Padres y madres de familia, docentes y estudiantes “clausuramos” simbólicamente varias escuelas del país como una forma de protesta en contra del regreso a clases presenciales anunciado por el presidente Andrés Manuel López Obrador para el próximo 30 de agosto, sin que hasta el momento se vacune a los alumnos, aumentando el riesgo de contagios por covid-19.
Anunciamos que a partir del día miércoles 21 de julio, escuelas agremiadas fueron “clausuradas” simbólicamente para que no abran sus puertas en el próximo ciclo escolar que comenzará en agosto de manera presencial. Esta acción se lleva a cabo con el fin de protestar en contra del regreso a clases, ya que es inseguro.
Hay algunos aspectos a considerar con respecto a este polémico anuncio del presidente López Obrador. La pandemia de coronavirus sigue teniendo un resultado negativo en México y en especial en el tema educativo, el cual sigue rezagado. Los resultados de la encuesta para la Medición del Impacto de la covid-19 en el país, publicada en el mes de marzo por el Inegi, mencionó que más de cinco millones de estudiantes no se inscribieron al ciclo escolar que recientemente terminó, en donde las razones son principalmente la falta de ingresos económicos, la falta de acceso a internet y en lo general la gran indolencia que el Gobierno federal muestra a los problemas del país.
Haber anunciado un regreso a clases presenciales cuando el semáforo epidemiológico estuviera en color verde, en donde solo se contemplaba la vacunación de los docentes y se dejaba a voluntad el regreso a las aulas, nos dejó ver que las medidas que el gobierno toma siguen siendo completamente ineficientes ante los problemas actuales, pues además de los millones de estudiantes que abandonaron el ciclo escolar que termina, la encuesta también mostró que 1.8 millones no concluyeron el ciclo escolar anterior (2019-2020), y que 58.9% de ellos argumentó alguna razón asociada a la covid-19, mientras que 8.9% aseguró que dejaron las clases por falta de dinero o recursos. De ese número de estudiantes, 1.5 millones corresponden a escuelas públicas y 243,000 a privadas, todos estos datos dejan un panorama muy complicado para los estudiantes en México.
El regreso de forma voluntaria a las aulas mostró un enorme estado de incertidumbre entre el pueblo mexicano, pues era urgente el regreso a las aulas, el sistema educativo y los planes que se realizaron no lograban cumplir con las metas del plan de estudio y las deficiencias se hacían más grandes, además la enorme movilidad que provocó el regreso a las aulas, no solo por parte de estudiantes, sino que también de sus familias elevó la posibilidad de un repunte en los casos de covid-19 y ahora el de su variante delta, toda esta gran problemática no era desconocida por las autoridades federales, ni tampoco por las autoridades de cada uno de los estados. Sin embargo, no se otorgaron herramientas que pudiera salvaguardar la vida y el aprendizaje académico.
Hoy, el presidente anuncia el regreso a clases respaldándose en el motivo del rezago educativo; sin embargo, en los hechos no hay ningún beneficio real. A la educación a distancia no se le invirtieron recursos y los fideicomisos en apoyo a centros escolares fueron eliminados del PEF 2021. Es tardía la decisión del presidente para remediar el gran rezago. Y lo que está por encima del aprendizaje es la vida de todos y todas las mexicanas. López Obrador debiera voltear hacia la inmunidad de los estudiantes, y que antes de que se regrese a clases toda la comunidad joven ya se encuentre inmunizada, de lo contrario ya no quedarán vidas que instruir sino cuerpos que enterrar.
Por eso pugnamos por que el regreso presencial a las escuelas se dé únicamente con todo el alumnado inmunizado contra covid-19.
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