MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

Se ocultan datos de covid-19

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Leí en el periódico La Razón, del 10 de septiembre, que padres de familia se quejan de que no hay seguimiento ni respaldo en línea para los estudiantes que decidieron tomar clases desde sus hogares. 

El periódico, citando cifras de la SEP, dice: “Hasta el 6 de septiembre, regresaron a clases presenciales 12.6 millones de alumnos, lo que representa el 51.4 por ciento de la población escolar (del nivel básico, agrego yo); es decir, 12 millones de estudiantes, decidieron seguir con las clases en línea…”, confiando en que la Secretaría de Educación tendría resueltos los protocolos de atención a los que hayan decidido estudiar desde su casa.

Pero los padres de familia se quejan de que solo se les ofrece el programa “Aprende en Casa”, que no tiene relación con los programas escolares. De la misma manera, el periódico cita las declaraciones de algunos profesores de la CDMX y del Estado de México, quienes, con toda claridad, dijeron: “La consigna del gobierno es que todos regresen a clases presenciales”.

En realidad, el asunto estaba decidido desde que se emitió el Boletín 181 de la SEP, el 20 de agosto, en donde se lee: “… autoridades, asesores Técnico Pedagógicos y equipos técnicos podrán, dentro de sus posibilidades, brindar seguimiento y atención a quienes optaron por no acudir al servicio educativo presencial.”

Como podemos ver, el acuerdo no dice que los maestros atenderán a distancia a sus alumnos, sino que serán las autoridades, asesores técnicos y equipos técnicos, pero “dentro de sus posibilidades”, o sea que, si sus ocupaciones no se los permiten, simplemente no atenderán a estos alumnos.

Incluso la valoración diagnóstica se realizará a los que decidieron las clases virtuales, “una vez que se incorporen a clases presenciales”, o sea, si unos estudiantes se presentan a clases hasta diciembre o hasta enero, será entonces cuando se les valore, cualquiera entiende que en esas condiciones, estos alumnos no estarán bien atendidos por sus maestros.

En realidad, “voluntariamente a fuerzas” se está obligando a los niños a presentarse a las escuelas. Y en este punto, quiero recordarles que el 30 de julio, el presidente López Obrador dijo: “Vamos a ser respetuosos, nada se puede hacer por la fuerza. Se abren las escuelas, se regresa a clases, ¿no quieren que vayan sus hijos a las escuelas? Pues no los manden. Somos libres…”

Entonces, ¿cómo se explica que la maestra Delfina Gómez Álvarez, Secretaria de Educación Pública, haya tomado la decisión de emitir el Boletín 181, al que hice referencia líneas arriba? La única respuesta posible, tomando en cuenta que la maestra no dice o hace ningún movimiento, ninguna declaración, si antes no lo consulta con “el de arriba”, es que, por debajo de la mesa, López Obrador da órdenes contrarias a sus declaraciones públicas.

En cualquier caso, el incremento de los estudiantes contagiados por Covid-19, previsto y denunciado con toda oportunidad por estudiantes y maestros, es una realidad. Prueba: una semana después de iniciadas las clases presenciales, los medios informaban lo que empezaba a suceder. El 7 de septiembre, “El Financiero” reportó: “A sólo tres semanas de que se registraron las cifras récords de contagios por COVID-19 en México, los niños y menores de edad infectados ambulatorios (…) se dispararon en 37 mil 552 casos, al pasar de 194,876 a 232,428.”

Quiero comparar estos datos con los que presenta el mismo periódico, el mismo día, con respecto a las escuelas… Reporta que, según reportó la SEP, 39 cerraron temporalmente por presencia del virus, detectado en 88 estudiantes. La Secretaria de Educación celebra estos datos, porque sólo representan el 0.06 por ciento del total de las escuelas y muy pocos alumnos contagiados.

Vean la diferencia de datos: del 15 de agosto al 5 o 6 de septiembre, las unidades de atención médica reportaron 37,552 casos de niños y menores de edad contagiados, pero la SEP reporta, en la primera semana de clases, solamente 88 casos… ¿es creíble el dato de la SEP? Yo digo que no, creo que el gobierno ha decidido ocultarnos los datos verdaderos.

Por lo pronto, una vez más, comprobamos que nuestro presidente ha convertido la fea costumbre de engañar, en todo un arte, y también comprobamos su falta de empatía con los padres de familia… pero los alumnos contagiados de covid-19, irán a la cuenta de nuestro mandatario y de su obediente secretaria de Educación.

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