Desde que se empezaron a desarrollar las grandes ciudades, la industria, el comercio y lo que se produce se convierte en mercancía, o sea que se produce para vender y sacar ganancia, no se planea la producción para cubrir lo que realmente se necesita, sino lo que más se venda.
Así, la tecnología, la industria están encaminadas a todo eso. En las grandes ciudades se han creado fábricas con ese objetivo. Así la gente del campo, que no tiene donde producir y con que producir para sobrevivir; con la aspiración de vivir mejor emigra a las grandes ciudades con miras de mejores horizontes, pero la sorpresa con la que se enfrenta primero es dónde vivir, tiene que llegar y arrendar una casa, un cuarto, a veces no le alcanza para cubrir el arriendo por los salarios bajos y los gastos de alimentación, vestido y calzado; tiene que cubrirlos mínimamente, situación que se empeora más. Cada día que pasa los productos de la canasta básica que suben y suben, a pesar de que el salario le suben porcentualmente no es suficiente para que cubra lo necesario para vivir dignamente.
Por lo que, para hacerse de una propiedad, de un lote para construir su vivienda es cada vez más difícil, y aquí es donde entra en contexto lo que dice la constitución mexicana, en su artículo 4, que los mexicanos tenemos derecho a la vivienda, realidad que a los gobiernos pasados y los actuales no les preocupa, ni si quiera por equivocación.
En las grandes ciudades hay familias que rentan en casuchas, cuartos que a veces carecen de los servicios elementales, o viven en casas prestadas. En el caso de quienes sí tienen una casa o un lote para construir, no tienen recursos para mejorarla o construir una casa de material y lo hacen con desechos, lámina de cartón o de zinc, y si le agregamos que viven en las orillas de las ciudades donde no hay drenaje agua potable, las calles mal hechas de terracería, o en los cerros, todo eso se ve en las ciudades.
Ejemplos hay en todo México. Aquí en Sonora podemos poner un ejemplo de una de tantas ciudades: el caso de Guaymas, que es puerto, se vive esa situación. Es cierto, no es una gran ciudad, pero se vive esa situación, muchas familias viven de arrimados con familiares, rentan, van a solicitar vivienda en el ayuntamiento o gobierno del estado y la respuesta es negativa no tiene como resolverles y que no tienen recursos. El gobierno no tiene un plan, ni lo ha hecho para darle alguna alternativa a todas las familias que enfrentan este problema. Y nosotros decimos, urge ese plan.
La solución a todo este problema es que las familias humildes y progresistas, que realmente quieran vivir dignamente y dejar una mejor patria para sus hijos, deben organizarse y concientizarse, para entender que solo unidos, como un solo hombre, y eligiendo gobernantes salidos de las filas de los pobres, sólo así llegará un verdadero cambio a la situación que nos aqueja, no solo en vivienda, sino en todos los aspectos, luchando por una mejor distribución de la riqueza que tiene nuestro país.
A eso los invito, a que nos sumemos y formemos un frente común para exigir a las autoridades un plan estatal de vivienda, para cambiar, transformar la realidad que estamos viviendo y no sólo reformas para dejar todo igual, como hasta ahora lo han hecho todos los gobiernos, independientemente del color que sea, pero ninguno ha gobernado viendo por los de abajo, siempre por los de arriba.
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