Antes que nada, quiero decirles que a mí me fascina el mole de guajolote, no sólo porque las piezas de carne son más grandes, también porque el mole adquiere un sabor bien rico con el caldito del pollote, este platillo lo he probado en Oaxaca y en el Estado de Puebla. De igual forma tengo cierto cariño y nostalgia al ungüento de mentol y eucalipto, que, de niña, las manos amorosas de mi mami me untaban en todo el cuerpo cuando tenía un resfriado común. Seguramente se preguntarán ¿Y a esta loca qué mosca le picó?, ¿qué tiene que ver una cosa con otra?
Bueno, en realidad, yo quisiera hacer una reflexión con respecto a la ligereza con qué algunos políticos los recomiendan para combatir el virus de la corona que tanto daño nos ha hecho, pues la gravedad respecto al problema de esta pandemia requiere un compromiso serio y mutuo de todos los líderes políticos y la sociedad de la nación para combatirla con eficacia, haciendo caso a las recomendaciones que dé la ciencia, puesto que está en riesgo la vida de muchos hombres y mujeres. Y, como hemos visto, desgraciadamente ¡mucha gente ha perdido la vida! Es de reconocer que muchos científicos han hecho trabajos extenuantes para entender y crear las vacunas y los medicamentos eficaces contra este mal, pero en el transcurso de las investigaciones para encontrar la cura, el trabajo de los líderes sociales, gubernamentales y de salud debió ser el garantizar la integridad de todos sus gobernados, con las recomendaciones y el ejemplo del uso de cubrebocas, guardar la distancia y el confinamiento de la sociedad.
En México, el primer líder en subestimar la sana distancia fue el presidente de la nación, aún y cuando la OMS sugirió detener toda concentración masiva él seguía realizando eventos multitudinarios en el 2020 y de ese año hasta hoy ha celebrado sus informes anuales, así con mucha gente en inminente peligro de contagio. Así de ese tamaño la soberbia del mandatario al desobedecer a un organismo como la OMS, sigue y suma el desastre en donde estamos, la inflación terrible que vivimos del 7%, el desmantelamiento del Seguro Popular que ahora se conoce como Insabi, sistema de salud con más recortes en la atención médica y con serios rezagos en medicamentos, ahora entiendo por qué AMLO expresó en un video después de padecer en carne propia el contagio de covid-19 lo siguiente: “No tuve un tratamiento especial, porque nunca he tenido calentura ni dolores de cabeza, ni falta de oxigenación. Todo normal, solo la ronquera y un ardor en la garganta. No he tomado medicamentos especiales, yo con paracetamol, y aunque se rían, Vick VapoRub en el pecho y en las plantas de los pies...” ¿Acaso no sabe que sus dichos para muchos son ley? ¿No le queda claro que hacer ese tipo de comentarios tan a la ligera no deben caber en un líder de su envergadura? ¿querrá dar a entender que se atendió en el Insabi y por eso solo tomo paracetamol? ¡Así de grande es él! Aquí otro ejemplo biliar, el mandatario estatal Miguel Barbosa expresó a principios de la pandemia que covid-19 se curaba ¡con un buen mole de guajolote! Cuando lo escuché rabié del coraje, pues su expresión fue una burla grotesca, inconsciente, que daban ganas de componer el rostro de unas cachetadas. Están hartando con sus dichos que más que chistosos son verdaderas burlas contra el pueblo que confió en ellos, confió en poner líderes al frente del timón de la nación y que han resultado en unos payasos de circo barato. Si la sociedad mexicana tuviera otras opciones en atención médica, claro que no anduviera tomando remedios caseros, lo hace porque no hay de otra. De qué sirve ir a los hospitales de asistencia social si no hay medicamentos, a veces ni paracetamol, a que ir si la póliza del Insabi no cubre todos los exámenes médicos. Bueno, ustedes bien saben de lo que hablo, lo viven en carne propia cada que se enferma alguien de la familia. Mejor vamos al Doctor Simi. Pues, aunque lo que relato pareciera ser de risa, de ejemplos que pudieran pasar de largo, aquí aplica el dicho “Entre broma y broma, la verdad se asoma”. Y desgraciadamente nuestra realidad es lastimosa. A cuántos muertos les estamos llorando, a cuántos enfermos no podemos ayudar, cuántos pidieron ayuda y no pudimos ayudar. ¡Cuántos dejados de la mano de Dios!
Ojalá entendamos que ni las becas ni las dádivas del gobierno son suficientes ni la solución a los grandes problemas de nuestro México, que se ocupa de verdad cambiar todo, preocuparse en serio por la sociedad, evitar que fantoches sin escrúpulos, mentirosos, manipuladores “tengotrosdatos” lleguen al poder, aunque prometan agarrar a nalgadas a los corruptos, pues ya vimos que no pasa nada.
Bueno, finalmente, si estamos a gusto así como estamos, no nos organicemos como bloque duro, no conozcamos ni analicemos el rumbo que está tomando nuestra sociedad, no nos eduquemos ni eduquemos a los más jóvenes para que ellos conduzcan nuestro país, tampoco busquemos mejoras para nuestras colonias y municipios y, sobre todo, sigamos atentos a las mañaneras “escupementiras” y a las telenovelas. Tampoco atendamos las indicaciones sanitarias que nos dan, úntense VapuRub y dense caricias como dice AMLO. Ah, pero si quieren un cambio, ¡desobedezcamos y hagamos todo lo contrario!, que todos saldremos ganando. a eso los invito.
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