos positivos al público en general. Acciones que, junto a la campaña de vacunación y el semáforo de riesgo epidemiológico en verde, permitieron reducir al mínimo el número de contagios y defunciones en el Estado, por lo que la percepción de cambio en el manejo de la pandemia fue inmediata, sobre todo entre quienes no contaban con los recursos económicos para acceder al oxígeno o a las pruebas. Entre las actividades ordinarias de Gobierno vimos la entrega de apoyos federales como “fertilizante para el bienestar” y unidades básicas de vivienda; entre las ayudas estatales se dieron apoyos agropecuarios, productivos, comunitarios, a microempresas, entre otros; resalta el anuncio anticipado de la gobernadora de concluir en estos cien días el Complejo de Atención Especializada en la salud y bienestar, donde operarán las dos Unidades de Hemodiálisis y Cirugía Ambulatoria, en San Matías Tepetomatitlán, municipio de Apetatitlán. Acciones todas que le valdrán aplausos al gobierno morenista. 

Entre sus negativos más relevantes está  el abandono de Alfredo Álvarez Valenzuela al cargo como secretario de Seguridad Ciudadana del Estado, pues significó un descalabro político temprano para la nueva administración morenista, ya que el responsable de la seguridad de los tlaxcaltecas “se dio a la fuga para evadir una orden de aprehensión en su contra” –señaló Gabriela Hernández en su nota de Proceso del jueves 25 de noviembre de 2021-. “Se trata de la orden de aprehensión número 148/2014 girada por el Juez Octavo del Distrito de Chihuahua, con fecha 19 de septiembre del año 2014, pero al arribar personal de la Agencia de Investigación Criminal (AIC) las puertas de la Secretaría de Seguridad Ciudadana se encontraban cerradas y el titular de la dependencia salió minutos antes vestido de civil con destino desconocido. (...) El titular de la Secretaría de Gobierno, Sergio González Hernández, sostuvo que la tarde de este 20 de noviembre fue notificado por elementos de la AIC del procedimiento en contra de Álvarez Valenzuela, de ahí que tomaron acciones inmediatas para garantizar la seguridad de la ciudadanía”. (El Sol de Tlaxcala. Diana Zempoalteca, lunes 22 de noviembre de 2021). Los delitos que se le imputa al exsecretario son abuso de poder y desaparición forzada, acusaciones graves para el cargo encomendado.

El discurso oficial es determinante para definir el rumbo del gobierno y con ello el de crecimiento y desarrollo del Estado, por ello preocupa que se ataque la corrupción como mal fundamental y no la terrible pobreza que también impera en el Estado. Nadie en su sano juicio justifica ni defiende la corrupción, por supuesto que es un lastre social que debe combatirse, pero desde su causa y esta se encuentra en la inequidad social. Obrar a la inversa, es decir, dirigir las acciones de gobierno contra la corrupción deja incólume las condiciones de pobreza y vulnerabilidad presentes entre amplios sectores de la población. Por ello el balance, a las acciones de estos primeros cien días de gobierno, aunque sean aplaudibles son intrascendentes para los problemas profundos que viven los tlaxcaltecas.

La nota de Gamaliel Jiménez en lineadecontraste.com del 29 de enero de 2021 nos da cuenta de esa realidad que se vive en Tlaxcala, al señalar que “de acuerdo al Informe Anual sobre la Situación de Pobreza y Rezago Social 2021 a cargo de la Secretaría de Bienestar, el cual fue publicado en el Diario Oficial de la Federación, revela que en Tlaxcala existen 41 mil 747 personas en pobreza extrema, 604 mil 14 en pobreza moderada y 381 mil 951 que es vulnerable por carencias sociales; mientras que 101 mil 925 personas presentan vulnerabilidad por ingresos  y 205 mil 166 personas son consideradas como población no pobre y no vulnerable. En cuanto a los indicadores de carencias sociales, la que mayor porcentaje presenta es la población sin acceso a seguridad social, en la cual se encuentran 904 mil 795 personas, que representa el 67.8 por ciento del total de la población; le sigue la falta de acceso a la alimentación, en la cual se encuentra 270 mil habitantes, que representan el 20.2 por ciento del total. En tanto 183 mil personas 357(sic)  (13.7 por ciento) no tiene acceso a los servicios de salud; 175 mil 86 personas (13.1 por ciento), presentan rezago educativo; 135 mil 220 personas (10.1 por ciento) no tienen servicios básicos en sus viviendas; y 116 mil 316 personas (8.7 por ciento) carecen de calidad y espacios de vivienda” (negritas de JOIR).    

Condiciones para que los tlaxcaltecas salgan por sí mismos de su situación lacerante tampoco se han dado pues según la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) del Inegi para el tercer trimestre del 2021, 450 mil 038 tlaxcaltecas se encuentran en informalidad laboral, equivalente al 71.8 por ciento de la Población Económicamente Activa y 34 mil 403 personas están desocupadas, equivalente al 5.5 por ciento de la PEA. El reporte del Coneval señala que “la pobreza laboral (porcentaje de la población con un ingreso laboral inferior al valor de la canasta alimentaria) aumentó 1.8 puntos porcentuales en Tlaxcala, al pasar de 49.7 a 51.5 por ciento entre el segundo y tercer trimestre de 2021. (...) Uno de los factores que explican el aumento de la pobreza laboral es la disminución de 0.74 por ciento en el ingreso real en Tlaxcala, ya que pasó de 2 mil 32.61 a 2 mil 17.40 pesos entre el segundo y tercer trimestre de 2021, esto es, 15.21 pesos menos” (La Jornada de Oriente. José Carlos Avendaño, 25 de noviembre de 2021). No se debe dejar de ver que todos los datos son  después de la implementación de las transferencias monetarias directas del Gobierno Federal a la población.

Estos cien días definen el rumbo que debe seguir el pueblo tlaxcalteca empobrecido: el de su organización y lucha para abatir las deplorables condiciones de vida a las que los condena el sistema social en el que vivimos y está exigencia determinará también la dirección que tome su gobierno, a favor o en contra de sus causas, pero la determinará. El pueblo debe crecer en su conciencia para dejar de ser aplaudidor de paliativos a su miseria y convertirse en hacedor de su transformación social, como clase no solo como individuo, y ya llegará ese tiempo, no hay que desesperar, por lo pronto: espectadores de vacuos festejos.     

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