En la revista de cobertura nacional Buzos de la Noticia se puede ver en la publicación del 1° de febrero un amplio reportaje de Martín Morales Silva acerca del aparato electoral de Morena, que descansa sobre los 18 mil 500 "servidores de la nación” bajo la coordinación de Gabriel García Hernández, cuyo costo con cargo al erario significa tres mil millones de pesos al año.
Al adentrarse en el reportaje en cuestión, ampliamente documentado, se da uno cuenta que los abusos de la 4T, que rayan en el más cínico de los descaros, han sido denunciados unánimemente por los más diversos personajes de la crítica y del ámbito político.
Pues bien, las violaciones a las leyes electorales, no han hecho sino aumentar, cuestión que demuestra que lo que se nos presentó casi como una revolución social, no es más que el burdo autoritarismo de un gobierno que giran en torno al fanatismo y al doble discurso de López Obrador. El municipio mije del Istmo de Tehuantepec, San Juan Guichicovi, es uno de los ejemplos más claros de esta maniobra orquestada por los miembros del grupo del senador Salomón Jara.
El 28 de enero, los morenistas aludidos, giraron una invitación a las autoridades auxiliares y ejidales, enlistando una retahíla de membretes morenistas, acompañados de frases legaloides que no contienen más que vagas referencias a dos o tres estatutos y artículos de lo que llaman el Movimiento de regeneración Nacional y, para terminar de dar "formalidad” a este escrito que incurre en el delito tipificado como "Falsedad Documental", colocan al margen 7 sel sin que todos tengan correspondencia con las autoridades comunitarias que firman el documento. La razón, reza ese documentajo, es la invitación a una asamblea informativa y de reorganización rumbo al proceso electoral del próximo 6 de junio.
En un video que circula en las redes sociales se puede encontrar la razón que motivó la expedición del mencionado documento: el evento en que se destapa como precandidato de Morena a la presidencia del municipio, arriba mencionado, el profesor Heberto Hernández Cruz. Es clara la estratagema, ante la falta de convocatoria, por el inminente fracaso de los gobiernos municipales emanados de la 4T en el Istmo, sin el menor rubor, abusan de la buena fe y el respeto que las autoridades indígenas todavía guardan hacia las instituciones con que contamos los mexicanos, para que sus reuniones den la apariencia de contar con seguidores.
No esperamos que esta denuncia que exhibe al desnudo a los morenistas de esta región de Oaxaca, tenga alguna repercusión, el aplastante poder de la 4T en las instituciones que regulan los temas electorales, no permitirá que denuncia alguna proceda. Sin embargo, creemos necesario invitar a los oaxaqueños con la disposición de hacerse de juicios críticos, para que, con base en el puedan ver que estamos ante uno de los peores gobiernos que jamás hayamos tenido los mexicanos. Un gobierno que llegó al poder con la bandera de una guerra sin cuartel contra la corrupción y el autoritarismo, y sobre todo, un gobierno en favor de los pobres de nuestro país.
A medida que los fracasos de este gobierno se ahondan en la vida cotidiana de las mayorías, cuyos efectos afectan el empleo, la salud, las instituciones, la constitución y la vida en general, tendremos que llegar a la conclusión de que un cambio en la vida política de México no sólo es necesario, sino urgente. Cambio que debe necesariamente significar la participación activa de los sectores maltratados y relegados por el gobierno y los grupos de poder en él incrustados.
Y esto es así, porque ante la indolencia con que la 4T enfrenta la crisis económica y de salud, dejando en el desampáralo a más de 90 millones de pobres, no vemos que se levante una oposición política verdadera al Gobierno morenista, que tenga dentro de su principal interés la defensa de quienes hoy no tienen trabajo, ni ayuda para enfrentar la pandemia. Por el contrario, cada vez aumentan las denuncias de que al frente de la principal coalición que se levanta contra el gobierno de López Obrador, se vuelven a colocar los políticos de siempre, buscando conservar o ampliar sus cotos de poder.
Por tanto, urge la participación organizada y consciente de los líderes de la sociedad civil, en el proceso electoral que se aproxima, pero principalmente su participación en la formación de una nueva fuerza social, una fuerza formada por ciudadanos comprometidos con las necesidades reales y urgentes de las mayorías empobrecidas y los sectores productivos relegados e ignorados.
Esta fuerza social sólo podrá surgir de la lucha misma, de la defensa de nuestros legítimos intereses y de la oposición a la elección y reelección de los saltimbanquis de la política que una vez más buscan los puestos de representación popular.
Los antorchistas nos comprometemos a jugar el papel que nos toca en este proceso de formación de una fuerza social nueva y auténticamente comprometida con el progreso verdadero de México y, por lo pronto, nos aprestamos a dar la batalla contra estos líderes de ocasión, presentando una candidata ciudadana, con probados resultados al frente de un numeroso grupo de "sanjuaneros", resultados en materia de gestión y representación, sin que haya ocupado puesto público alguno. ¿Alguien tiene otra bandera mejor?
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