MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

REPORTAJE | Desabasto de agua ‘asfixia’ al norte del país

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La disponibilidad anual por habitante en México se redujo de 10 mil metros cúbicos (m3) promedio, en 1960, a cuatro mil m3, en el año 2000, a 3.2 mil, en 2020; y se estima que baje a menos de tres mil en 2030, debido al aumento de la población, a las sequías derivadas del cambio climático y al agotamiento de los mantos acuíferos.

A estos factores de desabasto se debe agregar la existencia de tres mil 303 empresas que acaparan una quinta parte del agua concesionada (1.1 por ciento de los permisos de explotación); y en lo que va del gobierno de Andrés Manuel López Obrador (AMLO), las obras de construcción y rehabilitación hidráulica han sido ínfimas pese a que uno de cada 10 mexicanos no tiene acceso al agua potable.

La carencia de agua tiene un impacto exponencialmente grave, asimismo, en muchos productores de alimentos básicos de autoconsumo (maíz, frijol, garbanzo), cuyas milpas son de temporal, contrario a las grandes compañías agropecuarias e industriales que disponen del líquido vital suficiente, que solo producen para la exportación y ganan miles de millones de dólares cada año.

Entre estas empresas figuran las aguacateras, tomateras, cerveceras, refresqueras, etc., que extraen un millón de m3 de agua al año, según el estudio Los millonarios del agua, los cambios a la Ley de Aguas Nacionales (LAN) en 1992, elaborado por los investigadores Wilfrido Gómez Arias y Andrea Moctezuma, quienes destacan que esta modificación fue eminentemente neoliberal para beneficio del citado grupo empresarial.

Sin duda, el cambio climático es el principal causante de la cada vez menor disponibilidad de recursos hídricos, pues el incremento de la temperatura ha propiciado irregularidad en las precipitaciones pluviales sobre la mayoría del planeta.

En el caso de México, el monitor de sequía revela que solo en el 25.5 por ciento del territorio no hay falta de agua; que en el 74.5 por ciento hay algún grado de sequía y que, dentro de este conjunto geográfico, el 51 por ciento padece sequía entre moderada y extrema.

En 16 de los 32 estados de la República –es decir, en la mitad del país– hay niveles anormales de sequía; y en ocho de ellos, todos ubicados en las regiones centro y norte, va de moderada a extrema: Aguascalientes, Coahuila, Colima, Durango, Nayarit, Nuevo León, Sinaloa y Zacatecas; les siguen muy de cerca Michoacán y Jalisco, con 98.2 y 97.6 por ciento de su territorio con algún tipo de sequía.

En las regiones norte y centro, la temperatura media anual ha aumentado entre 1.2 y 2.4 °C de 2000 a 2020, lo que ha provocado una mayor variación en las lluvias y una reducción en el nivel de agua de las presas ubicadas en esas entidades.

Coahuila

Según el Monitor de la Sequía de la Comisión Nacional del Agua (Conagua), en marzo de 2023, prácticamente todos los municipios de la entidad enfrentaban niveles de sequía moderada, severa y extrema; la severa se concentraba en la mitad sur del estado, que incluye la Comarca Lagunera, en los límites con Durango.

“Hemos normalizado ya de alguna manera algo que es trágico y no es posible”, revela Miguel Ángel Hernández Muñiz, director del Centro de Investigación en Agua y Derechos Humanos (CIADH) de Coahuila, quien precisó que, de los 38 municipios de la entidad, cinco sufren sequía moderada; 31, severa; y dos, extrema.

El municipio Francisco I. Madero es uno de los que padece sequía extrema y sus habitantes aseguran que tienen cinco años sin agua y que cada mes compran una pipa, aunque esta agua sea de mala calidad.

Los habitantes de Francisco I. Madero, San Pedro y Torreón, que conforman la Comarca Lagunera, han interpuesto más de mil demandas contra las autoridades municipales, litigios que han ganado pero cuyas sentencias no se han cumplido a cabalidad, razón por la que han surgido enfrentamientos, ya que “la falta en el suministro de agua provoca desesperación en la gente”, denuncia el director del CIADH.

Hasta ahora, en algunos casos, la población ha logrado reabrir algunos pozos que datan del siglo pasado, pero su agua no es de buena calidad. Además, para los habitantes de la región, es insultante que la mayor parte del agua potable se destine al cultivo de alfalfa, que cada kilogramo requiere de mil 500 litros; este forraje se usa para alimentar ganado vacuno y cada cabeza consume ocho kilos al día.

Nuevo León

La escasez de lluvias del año pasado provocó una grave crisis hídrica en los 51 municipios de esta entidad, la cual persiste. El director de Servicios de Agua y Drenaje de Monterrey (SADM), Juan Ignacio Barragán Villarreal, informó que las autoridades estatales solicitaron al Gobierno Federal emitir una declaratoria de emergencia para atender este problema; se espera que la Federación libere los recursos.

Según un informe de la Conagua, a finales de febrero pasado, 24 municipios de la entidad padecen sequía moderada, entre ellos Santa Catarina, donde se instalará la planta de la armadora de autos eléctricos Tesla; 23 reportaron sequía severa y en cuatro (Vallecillo, Sabinas Hidalgo, Parás y Lampazos de Naranjo) la total falta de agua.

El nivel de las presas es dramáticamente bajo. La Boca, ubicada en el municipio de Santiago, se encuentra al 57.24 por ciento de su capacidad; El Cuchillo, en China, al 45.08 y Cerro Prieto, en Linares, a solo 13.45 por ciento.

En conferencia de prensa, Barragán Villarreal destacó que hay muchos municipios en condiciones graves, por lo que esperan que la solicitud de declaratoria de emergencia sea atendida pronto. “No hemos tenido respuesta todavía, pero (la petición) se justifica ampliamente por la cantidad de municipios con este problema”, advirtió el funcionario.

Un grupo de al menos 50 ejidatarios de San Isidro, Los Leones y Cerro Prieto, municipio de Linares, se manifestó en rechazo al anuncio del SADM, en torno a que se colocarán bombas flotantes para extraer más agua de la presa Cerro Prieto.

Los ejidatarios se apostaron en una planta de bombeo, a dos kilómetros de la presa Cerro Prieto, exigiendo ser atendidos por funcionarios del organismo paraestatal, denunciaron: “Llevamos cuatro años desamparados. No hemos sacado ningún provecho; nuestros animales se están muriendo y los campos están destrozados al cien por ciento. Ya es tiempo de que el gobierno se sensibilice tantito y nos ponga atención; nosotros también necesitamos de ellos, así como se ocupan de la gente de la capital del estado, que se ocupen de nuestra gente en los campos”.

Horas después, el director de SADM debió reconocer que existe “una preocupación muy seria” del sector agrícola y ganadero, pues no hay suficiente agua para esas actividades.

San Luis Potosí

A decir de la Conagua, en abril, la sequía repuntó un grado más en la entidad y llegó al 86.2 por ciento, categoría severa, durante tres semanas consecutivas en 16 municipios. Entre los afectados se hallan Cerro de San Pedro y Zaragoza, que previamente estaban catalogados con sequía moderada.

Otros 20 municipios se mantienen en esta categoría, 14 están “anormalmente secos”; y solo ocho, pertenecientes a la región huasteca, no padecen sequía; aunque en estos días, la temperatura subió a 40°C en la Huasteca media y sur.

A estos factores, en los cuatro primeros meses de 2023, se sumaron 11 fallas registradas en el acueducto El Realito, que durante 48 días dejaron sin servicio de agua a 80 mil viviendas de la zona metropolitana de San Luis-capital, y más de 250 mil potosinos, cuyo estrés hídrico crece porque debieron recurrir a agua de pozos de partes de la ciudad distintas a las zonas afectadas, informó el Director General del Interapas, José Antonio Lugo Álvarez. Desde que se construyó, el acueducto El Realito ha sufrido 64 fallas.

Presas sin agua

Al iniciar el año, las 210 principales presas de México reportaron un déficit del seis por ciento con respecto a la media histórica de 82 mil 395 millones de m3 de agua. Sesenta de ellas son equivalentes al 28 por ciento, cuentan con menos de la mitad de su capacidad y 12 presas nacionales con el 10 por ciento o menos, informó el pasado 15 de marzo el Sistema Nacional de Información del Agua (SNIA).

El número de presas con menos del 50 por ciento de su capacidad era 53, lo que alarmó a las autoridades porque el desabasto de agua podría ser mayor en lo que resta del año, debido al alza de la temperatura y la falta de lluvias.

José Luis Luege Tamargo, extitular de la Conagua, aclaró que las sequías en este año podrían elevar el uso de la distribución de agua por tandeo en varias regiones del país y hacer más frecuentes y prolongados los cortes del servicio. La falta de agua en México está en su peor momento, enfatizó.

Además, advirtió que a los efectos del cambio climático se suma la tala inmoderada de bosques y selvas, que propicia que no se recarguen correctamente las presas, cuerpos de agua y mantos acuíferos, que además ya se encuentran con índices de sobreexplotación.

“Las presas del sistema Cutzamala (abastece el 23.7 por ciento del agua potable que consume la zona metropolitana del valle de México; además de fortalecer los caudales de los municipios de Toluca, Lerma y Ocoyoacac, se encuentran al 40 por ciento de almacenamiento; cuando en estas fechas debería ser del 70 por ciento o más.

“Es el nivel más bajo en 25 años. Ahora también, el deterioro del sistema es por asentamientos irregulares y la deforestación que se ha generado y que ponen en riesgo el futuro de esta fuente de abastecimiento. AMLO debe reconsiderar su posición ante esta severa crisis que se avecina en todo el país”, sentenció Luege.

La organización Greenpeace difundió que, este año, la sequía será una de las más severas de las últimas décadas en el país, debido a los bajos niveles de recarga de los mantos acuíferos y las presas.

“Esto puede ir hasta más del 80 por ciento de escasez de agua en México si no se toman las medidas adecuadas. Las sequías intensificadas se deben a la disminución en el porcentaje de lluvias.

Además, varios estados del país han registrado temperaturas superiores a los 40 grados. El escenario cada vez pinta peor”, sostuvo la organización defensora del medio ambiente.

Además, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) ha detectado, en fecha reciente, que de las 35.2 millones de viviendas que hay en México, 8.1 millones no tienen agua entubada; el 42.11 por ciento de los acuíferos no contiene agua y está sobreexplotado; y los tres municipios del país con menos agua potable son La Magdalena Tlaltelulco, Tlaxcala, San Nicolás, Tamaulipas y Oxchuc, Chiapas.

Injusta distribución del agua

El volumen de agua que se consume en México es medido por el Registro Público de Derechos de Agua (REPDA); pero su cuenta real no es exacta porque no existe un control efectivo o puntual de las concesiones para explotar el agua potable en el país.

En 2020, el sector agropecuario reportó el mayor uso del agua con 76 por ciento del total concesionado para riego de cultivos y ganadería. De acuerdo con el Centro de Estudios para el Desarrollo Rural Sustentable y la Soberanía Alimentaria de la Cámara de Diputados, en 2019 se otorgaron 332.9 mil títulos inscritos en el REPDA para uso agrícola, de los cuales 373 mil corresponden a títulos otorgados a distritos de riego para la extracción de 25.9 mil m3 de agua; es decir, que el 0.1 por ciento de los títulos representó 38.3 por ciento del volumen total concesionado de agua para uso agrícola.

En contraste, no hay monitoreo sobre el número de concesiones y del consumo de agua destinado al sector ganadero, a pesar de que las granjas –especialmente la industrializadas– requieren agua, tanto para el consumo de los animales como para la limpieza de éstos, sus establos, subproductos y eliminación de desechos.

El 15 por ciento del agua existente en el país se distribuye mediante redes públicas destinadas a domicilios, industrias y comercios; el cinco por ciento de agua de ríos, arroyos, lagos y acuíferos es concesionado a industrias; y el cuatro por ciento es utilizado para producir energía en centrales termoeléctricas.

En estas centrales, el agua se utiliza para enfriar el vapor expulsado de las turbinas; y una vez usada, se devuelve al cuerpo hídrico del que fue extraída. De este proceso, el agua sale contaminada porque se le mezcla con cloro para enfriar el vapor; y esta sustancia tóxica inhibe el crecimiento de la flora acuática (algas).

Por todo lo anterior, la disponibilidad del agua dulce es un asunto de seguridad nacional y su distribución o control requiere mayor responsabilidad social y económica para garantizar la salud y el bienestar de la población en todos los países del orbe, donde su demanda ha aumentado.

En 2017, un análisis de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) concluyó que la demanda de agua aumentaría mundialmente en 55 por ciento entre 2020 y 2050; y aunque las preocupaciones se han centrado en la satisfacción de las necesidades humanas, el agua es también indispensable para el funcionamiento de los ecosistemas.

El Instituto Mexicano para la Competitividad (IMC) ha formulado varias recomendaciones a la administración pública del país para el control adecuado del agua dulce; una de ellas propone mejorar el monitoreo de su uso, principalmente en el sector agropecuario (agrícola y ganadero), el de mayor consumo, además de la aplicación de tecnología especializada como la que plantea el Fondo Verde del Clima.

También define como fundamental el desarrollo de infraestructura hidráulica para evaluar y delimitar mejor, con base en criterios geofísicos, el nivel actual de los mantos acuíferos; e invertir en la modernización y conservación de la infraestructura hídrica para evitar la toma clandestina y las fugas de agua potable en gran parte de las ciudades de la México.

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