MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

Pieza tocada El ajedrez templa y forma al hombre nuevo

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Napoleón Bonaparte se le considera uno de los hombres más poderosos de Europa y también el más respetable de Francia, incluso se le conoce como el mayor genio militar de la historia. Muchos años después, sus luchas y batallas se siguen estudiando en todo el mundo, sobre todo los factores estrategia y táctica que fueron decisivos en la pelea para el éxito de sus conquistas. Esto lo convirtió también, dicen sus biógrafos, en el mejor estratega.

Y aunque como él podemos encontrar a otros grandes hombres, especialistas en estrategia y táctica militares, como Julio César que vivió en el siglo I a.C., importante líder militar y político en la historia romana o como Alejandro Magno en el siglo IV a.C. que tuvo en el Imperio Persa a una de sus mayores conquistas. Más allá en la historia antigua de los pueblos localizaríamos a Gengis Kan que caminó en el siglo XII a.C., unificador de las tribus nómadas de la etnia del norte de Asia y fundador del Imperio Mongol, el más grande de la época. Todos ellos destacaron por ser hombres guerreros y líderes de enormes ejércitos que tuvieron gran inteligencia y habilidad para comandarlos.

Napoleón, por ejemplo, nunca pospuso sus batallas y siempre tenía claro que debía reducir todas las posibilidades para que no fueran derrotadas; sus estrategias eran precisas y la concentración en sus ataques era clave para su éxito. Estos ejemplos de la historia son de utilidad para el tema de ajedrez que hoy nos ocupa y que igualmente requiere de inteligencia, concentración y una buena estrategia. El XV Torneo Nacional de Ajedrez "Alfonso Ferriz Carrasquedo" que organiza el Movimiento Antorchista con la colaboración y el apoyo de la Escuela Nacional de Ajedrez y el aval de la Asociación Estatal de Ajedrez del Estado de México, se realizará los días sábado 27 y domingo 28 de agosto.

La estrategia y táctica en el juego, que algunos consideran deporte-ciencia o que incluso otros le llaman arte, son también esenciales para el que lo practica y, más aún, para el que decide lanzarse a un torneo en busca del mejor ranking a nivel nacional o internacional. El ajedrez es en sí un encuentro de inteligencias, un juego-ciencia que tiene más de 1,200 años de historia y que en nuestros días se sigue practicando.

Qué sucedería, por ejemplo, en la actualidad donde diariamente observamos un mundo que tiene infinidad de conflictos ideológicos, de poder, de razas, económicos, de conquista de mercados internacionales, de miseria y guerras mundiales; imagine amable lector, por pura curiosidad, si éstos conflictos se tuvieran que dirimir sobre un tablero de ajedrez. Sin duda veríamos (sólo en el supuesto de que fuera un juego de ajedrez) un escenario en el que el triunfador sería el más inteligente y creativo, el más reflexivo y analítico, el que mejor calcule, vea el futuro y esté apegado a su realidad. En el ajedrez no hay trampa, y sí un duelo de inteligencia y estrategia.

Un ajedrecista debe centrar su mente en el tablero sin ningún distractor para analizar cada uno de los movimientos que vaya a ejecutar con alguna de sus 16 piezas (8 peones, 1 dama, 1 rey, 2 torres, 2 alfiles y 2 caballos) y elegir el plan correcto que le permita alcanzar la victoria; él sabe que si elige un plan erróneo la "lucha" será desfavorable; él debe ser exacto en sus jugadas, valorar la situación del contrincante, usar su posible debilidad y acertar golpes duros, un ataque contra la dama del bando enemigo por ejemplo, y si le es posible, un jaque mate.

Este esfuerzo completamente intelectual es benéfico para el ser humano, es un ejercicio para desarrollar el pensamiento lógico basado en la disciplina y la disposición rigurosa del jugador; en el tablero la rapidez para actuar también es indispensable pues hay un duelo contra el tiempo: velocidad de pensamiento, toma de decisiones rápidas y con la precisión y exactitud de un bisturí irán cercando al enemigo. Pero en esas decisiones hay que asegurarse que son las mejores; así trasladaremos el tablero a la vida cotidiana, "pieza tocada, pieza jugada". El que practica ajedrez tiene capacidad para resolver los problemas en su tiempo y realidad y deberá encontrarles solución, un sinónimo de jaque mate, y si sólo no puede lograrlo, deberá sumarse a la fuerza de otros que vayan siempre en la búsqueda de su destino: la victoria.

El aspecto formativo del ajedrez se puede apreciar cuando el jugador se hace responsable de sus movimientos en las partidas. Como el trabajo es individual, sus desplazamientos dependen exclusivamente de él y su derrota, si fuera el caso, nunca se la podrá achacar a un externo sino a él mismo y esto le ayudará a sentirse responsable de sus actos y no buscará pretextos para justificarse; si detecta los errores que cometió y los concientiza, obligatoriamente tendrá que corregirlos y su resultado lo llevará al triunfo.

Organizar un torneo de ajedrez tampoco es fácil, también requiere perseverancia acompañada de disciplina y hoy, gracias a eso, son ya 15 años de que el Movimiento Antorchista lo impulsa; a una década y media el encuentro es considerado el 4to más concurrido y mejor, incluso podría convertirse en el 2do más importante si en esta ocasión reúne a más de mil ajedrecistas según Rodrigo Ferriz Barrios, director de la Escuela Nacional de Ajedrez, que señaló en exclusiva con la periodista Citlali Piña del Canal 6 de Televisión, que sólo los torneos "Carlos Torre" que se realiza en Mérida, el Copa Independencia que se lleva a cabo en la Ciudad de México y el Campeonato Nacional de Ajedrez, están por encima del torneo "Alfonso Ferriz Carrasquedo".

Al fomentar y realizar esta justa, Antorcha forma un hombre nuevo que cambie su mentalidad, personalidad y se convierta en principal promotor de cambios en la vida política, económica y social; nada de esto es fácil, pero sí hay certeza y claridad de que el individuo debe y tiene que transformarse en un hombre recio, inteligente y con la suficiente capacidad para desarrollar, no sólo un plan para su vida personal, sino para que cambie su entorno social y desarrolle un sentimiento de amor y solidaridad entre los hombres. Con estas competencias de ajedrez Antorcha avanza en la construcción de ese hombre nuevo y diferente, y no habrán de transcurrir muchos años para presenciar cómo se pondrá en jaque mate a la injusticia y la pobreza, pesadas losas que hoy tienen que cargar millones de mexicanos.

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