Vamos viendo, señor presidente de mi amado México, Andrés Manuel López Obrador, si yo fuese un Biden mexicano, ¿me trataría con tan enorme respeto, y me abrazaría con ese mismo temor que enlaza enormes diferencias entre ricos y pobres?, estamos en nuestro propio país, le digo, y somos tan humanos como los poderosos ante los que usted se inclina, pero ¿sería usted capaz de ponerme alfombra roja y adentrarme en su imperio bajo un reducto de bondades escandalosas en su hogar, que es el hogar de nosotros, del pueblo que gobierna, el Palacio Nacional?
¿Me explicaría, en medio de suculentas viandas y mientras yo muero de hambre junto con mi familia, el por qué su gobierno ha fracasado en el intento de frenar tan enormes atrocidades cometidas por las bandas criminales que se han adueñado de pueblos enteros, ya no vayamos tan lejos, sencillamente de Zacatecas?
¿Sería usted, amigo López Obrador, capaz de explicar la tristeza de mi gente encasillada en una desigual lucha frente a tratados comerciales donde para sencilla muestra, mientras en las naciones que se adhieren a ese tratado se tiene tecnología de punta y en México seguimos rascando la tierra con el azadón?
¿Si yo fuera Biden mexicano, usted me invitaría a estrechar su mano solidariamente y me llevaría a su aeropuerto nuevo como un pasajero distinguido y donde las gorditas o fritangas estuviesen a disposición de mi panza para calmar el hambre sembrada por su gobierno en lo que lleva de ser presidente.
¿Pero antes dígame si me platicaría usted de su fallido gobierno de seguridad, donde hay tristeza enmarcada en miles y miles de familias por los crímenes que se han cometido en contra de ellos, por la constante perorata que esgrime en contra de quienes llama sus enemigos a pesar de pertenecer al mismo cielo que nos vio nacer.
¿Me diría el motivo que lo llevó a cancelar tantos programas y fideicomisos que eran favorables para nuestra gente, a decir de las guarderías, del Seguro Popular, del respaldo a los campesinos, del arrebato de recursos a estados y municipios, a universidades y demás?
Soy sencillamente un mexicano orgulloso de vivir en esta patria, erigido como algo a lo que usted ha llamado enemigo de la nación por el simple hecho de escribir o pensar diferente, tampoco soy nini, ni docto en su favoritismo político hacia el reducto del Movimiento de Regeneración Nacional que es su partido de preferencia porque le pertenece.
Soy un simple ciudadano mexicano que está preguntando si el trato que le brindó a su homólogo estadounidense sería el mismo trato que le brindaría a sus paisanos, si nos mostraría el mismo respeto, ese que usted ha mandado a la fregada desde sus acostumbradas mañaneras, ese que ha demostrado diciéndose del pueblo, pero sin ser pueblo.
Ese, al que pensó que con abrazos no balazos se acabaría tanto tormento de mi gente, de esa gente que ha gobernado en estos años sin saber que realmente le quieren, pero entero caminando de su mano, sencillo y poderoso, nunca como un mentiroso capaz de condenar a quienes no lo aceptan, como sus enemigos.
Hoy la Cuarta Transformación sufre un descalabro serio, Biden es el de los respetos, mientras que los mexicanos, los más pobres no valen una moneda echada al aire para López Obrador.
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