Cuando un gobernante lucha verdaderamente por edificar una nación progresista, con oportunidades de desarrollo para todos los sectores, con menores índices de inseguridad y permanente combate a la criminalidad, la drogadicción y el alcoholismo, por mejores atenciones educativas y de salud, implementa estrategias económicas que funcionan para poner fin a la enorme pobreza que se tiene en la patria que gobierna, como una de las grandes prioridades que debe tener en mente.
No hacerlo así, no aplicar un justo y equitativo reparto de la riqueza, transforma a cualquier nación del mundo en una fábrica de pobres, donde la miseria extrema y la hambruna se convierten en caldo de cultivo para otros problemas, como el de la violencia, la delincuencia organizada y el alejamiento de acceder a mejores niveles de bienestar.
Lo anterior viene a colación porque el Presupuesto que ha anunciado el presidente Andrés Manuel López Obrador, se encuentra muy alejado de la realidad que se vive en todos los rincones de México.
Lejos de satisfacer con recursos económicos a las entidades y municipios, que realmente sirvan para que gobernadores y alcaldes puedan trabajar en beneficio de sus respectivos pueblos, se les están arrebatando, reduciendo las participaciones federales sin haber revisado siquiera la condición que se vive en cada uno de esos lugares del país.
Aún se recuerdan las palabras enderezadas por López Obrador en torno a Coahuila, diciendo que a dicha entidad no enviaría mayores recursos porque no los necesitaba, como si no supiera que, en dicho estado, se viven condiciones de pobreza muy diferentes a las que se pudiesen tener en el sur o sureste del país.
Porque basta mirar que estamos hablando de la pobreza en el semidesierto, mientras en otras regiones se lanza una semilla en la tierra, ésta brota y da fruto, mientras que en Coahuila si se planta una semilla sale una lagartija y se la come.
Pero la pobreza o miseria de los mexicanos se encuentra por todas partes y debe ser atendida con programas sociales de alto impacto, con dinero suficiente proveniente del Gobierno federal, no con migajas, porque eso no sirve de maldita cosa, es como aplicar "mejoralitos" a un cuerpo carcomido por el cáncer.
La pobreza de esta patria se combate con un presupuesto federal hecho a conciencia, pensando en el progreso de quienes han permanecido olvidados durante mucho tiempo en esa equivocada perorata de lucha social que promovía desde hace mucho Porfirio Muñoz Ledo.
Señor, ¿si tuviera usted muchos millones de pesos qué haría?, pues se los regalaría a los jodidos de mi patria… ¿y si tuviese casas y ranchos y hoteles y demás?...se los daría a los pobres para que vivieran y dejaran de estar en techos de lámina y cartón… y ¿si tuviera usted miles de vacas qué haría, se las daría a los pobres? No de ninguna manera porque vacas si tengo.
López Obrador, dijo cuando era dirigente del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) que, si no hubiese corrupción en México, no habría pobreza… no habría inseguridad ni violencia… "yo calculo que se roban, entre traficantes de influencias y políticos corruptos, como 500 mil millones de pesos cada año, medio billón; es el robo más grande que se comete en México".
Y luego agregó, sin decir cómo calculó esa cantidad, que con ese dinero ahorrado al combatir la corrupción acabaría con la pobreza.
Pero como se puede observar, tal parece que algo no le funcionó bien al señor de Tabasco, porque ni se ha combatido la corrupción, ni se han obtenido recursos mayores para los mexicanos, vaya pues, ni siquiera se ha logrado implementar o autorizar un presupuesto federal que permita salir a México de la tragedia.
"Todos somos testigos de que estas ideas, en las que se mezcló el diagnóstico correcto de los problemas nacionales, principalmente de la pobreza, con fórmulas simplonas y falsas para resolverlos, fueron el eje de una campaña que a la postre hizo ganador a López Obrador y puso fuera de combate a un partido, el PRI, que había regresado al poder a cometer los mismos atropellos y errores que lo habían sacado años antes de la Presidencia de la República, amén de que formaron legiones los priistas que, abierta o embozadamente, se pasaron con armas, bagajes y malas artes a Morena".
En el mes de agosto, López Obrador se llenó la boca para decir desde Puebla: "ya puedo decirles aquí, con la frente en alto, que ya no hay corrupción…".
Entonces, si eso fuese así se supone que esos 500 mil millones de pesos que "ya no se robaron" del presupuesto que actualmente ejerce la 4t, deben aparecer en algún lugar de las cuentas nacionales para destinarlos a resolver lo que se ofreció en campaña: terminar con la pobreza y la violencia.
Porque de esa forma los mexicanos podríamos ver, incremento en el gasto destinado a vivienda popular, apoyos a productores del campo, mejoras en sistemas de educación y salud; disminución importante o desaparición total de las carencias de agua, luz, drenaje, pavimentos, espacios deportivos y culturales; apoyo a la investigación científica, impulso al deporte, entre otros.
Se vuelve a estar frente al recorte de programas para financiar aquellos que consideran que darán votos, aunque la gente siga igualmente pobre y marginada.
Es evidente que no hay en López Obrador ni en toda su caterva de funcionarios de diversos niveles un ápice de consideración para las clases empobrecidas de México, se han engolosinado con el poder político que se han olvidado de sus compatriotas.
Por ello es que los antorchistas unidos como siempre, fuertes y solidarios haremos cimbrar la nación entera exigiendo a los legisladores de la patria ser congruentes con el sufrimiento de sus representados a quienes no se les puede estar tratando como pordioseros después de que le han arrebatado el voto en las urnas.
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