MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

CRÓNICA | Quejas en el transporte público tamaulipeco

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Hoy salí de casa a la 1:15 de la tarde, el calor es insoportable, no se puede estar expuesto a los rayos del sol, porque con facilidad pueden quemarte. En las noticias volvieron a anunciar que gran parte de la República Mexicana seguirá sufriendo por la ola de calor que se está presentando. Cargue conmigo una botella de agua bien fría para prevenirme, aun a sabiendas que no lograría mantener su temperatura y como dijeran aquí, sería agua para caldo.

Me conduje precipitadamente a tomar el camión, voy a mi trabajo, pero para eso necesito tomar dos camiones con una duración de 30 y 20 minutos cada uno. Al llegar al punto de encuentro me di cuenta de que llegaba minutos antes de que pasará el transporte público, por lo que tuve que esperar alrededor de diez minutos, esto me obligó a buscar un árbol para protegerme de los rayos del sol que queman y acaloran a más no poder.

En la espera me refresque la garganta con el agua que llevaba, aprovechando que todavía está fresca; a lo lejos veo que se acerca el camión, le hago la parada y me subo. En el interior viajan principalmente estudiantes de secundaria y preparatoria que se dirigen a sus centros escolares, a lo largo del viaje el sueño inunda a más de uno, el intenso aire caliente entra por las ventanas y se apodera de los ojos de más de uno de los viajantes, obligándolos a permanecer cerrados.

Consulto mi teléfono, el tiempo en este momento es de 38 grados en la capital tamaulipeca y según el pronóstico, más tarde alcanzará los 41 grados, -nos estamos asando- pienso. Ciudad Victoria no solo sufre ahora por la ola de calor, sino por la falta de agua que suministre a gran parte de las colonias, pero en especial a las que se encuentran en la periferia y en las zonas marginadas.

Mientras eso sucede, suben al transporte un grupo de jóvenes universitarias que también se quejan del calor, pero además su plática llama mi atención, pues discuten entre ellas las prácticas preprofesionales y el servicio social, hablan sobre su falta de experiencia en la carrera que están cursando, nada raro, pues en la mayoría de los jóvenes ocurre. Sin embargo, es claro y desafortunado que en México no sé garantice que por medio del estudio puedas asegurar un empleo bien remunerado.

Las historias y la realidad están aquí, en el camión que acabo de tomar para dirigirme al trabajo, es la realidad que enfrentan diariamente miles de tamaulipecos que recorren todos los días la misma ruta, bajo los intensos rayos del sol, contando sus historias en transporte público, dejando su queja sin ser escuchada y sin ser resuelto su problema.

Mientras tanto, ni el gobierno estatal, mucho menos el Gobierno federal está interesado en mover un solo dedo y tratar al menos de mejorar las condiciones para aminorar los grandes males por los que atraviesa nuestro país. Y es que la ola de calor también es consecuencia de la desenfrenada contaminación que las empresas producen, el consumo de grandes cantidades de agua y la contaminación de las refresqueras, lo que está impidiendo que el agua llegue a esas colonias.

El gobierno que dirige Andrés Manuel López Obrador no deja de ser un esbirro más de esas grandes empresas, pues se arrodilla al servicio de estas sin defender lo que verdaderamente importa para que nuestro país salga a flote y se desarrolle, muy por el contrario, porque cada vez se duplica el número de muertos, inseguridad, desempleo, educación de mala calidad y en un pueblo inculto, donde lo único que hacen es entretenerlo con diversión vana, difícilmente podrá salir del atraso en el que se encuentra.

Hoy nos encontramos ante un gobierno que le ha quedado grande su investidura, que ha dejado de interesarse por sacar adelante a México, porque problemas como los que aquí relato, son todos los días a todas horas. Mientras no se resuelvan estos, causarán estragos entre la población. La naturaleza no se equivoca cuando anuncia lo que puede pasar y ahora no es la excepción, es pues indispensable que reaccionemos, que no veamos como innecesaria nuestra participación y exigencia por lograr derechos que nos corresponden.

Hay que obligarnos a soñar diferente, a pensar que un futuro mejor es necesario, un país donde tengamos mejores condiciones de vida, y donde ni los golpes de calor puedan matar a los mexicanos, un México donde todos puedan tener acceso al suministro del agua, para llegara eso es indispensable y necesario la organización y la lucha por el poder. No hay otra alternativa. Luchemos por que el gobierno mejore las rutas del transporte, que nuestras quejas se hagan públicas.  

 

 

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