* 47.5 % de los niños menores de once años vive en esa situación en México
En México, más de 46.8 millones de personas son pobres, de acuerdo con las cifras presentadas por el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) en 2023, situación que repercute en la vida, alimentación y estudio de los niños, como reflejan las estadísticas del Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (Inegi) de ese mismo año.
Dos de cada cinco menores de edad en nuestro país viven en situación de pobreza, es decir, 47.5 % de los niños menores de once años vive en pobreza. Uno de cada cinco presenta carencias por acceso a la alimentación nutritiva y de calidad, uno de cada diez presenta rezago educativo y uno de cada ocho está en situación de trabajo infantil .
Esto ocurre a pesar de que el Gobierno ha destinado considerables sumas de recursos para abatir la pobreza.
El pasado 25 de enero, el secretario técnico del gabinete de la presidencia y coordinador general de Programas para el Bienestar, Carlos Torres Rosas, informó que durante el gobierno de la Cuarta Transformación se han invertido 2.73 billones de pesos hasta 2024 a favor, en promedio, de 27 millones 970 mil 133 personas.
Estas cifras, destacadas por el presidente Andrés Manuel López Obrador, beneficiarán al 79 % de las familias en México al recibir al menos un programa .
Sin embargo, “por las calles del país se ven personas de la tercera edad, con andar pausado y mirada triste, vendiendo dulces o alguna otra mercancía”, testimonió el dirigente antorchista en Nicolás Romero, Héctor Javier Álvarez Ortiz.
El desempleo afecta a 1.6 millones de mexicanos, y entre quienes tienen empleo, hay 20 millones de personas que reciben un salario mínimo.
La inflación era del 7.82 % y del 4.66 % en 2022 y 2023 respectivamente, según los datos del Inegi:
“También vemos a niños y niñas, en los semáforos, hacer malabares o vender dulces, actividades con las que se ganan la vida como lo hacen aquellos que trabajan en algún comercio, en el campo, en empresas mineras, en la construcción, en el sector de servicios o en el hogar” .
La Encuesta Nacional de Trabajo Infantil (ENTI) 2022, publicada por el Inegi en octubre de 2023, señaló que el 23.1 % de los menores de edad en el país laboran en alguna actividad, lo que significa que 3.7 millones de niños trabajan en nuestro país.
El 31.5 % lo hace por gusto o para ayudar a sus padres; el 22.7 % porque en su hogar necesitan el aporte, el 15.2 % para aprender un oficio y el 12.2 % para pagar deudas, según la información publicada por el periódico El Economista.
Para la fundación Save the Children, la explotación infantil es un término que incluye tanto el trabajo forzoso como la explotación sexual, causadas por la pobreza, la discriminación y la falta de políticas sociales y de acceso a una educación adecuada y de calidad.
El Inegi informó que, en el último cuatrimestre del 2022, 280 mil 899 niños y niñas no asistían a la escuela, lo que representa el 2 % de la población infantil en México y que, del total de niños y adolescentes con ocupaciones, 1.1 millones no se presentaban a la escuela.
Para Martina Rodríguez, madre de familia que sostiene sola su hogar, es muy importante la aportación económica que hace su hija de catorce años, quien por las tardes vende gelatinas y flanes de negocio en negocio, y los sábados trabaja como mesera en un puesto de tacos en el tianguis:
“Es una necesidad que mi hija trabaje, ya que lo que yo gano no me alcanza para cubrir los gastos de alimentación, agua, luz, gas y además hay que pagar los pasajes para que vaya a la escuela. Hace seis años el Gobierno federal nos ayudaba con los gastos escolares, pero desde que está López Obrador no los tenemos porque no tenemos acceso a los apoyos sociales. El que mi hija me ayude en los gastos es una fortaleza, ya que además de que aprende a trabajar, no está ociosa como tantos jóvenes que, ya sea por las amistades, andan en la calle, viven en la vagancia y son propensos a los vicios y a la delincuencia. Si yo tuviera un trabajo mejor pagado, viviríamos mejor y mi hija no tendría que trabajar; su única obligación sería estudiar para ser una profesional”.
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