MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

Refinería Olmeca: bombo y platillo exagerados y apresurados

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Más parafernalia no ha podido haber en torno a la inauguración de una obra, como la que se desplegó en la de la Refinería Olmeca en Dos Bocas Tabasco. La Jornada, un medio que renunció a hacer periodismo por ser el defensoracrítico de la Cuarta Transformación, hizo en su editorial del 2 de julio un repaso de la “trascendencia” de esta obra.

Parafraseando la editorial: dado el objetivo del gobierno dealcanzar la soberanía y autosuficiencia energéticas del país, esta enorme obra significa un avance enorme. Esta política resulta de lo más oportuna dado el descontrol de los precios de las gasolinas a nivel mundial y de la escasez de hidrocarburos provocada por el conflicto en Ucrania y las sanciones económicas impuestas a Rusia. Finalmente destaca el papel que tendrá la obra como promotor del desarrollo regional del sureste mexicano. Aunque no dicen que el precio del petróleo es cíclico y que, así como ahora están altos, eventualmente disminuirán; o bien, que las otras refinerías que existen en el país, si bien lograron detonar en algún grado el desarrollo regional, no resolvieron los problemas de pobreza y otros atavismos sociales que, en cambio, se desarrollaron a la par.

La editorial presume del éxito del plan energético pues se ha logrado doblar la capacidad de refinación que tenía el país. No dicen que buena parte de este incremento se debe a la compra de la parte de la Refinería Deer Park en Texas, Estados Unidos que era propiedad de Shell. Tampoco dicen que este incremento no ha impedido que en México el gobierno tenga que subsidiar buena parte del costo de la gasolina para impedir un gasolinazo. Tampoco 

En fin, aun aceptando que todo pudiera ser como lo maneja la editorial, para que ocurra esa suerte de fuente de virtudes, la refinería debería estar refinando barriles de petróleo y hoy por hoy, no lo hace. 

Otra cosa que se pone en valor es que la construcción de la Refinería Olmeca se hizo con recursos del presupuesto federal, sin echar mano del endeudamiento. No dice, primero que el presupuesto inicial quedó muy lejos de lo que realmente se gastó en la construcción de la refinería; y segundo, y más importante, no dice que los recursos que se destinaron a la obra se dejaron de gastar en la mejora de las condiciones de vida de la población, en educación, en salud, en infraestructura, etc. Bien vista la cosa, el gobierno está endeudado con el pueblo que generó los recursos gastados en Dos Bocas. Las promesas de los beneficios de la Refinería Olmeca son por lo pronto eso, solo promesas. Así las cosas, ante las inauguraciones de las megaobras, habría que ser medido en los cantos y vítores al gobierno de la Cuarta Transformación y, en cambio, más exigentes. 

Coincidió la inauguración con el cuarto aniversario del triunfo de Andrés Manuel López Obrador a la presidencia. Prácticamente, su sexenio empieza a recorrer su final, el penúltimo año de gobierno. Si medimos su éxito en función del avance en el combate a la pobreza, podemos decir que fue un sexenio perdido, la pobreza extrema, el hambre, en México no disminuyó, aumentó. Si lo medimos por el combate a la corrupción, también será fallido, pues la discrecionalidad se ha alzado como el criterio de distribución del presupuesto; esto es cierto hasta para lo que a las transferencias monetarias directas se refiere, pues ahora, has de contar con la venia de los “servidores” de la nación. Y si lo medimos por el avance de la democracia, ni duda cabe de que también se ha ido hacia atrás; el poder está más concentrado que nunca, se combate abiertamente a las organizaciones sociales desde la tribuna presidencia, a los medios que se atreven a disentir se les hace la guerra. 

Sin embargo, es muy probable, dado el uso faccioso que se hace del presupuesto, que Morena continúe en el poder político. Morena no es el partido que enarbola y defiende los intereses del pueblo mexicano, sino de las facciones políticas que han hallado acomodo en el sistema político mexicano aprovechándose de la indignación y desesperación del pueblo mexicano. Hoy más que nunca hay que organizarnos y luchar por un gobierno verdaderamente nuestro, que no combata, sino que impulse la organización popular porque entienda que esa es la verdadera fuerza que lo sostiene.

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