Como es sabido, en cada sexenio el gobierno entrante se compromete a mejorar las condiciones del sector educativo, pero sólo basta unos cuantos meses para que a esas palabras se la lleve el viento.
El recurso que se destina cada año para cubrir las necesidades de los diferentes rubros de la educación, como es infraestructura, equipamiento, pago de salarios, becas y por supuesto el pago de capacitaciones de los maestros, es insuficiente. La población se ha dado cuenta de lo mal que se encuentra el sistema educativo y lo mucho que se requiere para poder brindar una educación integral, en donde los estudiantes puedan aprender de la mejor manera.
Todo lo antes mencionado lo destacó la reciente pandemia, en donde la SEP, quien es la responsable de este sistema, demostró que no se está preparado para enfrentar algo como lo que se vivió, tanto en la parte académica como en los recursos didácticos, infraestructura y sobre todo en las capacitaciones de los docentes. La pregunta de muchos es, ¿en verdad llega todo el recurso a la dependencia correspondiente?, si fuera el caso, ¿por qué no se destina a los rubros correspondientes?
De 2020 a 2023, la SEP ha eliminado algunas cosas que en su momento era importantes para poder ayudar a la educación. De acuerdo con la agencia Cuadratín, que cita a la Organización de las Naciones Unidas (ONU), existe un vínculo comprobado entre la mala alimentación y la pérdida de oportunidades de aprendizaje. Los programas de desayunos y comidas escolares pueden ayudar a romper la amenaza del ciclo de la pobreza perpetua, razón por la cual, dejar de invertir recursos públicos en programas de alimentación escolar es quizás una de las peores decisiones económicas que pueden tomar los gobiernos federal y estatales.
De igual forma, la jornada ampliada ayudaba a reforzar el aprendizaje de los estudiantes, pero ¿qué está pasando con el Gobierno y con los representantes que se tiene en la cámara de diputados y senadores en la comisión de educación, sabiendo las necesidades que se tiene en este sector? ¿Por qué no hacen algo que ayude a mejorar las condiciones tanto de los alumnos como de los docentes, gestionando más recursos y no lo contrario? Pues porque al Gobierno federal no le importa la educación del pueblo pobre, humilde y trabajador.
El pasado 8 de septiembre, la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) presentó a la Cámara de Diputados, el Paquete Económico para 2024, que incluye el Proyecto de Presupuesto de Egresos de la Federación (PPEF) con la propuesta del Ejecutivo Federal para, entre otros rubros, el funcionamiento del Sistema Educativo Mexicano. Y no deja de sorprender la persistencia de una estrategia ajena a la crisis de aprendizaje que enfrentan las escuelas públicas.
Para el próximo año, la propuesta, que debe ser discutida y aprobada por las y los diputados, contempla destinar a los servicios educativos de todo el país más de 982 mil 237 millones de pesos. De ese total, 62 por ciento corresponde a educación básica. Estos recursos presentan un modesto aumento respecto a 2023.
En relación con 2023, la bolsa global de educación tiene un aumento de 2.9 por ciento y la de educación básica de 3.2 por ciento, similar a la de la educación superior (3.2 por ciento). La educación media superior tendrá menos recursos para el siguiente año (-1.6 por ciento). Las escuelas de educación básica, cuyos recursos se encuentran fundamentalmente asignados en el Ramo 11, no recibirán fondos adicionales; sólo tendrán un aumento de 0.04 por ciento.
En el análisis que “Mexicanos Primero” hizo al PPEF encontramos que, a pesar del incremento nominal de recursos, el presupuesto total destinado a educación básica se ha reducido en esta administración. En 2024 se propone una inversión de 609 mil 677 millones. Aunque representa un aumento de recursos en términos reales, no alcanza a compensar la severa caída en la inversión en 2020-2022, periodo en el que la pandemia tuvo sus mayores impactos económicos.
Aun con los significativos aumentos de recursos de los últimos dos años, estamos por debajo de los alcanzados en 2014-2015. La inversión de los primeros cinco años del periodo 2013-2017 es mayor en 104 mil millones de pesos respecto a la realizada en el periodo de 2019-2023. Aunque sea aprobado sin cambios el Presupuesto de 2024, la diferencia seguiría siendo de 73 mil 673 millones de pesos. La suma no es menor, pues permitiría ampliar a 18 millones los becarios de educación básica o quintuplicar las más de 27 mil escuelas con horario ampliado.
La proporción del presupuesto de educación básica dentro del gasto programable también refleja la tendencia a la baja en la inversión. Los recursos disponibles para educación básica han pasado de 11.3 por ciento en 2018 a 9.3 por ciento en la propuesta para 2024. Cada punto porcentual del gasto programable perdido, implica alrededor de 34 mil millones de pesos.
¿Qué está pasando con el Gobierno y con los representantes en las cámaras en la comisión de educación, sabiendo las necesidades que se tiene en este sector? ¿Por qué no hacen algo que ayude a mejorar las condiciones gestionando más recursos y no lo contrario?
La mayor parte de este presupuesto está destinado a la educación básica y aun así no cubre las necesidades más básicas como son falta de personal, espacios dignos tanto para estudiantes como los maestros, infraestructura, recursos didácticos, etcétera.
De igual forma, el nivel medio superior es uno de los que menos reciben apoyo y quien a la vez más lo requiere, ya que cuenda con OPD, que brinda educación en los lugares más alejados de las diferentes regiones del país, donde por falta de techo presupuestal, no tienen un salario digno, prestaciones y servicios médicos, que por ley les corresponde.
Tal es el caso de los Telebachillerato comunitarios, quienes por su documento base de creación, son unos de los que más necesitan esa modificación para que sean contemplados y puedan tener un presupuesto que ayude a mejorar las condiciones laborales tanto de docentes como de los administrativos, de infraestructura y recursos materiales que tanto se necesitan para mejorar la enseñanza-aprendizaje.
Hacemos un llamado al Gobierno, los diputados, senadores y autoridades encargados de la educación, asignar más presupuestos para este sector, que tiene una gran misión: crear al mejor ciudadano del mañana. Se podrá lograr sólo si nuestras autoridades cumplen con su trabajo y destinan el recurso como se debe y para lo que debe ser, por una educación crítica, analítica, reflexiva e innovadora.
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