Se entiende que todo gobernante, sea del partido que sea, llega al poder con la intención de resolver la problemática social que previamente ya conoce y que, seguramente en su campaña prometió resolver para ganar la confianza y voto de la ciudadanía.
Como mexicanos sabemos por experiencia que muchas de las promesas de campaña no se cumplen y a los gobernantes no se les vuelve a ver caminando en las colonias ni abrazando a los niños, salvo para tomarse la foto o si se quieren reelegir o aspiran a otro cargo de elección popular.
Pero hablemos del Presupuesto Participativo que es un proceso de intervención directa, permanente, voluntaria y universal mediante el cual la ciudadanía, conjuntamente con las autoridades, delibera y decide la asignación de recursos públicos. Dicho proceso se desarrolla en varias ciudades y países y contempla la participación activa de la población en el destino final de parte del presupuesto asignado a cada demarcación.
En Chihuahua capital donde viven más de 937, 674 ciudadanos, según datos del Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI), para el año 2023 se destinaron 198 millones de pesos para ejercer en el presupuesto participativo, cantidad importante para ejercer pero que en realidad es poco para abatir el rezago en todos los rubros sociales.
El proceso inicia con la convocatoria, donde todos los ciudadanos pueden ingresar su proyecto vecinal que va desde una pavimentación, la construcción de un puente, la techumbre de una escuela, centros de salud, equipamiento para planteles educativos, construcción de canchas de usos múltiples, construcción de parques y jardines, en fin, el proyecto es libre y debe ir acompañado de un presupuesto previo.
A cada proyecto se le asigna un folio con el cual la persona participante deberá hacer campaña para que a la hora de las votaciones salga ganador y se pueda ejecutar.
Y aquí radica el engaño del proceso, ya que justo cuando son las votaciones es muy notoria la intervención de las autoridades para darle prioridad a ciertos proyectos, por amiguismo o porque son agremiados al partido del poder. Dejando fuera a cientos de proyectos que realmente son necesarios y que en muchos casos los vecinos llevan años luchando por que se realice.
Al final del proceso a los proyectos no ganadores simplemente se les dice gracias por participar, vuelva el próximo año, es decir que ese puente, esa calle sin pavimentar quedaran en el olvido.
Esto lamentablemente sucede y considero que es una forma sutil de las administraciones de decirle a los ciudadanos que son parte importante y que son tomados en cuenta para el desarrollo municipal y que, si su colonia sigue con polvo, sin agua, sin drenaje, sin luz, no es culpa de las autoridades, es culpa de ellos por no haber conseguido los votos necesarios para la ejecución de la obra.
Y así, una vez más, se le da atole con el dedo al pueblo.
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