A 3 meses de la jornada electoral, que será realizada el 6 de junio de 2021, ese día seremos testigos de la elección democrática más grande de la historia de mexicana, y no solo eso, podremos ser partícipes de elegir mediante la vía de la votación, quien estará en el poder para representarnos, para tomar decisiones que influirán en nuestra vida de forma directa, día a día por los próximos años, siendo esta una decisión que no se puede tomar a la ligera, debe der tomada con conciencia, responsabilidad y criterio; de qué candidato llevará consigo un verdadero cambio a favor del pueblo y no del de sus propios intereses o el de aquellos que hayan financiado su campaña, algo que es tristemente común, nada ético y moral, pero lo hacen con tal descaro que la gente adormecida entre tantas injusticias termina percibiéndolo como algo normal, si es que se llegan a dar cuenta de tales abusos de poder por parte de nuestros gobernantes.
Hay un aforismo bastante popular, el cual dice así “Si hay un IDIOTA en el poder es porque quienes lo eligieron, están bien representados” (Mahatma Gandhi). Si a mí me preguntasen si el actual presidente de México es un idiota, analizando el cuestionamiento y al susodicho, eh de llegar a la conclusión de que lo es, y si a continuación me preguntasen, el pueblo mexicano está bien representado, diría que un pueblo tan rico en cultura, diversidad, arte, un crisol de ninguna manera puede ser representado por un anciano que no es capaz de articular una oración de forma breve, concreta y atinada, por un señor supersticioso que cree que una imagen religiosa es capaz de protegernos de contraer covid-19, que en pleno año 2021 hace propaganda para hacer fracking, para construir refinerías como las de Dos Bocas que además de obsoleta, ineficaz, se inunda de forma consecuente, reducir inversión destinada a la constricción y financiamiento de energía renovables, para invertir en combustibles fósiles, en lugar de avanzar hacia delante en investigaciones científica se ha generado un retroceso con otro recorte a fideicomisos de los cuales los investigadores y universidades mexicanas se veían beneficiadas para poder continuar con sus investigaciones, y pese a acciones y decisiones como esas, aún hay muchos mexicanos nacionalista que se repreguntan el porqué del conocido fenómeno llamado como “fuga de cerebros”.
Creo haber dado suficientes puntos como para hacer conciencia en el lector acerca de la importancia de ejercer el derecho democrático del voto, sobre todo en jóvenes, los cuales, con los más pesimistas respecto al tema, y los que más ejercen el abstencionismo, lo peor es que mal entienden el significado de esta, por tanto, lo malinterpretan llevándolos a tomar decisiones desatinadas, que posteriormente traerán grabes repercusiones de forma directa en su vida.
Los jóvenes tristemente, los menos interesados por la vida política del país, a mi parecer los que más interés deberían mostrar, la gran mayoría se mantienen indiferentes, apáticos, en lugar de aprovechar toda su energía, su rebeldía, su icono clasismo, para cuestionar las decisiones de los líderes políticos y por la vía de la manifestación y protesta, derecho del mexicano, buscar un cambio verdadero a favor de ellos, buscar mayores inversiones en el sector educativo, mejoras a favor de ellos en la reforma educativa, más áreas recreativas para la práctica del deporte, del arte, la cultura, lectura, aquellas prácticas que hacen crecer al hombre en complejidad y no dejarlo en una ignorancia, siendo hombres simples, como aquella imagen que tienen los países más desarrollados del mexicano promedio.
Nuestra obligación y responsabilidad como jóvenes es estudiar la trayectoria política de los candidatos, preparación académica, orientación política, intereses y levantarnos bien tempranito el 6 de junio, e ir a la casilla a ejercer el derecho del voto.
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