Desde que, de repente, en forma coordinada y casi simultánea comenzaron a aparecer en los medios comentarios aparentemente "independientes", "objetivos" y "desprejuiciados", de ciertos líderes de opinión y de periodistas en torno al terreno que ocupa actualmente la colonia Margarita Morán Veliz sabía que se trataba de una maniobra mediática orquestada por la oficialidad, salvo excepciones como es natural. Ahora, con la constante aparición de "notas informativas" y "opiniones" de columnistas, queda más que evidente la existencia de una campaña mediática gubernamental antiantorchista para desalentar la lucha de nuestro Movimiento por la solución del pliego petitorio que enarbolamos y entregamos en diciembre pasado al gobernador Juan Manuel Carreras López.
Debido a que en la mesa de trabajo que instruyó el gobernador (lo que algunos consideran un privilegio oficial para los antorchistas) no se resuelve nada o muy poco; dado que no hay argumentos racionales que lo justifiquen y ante la insistencia de los dirigentes antorchistas, se recurre a la campaña mediática, seguramente con cargo al erario, para intentar desprestigiar a la organización en su conjunto y en particular a los dirigentes, con el ánimo de restarles, según esto, credibilidad, autoridad política y moral, no sólo en dicha mesa de trabajo sino en una escalada de la lucha que puede derivar en marchas, mítines y plantones; de paso se pretende desalentar a los antorchistas de base instándolos para que abandonen la lucha por inútil. Tal es el plan de la oficialidad.
Sólo agrego en este aspecto que esta historia no es nueva, ni aquí es el único estado donde se repite, por eso la conocemos tan bien; cada vez que se lucha por un pliego petitorio, por la solución de algún problema importante de algún sector vulnerable y empobrecido de la población, cada vez que se intensifica la lucha porque la autoridad se revela insensible y/o incompetente para resolver, surgen los lacayos de la oficialidad con sus campañas. Y obligado a hablar de consecuencias ulteriores éste ha sido el preludio, en otros casos conocidos, de futuros actos represivos que incluyen el uso de la fuerza pública, la cárcel y hasta los secuestros y asesinatos políticos; y si no, veamos lo que pasa en el Estado de México, en donde sicarios al servicio del poder, ultimaron a balazos al líder antorchista de Atlacomulco, Christian Iván Ramos Melchor, o en donde secuestraron y asesinaron a Don Manuel Serrano Vallejo, padre de una destacada dirigente nacional antorchista, la diputada federal licenciada Maricela Serrano Hernández.
Sin embargo, como siempre ha sucedido, dicho plan será un rotundo fracaso porque está basado en calumnias y porque las necesidades de los pobres no desaparecen a periodicazos.
Pero ¿por qué esta actitud de los operadores políticos y titulares de dependencias del Gobierno del estado de negar la solución de los problemas más elementales de la población en condiciones de pobreza, que alcanza a más de 1 millón 338 mil potosinos, según cifras del Coneval de 2014, y de organizar campañitas de lodo?. Simplemente porque se carece de voluntad política, de sensibilidad humana y de elemental sentido de responsabilidad; pero, además, porque están imbuidos de la política inhumana y reaccionaria del neoliberalismo que defiende el libre mercado y la privatización de nuestros recursos naturales a favor de las transnacionales y, en consecuencia, no se ponen del lado del pobre, por eso niegan la solución a los campesinos y colonos humildes.
Porque veamos ¿qué contiene nuestro pliego petitorio? Sólo demandas de urgente solución y de elemental justicia social; ningún capricho, ninguna canonjía para los dirigentes; sólo peticiones para resolver problemas de la pobreza como la falta de agua potable, de drenaje, de electricidad, de vivienda digna, de la falta de escuelas, atención médica, etc., etc.
Quiero en esta ocasión resaltar el caso de las demandas que tienen que ver con el campo potosino. Miles de campesinos pobres, ejidatarios, comuneros y pequeños propietarios, oyeron con atención los compromisos que hizo en campaña el doctor Carreras López, cuando era candidato a gobernador; se comprometió a apoyar a los productores del campo con semillas de maíz, avena y frijol, para las siembras y para la alimentación de sus familias en épocas de malas cosechas o malos precios; se comprometió a no dejarlos abandonados en caso de pérdidas de cosechas por siniestros como heladas, sequías, exceso de lluvia en un período corto de tiempo, ya que se les pagaría un seguro agrícola a los afectados; dijo que iba a modernizar el campo con maquinaria moderna, implementos agrícolas, con modernos sistemas de riego, etc., etc.; muchos de esos compromisos quedaron firmados, pero sobre todo quedaron guardados en la mente y en el corazón de decenas de miles de trabajadores del campo; por eso votaron por Juan Manuel Carreras y por eso ganó.
Pues bien, una parte importante del pliego petitorio no es más que un recordatorio de aquellos ya viejos compromisos de campaña; pero la respuesta en la mesa de trabajo es "no hay recursos", "luego vemos", "es que no se ajustan a la norma", "es que no hubo siniestro", etc. Pero ¿y los compromisos del ahora gobernador? ¿Y las necesidades de los productores del campo? ¿Y el prometido desarrollo agropecuario sustentable del estado?¿Y la inversión millonaria, de más de mil 300 millones de pesos que anuncio la Sagarpa hace algunos días?. En la mesa se da la callada por respuesta y en los medios se da como respuesta la campaña mediática de calumnias.
Los potosinos y dentro de ellos los antorchistas sólo queremos una sociedad en armonía, en paz y en pleno desarrollo, como lo tiene prometido el Gobierno; ¿se logrará esto con la no solución a las demandas y la denigración de quienes las reclaman? Yo creo que no y si no, al tiempo.
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