En el mundo en el que vivimos la deshumanización se expande a pasos agigantados, aquí lo que importa antes que la vida es la ganancia de las grandes empresas, y México no es la excepción, así lo demuestran la actuación de nuestro gobierno desde el inicio de la pandemia y como botón de muestra está una de las últimas medidas que pretende implementar: la reapertura de escuelas sin las garantías mínimas de seguridad.
Las condiciones que existían en marzo del año pasado, cuando se decretó el cierre de escuelas por el ataque de la covid-19 no son esencialmente diferentes a las que nos encontramos hoy, el virus sigue sin tener remedio efectivo, el número de habitantes sin vacunar es de mas de 110 millones de un total de alrededor de 120 millones de mexicanos según el Inegi hace un año, y hoy se ha demostrado que la convivencia escolar eleva hasta en un 40 por ciento la cifra de contagios, se sabe a ciencia cierta que aunque los niños y jóvenes pueden resistir mejor la enfermedad corren el riesgo de sufrir un infarto fulminante antes de los 30 años; las condiciones materiales de nuestras escuelas no sólo no están igual sino que han empeorado en este año de pandemia debido al deterioro de edificios y a la rapiña que han sufrido muchas de ellas, millones de alumnos no cuentan con los medios electrónicos para conectarse a clases virtuales, no todos los hogares mexicanos cuentan con internet ni con energía eléctrica, los problemas psicológicos de niños y jóvenes ya se venían agudizando antes del inicio de la pandemia y ahora son más frecuentes.
Pero a pesar de todo esto, la apertura de las escuelas es un hecho, por decreto del insensible gobierno de nuestro país, ya que prefiere ceder a las presiones de los grandes monopolios mundiales, a quienes urge la mano de obra calificada que nuestro país les proporciona, no importa que el costo de esta medida sea en vidas. Esta es la razón de la apertura de escuelas, el afán de ganancia. Nuestro gobierno agarrándose de un informe deL Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia, UNICEF, agencia de la ONU que vigila el desarrollo de la niñez), en el que se nos puso en evidencia como uno de los países donde más tiempo se han mantenido cerradas las escuelas (180 días hábiles) y donde más niños han perdido el año escolar por falta de acceso a la educación virtual, por un lado y por otro, de la urgencia y preocupación de padres de familia sobre el poco aprovechamiento de sus hijos y los trastornos que conlleva el encierro, se ha apresurado a decretar el regreso a clases presenciales sin mayor medida que vacunar a los docentes, algo totalmente insuficiente.
Todos los padres de familia, los estudiantes y ciudadanos responsables no debemos permitir que se ponga en grave riesgo la vida de los estudiantes y sus familias, por que si bien es cierto que urge un regreso a clases presenciales para bien del país y sus ciudadanos, este debe ser bajo un plan responsable y realizable que garantice la vida de los mexicanos, por lo que coincido con las peticiones de algunos sectores que en este mismo sentido piden que para abrir las escuelas es indispensable: que se garantice la vacunación a toda la población o mínimamente al 70 por ciento; se debe dotar mensualmente de artículos de limpieza a las escuelas y tener túneles sanitizantes, que todas las escuelas tengan acceso al agua potable, que haya personal médico en las escuelas y se puedan detectar de manera oportuna cualquier posible contagio, que la cantidad de alumnos por aula sea mucho menor a la actual y permita guardar la sana distancia, debe garantizarce la conectividad y buen funcionamiento del sistema eléctrico en las escuelas, los sanitarios deben estar en buenas condiciones, se debe contar con un programa federal que cubra las necesidades sanitarias y de infraestructura en todo el país y se debe implementar un sistema híbrido para horarios y asignaturas para evitar congestionamiento de alumnos y padres.
Pero todo esto y más no podrá ser posible si asumimos una actitud pasiva, debemos unirnos todos los sesctores de la sociedad para exigir al gobierno que antes de iniciar las clases presenciales implemente estas medidas que garanticen la vida de nuestros hijos y familias; los trabajadores mexicanos producimos la riqueza suficiente para poder hacelo realidad, no son castillos en el aire, solo falta sensibilidad gubernamental. Exijámoslo por el bien de todos antes de que sea tarde.
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