En más de una ocasión, he conocido a personas provenientes de Guerrero, Oaxaca, Puebla, Michoacán, Estado de México y Veracruz, principalmente, donde la falta de oportunidades en sus pueblos y colonias los obligó a emigrar en busca de un trabajo y mejores salarios; familias que nacieron y crecieron en pueblos donde la pobreza parecía no tener rival.
Lo sorprendente sobre esos casos es escuchar como hasta a esos lugares tan alejados llegaron activistas militantes del Movimiento Antorchista con la firme convicción de educar y organizar al pueblo e iniciar una lucha titánica por escuelas, electrificaciones, agua potable, pavimentaciones, apoyo al campo, acciones de vivienda; triunfos de la lucha organizada que están a la vista de todos y que los enemigos del progreso siempre han querido borrar de un plumazo.
Ahora, a más de dos mil kilómetros, las mismas necesidades nos han hecho coincidir con antorchistas o amigos que conocen la verdad de Antorcha y de lo que es capaz un pueblo organizado que decide no inclinar la frente y luchar por ese país más justo que sí es posible.
Uno de los derechos que sigue estando pendiente para miles de familias humildes es lo que el artículo 4 de la constitución mexicana dice: “Toda familia tiene derecho a disfrutar de vivienda digna y decorosa. La ley establecerá los instrumentos y apoyos necesarios a fin de alcanzar tal objetivo".
En nuestro municipio existen familias completas que llevan años pagando rentas mensuales de más de 4 mil pesos, por la imposibilidad de comprar un terreno al contado de no menos de 400 mil pesos y construir una casa propia. Los antorchistas, durante años, hemos luchado para que las dependencias encargadas de concretar este derecho implementen programas más ambiciosos, la lucha no ha sido fácil, nos hemos tenido que enfrentar al monstruo burocrático para cumplir con tantos requisitos y así justificar que las diferentes familias no tengan propiedades lujosas o algo parecido, los resultados nos han dado la razón, hemos conseguido miles de terrenos a un precio accesible en todo el país, material de construcción que ha sido utilizado para techos de concreto, pisos, ampliaciones, baños, impermeabilizante, pintura y otros, estoy seguro que más de una persona puede comprobar que lo aquí escrito no es causa de una imaginación o locura mía.
Sin embargo, no es suficiente; cada vez se le destina menos recurso por parte del Gobierno federal, estatal y municipios. El derecho a la vivienda se ha convertido en una mercancía donde grandes inversionistas se siguen haciendo ricos y el estado ha sido incapaz de ponerle un alto a esta injusticia social.
Aquí en Baja California Sur, como en todo el territorio nacional nuestra lucha no desistir porque, como ya lo dijo nuestro líder nacional, Aquiles Córdova Morán “…una cosa sí es cierta, les guste o no, nosotros (Antorcha) no vamos a renunciar a defender los derechos de la gente pobre a como dé lugar, aunque nos acusen de bloquear calles, chantajistas de medrar con la pobreza. No vamos a cejar hasta que se resuelvan las demandas del pueblo pobre de México”. Que conste.
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