Valioso, el programa “Lo marginal en el centro”, transmitido por la cuenta de Facebook de Canal 6 Tv, el pasado miércoles siete de febrero de los corrientes y que llevó por título “La crisis hídrica en México”. En él se tocaron temas como: lo añejo del problema de la falta de agua para consumo humano en el territorio nacional; la desigualdad en la distribución del vital líquido, gracias a la cual la población pobre siempre dispone menos de este que la población de altos ingresos; la falta de inversión en obras de infraestructura que permitan una mayor captación y mejorar las capacidades del sistema Lerma-Cutzamala, que abastece el 58 por ciento del líquido que recibe la zona metropolitana de la ciudad de México, con más de 20 millones de habitantes; la falta de inversión en el mantenimiento o sustitución de las redes, pues se desperdicia al menos el 35 por ciento del agua por ser estas obsoletas; las actuales concesiones a industrias y negocios particulares que estarían privilegiando a empresarios por encima de la mayoría del pueblo y el caudal ecológico. Esto y más, agravado por la intensa sequía del año pasado que ocasionó que las presas funcionen hoy a menos del 40 por ciento de su capacidad, ha hecho que no sea seguro llegar al mes de junio y tener agua en el hogar de los habitantes de la Ciudad de México.
Para resolver la crisis hídrica: los panelistas del citado programa proponen una serie de medidas, como la reparación, mantenimiento y sustitución de redes de agua para volver aprovechable hasta el 40 por ciento de lo hoy desperdiciado, la recuperación de cuerpos de agua contaminados, la reutilización, la cosecha de agua de lluvia. Una vez atemperado el problema se sugiere una conjunción de las políticas de planeación urbana, de fomento a la vivienda e hídrica, todas en perfecta armonía para garantizar desde el origen de los nuevos asentamientos que cuenten con los servicios necesarios; esta es idea del dr. Dean Cahim, de la Universidad de Nueva York. A decir del experto, esto afectará poderosos intereses de negocios inmobiliarios, pero al mismo tiempo sugiere que un movimiento popular podría vencer dichos intereses de particulares, para beneficio de todos.
Es de gran importancia el tema tratado porque en varias regiones del país se está presentando desde hace años la misma situación. Y no podía ser de otra manera, pues el sistema económico que funciona es el mismo, el capitalista, que privilegia los negocios inmobiliarios, las “magnas” obras a las que se destina buena parte del presupuesto de la nación (Tren Maya, AIFA y Dos Bocas, por ejemplo), y no queda suficiente dinero público para infraestructura hidráulica ni para tantas obras que requiere nuestro pueblo.
Hoy nos desayunamos con la noticia de que “La Junta de Agua Potable y Alcantarillado de Culiacán (Japac), informó que durante la madrugada de este martes 13 de febrero, se presentó la ruptura de una tubería de 36 pulgadas, la línea de conducción más importante de la planta San Lorenzo y que abastece a 180 colonias del sector sur de la ciudad, por lo que se el servicio se verá afectado. Personal de Japac se encuentra en la localización y estimaciones técnicas para evaluar cuánto tiempo se llevará la reparación, por lo que se pide a los habitantes de esta zona que aún cuenta con el servicio de agua potable, usarla con moderación.” (lineadirectaportal.com). Los habitantes de Culiacán saben que no es nuevo el problema: apenas en septiembre pasado se dejó sin agua durante una semana a varias colonias del sur de la capital sinaloense; la prensa local difundió profusamente que la ruptura de las tuberías se debió a su antigüedad; Juan de Dios Gámez, presidente municipal, por su parte, dijo que se necesitaban mil millones de pesos para resolver el recurrente desabasto de agua en la ciudad. Por lo visto el recurso de marras brilla por su ausencia.
Pero la falta de agua se sufre por todo Sinaloa. Los humildes habitantes de El Fuerte, en comunidades como La palma, Cahuinaua, Las Chunas, Charay, San Blas, Mochicahui, entre otras, reciben agua cruda, de los canales de riego, agua fangosa, por tandeo, o no les llega de plano por la falta de un sistema de bombeo adecuado. Y para colmo de males, a decir de las autoridades del Ayuntamiento, hay 14 plantas potabilizadoras que no pueden funcionar porque se construyeron y equiparon en el sexenio de Nubia Ramos pero no se cuenta con recursos para su operación.
Por otro lado, el día 11 de febrero noroeste.com informó: “El Gobierno Estatal y Federal tienen que crear un fondo de emergencia para la actividad del campo en Sinaloa que cada vez está peor en temas de sequía, señaló Cristina Ibarra Andrade, investigadora de la Facultad de Ciencias de Económicas de la Universidad Autónoma de Sinaloa. Ibarra Andrade dijo que los líderes de los productores han anunciado que están teniendo muchos problemas con la escasez de agua en los cultivos, pero que el Gobierno del Estado menciona que todo está perfecto; a pesar de que a principios de año la Conagua haya informado que sólo hay un 30 por ciento disponible en las presas.”. Esta situación no puede augurar nada bueno: disputas por el agua entre empresarios agrícolas y habitantes de las comunidades se vuelven más probables.
Sinaloa, sin agua suficiente para consumo doméstico, sin agua suficiente para los cultivos, y los gobiernos locales y federal sin un plan bien pensado ni recursos etiquetados para resolver esta grave carencia. La crisis no puede menos que agravarse. Un gran movimiento popular por la inversión constante en la mejora del abasto del agua, desde su origen, como planteó Dean Cahim es necesario, si no queremos que la salud y la calidad de vida de los mexicanos siga siendo víctima de los intereses electorales y del gran capital nacional e internacional. Y aún más, la formación de un partido nacional de los trabajadores que en su programa incluya un rediseño de la política de servicios públicos, poniendo en el centro los intereses de las grandes mayorías, es necesario. Ni la candidata oficial ni la opositora plantean algo concreto al respecto, pues ninguna es verdadera representante de los trabajadores, ya lo estamos viendo.
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