Apenas el pasado 15 de noviembre fue aprobado en la Cámara de Diputados, en lo general y en lo particular, el Presupuesto de Egresos de la Federación para el año entrante (PEF 2022), por supuesto, sin cambios a la propuesta del Ejecutivo, respondiendo así al pie de la letra a la encomienda del presidente López Obrador en cuanto a sus prioridades políticas y electorales, dejando fuera las propuestas de estados y municipios, así como las enmiendas hechas por la oposición en el Congreso porque la orden era no dialogar sino de imponer la línea de la 4T, sueño caprichoso del inquilino de Palacio Nacional.
Dado que es un hecho la aprobación del presupuesto federal que va a regir el próximo año, veamos cuáles son las “grandes” prioridades del mandatario federal, en contraposición a lo que no quiere ver ni oír y menos destinar recursos, es decir lo que representa las grandes necesidades del pueblo mexicano y la proyección del país hacia el futuro.
Primero. Se destina cuantiosos recursos al gasto social del orden de los 450 mil millones de pesos, en particular a los adultos mayores (aclaro que nadie en su sano juicio estará en contra de que reciban una pensión) y demás apoyos directos, etc., pero cuyas reglas de operación no son transparentes y cuando estudios serios del Coneval y el Inegi, así como de otros países señalan que priorizar el consumo no es una buena política de combate a la pobreza.
Asimismo, se van recursos por casi 154 mil millones de pesos a las obras insignia del Presidente como son: el tren maya, del orden de 63 mil millones; a la refinería dos bocas la cantidad de 45 mil millones; además de otros 11 mil millones al Aeropuerto Felipe Ángeles (dicho sea de paso, Aeroméxico dijo ya que no operará desde ahí), entre los rubros más importantes (con datos de Expansión). Así el ejecutivo dispone de una bolsa de más de 600 mil millones de pesos, tan sólo en dichos rubros y bajo control absoluto del gobierno federal. Pero tal asignación centrista dejó descobijadas las prioridades de infraestructura que los estados y municipios tienen, quedando sin más fuera del presupuesto anual.
Segundo. Tanto PEMEX como CFE son las grandes ganadoras del presupuesto al captar el 15.3% de los recursos totales asignados, a pesar de que aún no terminan de sanearlas, mientras con la propuesta morenista de contrarreforma eléctrica se ahuyentará la inversión privada y será más complicado mantener a flote dichas empresas. Por ejemplo, la empresa Siemens-Gamesa ya anunció su retiro de una inversión por 600 millones de dólares en Oaxaca en un proyecto de energías limpias, afectando los contratos firmados con 500 campesinos, ante la incertidumbre creada por la iniciativa indicada.
Tercero. En donde debían incrementarse los recursos públicos no se hicieron cambios apreciables como en educación, ciencia y tecnología, cultura y deporte. Aunque hay un incremento en el gasto en salud resulta del todo insuficiente para las amplias necesidades que tiene la población mexicana, tanto en recursos humanos calificados como en la dotación de insumos y medicamentos, lo mismo que en infraestructura hospitalaria. El Insabi es un verdadero elefante blanco, pues hasta hora no cubre ni siquiera el programa de seguro popular tan extendido y añorado por millones de mexicanos que se beneficiaban de él. Además, despiden a miles de trabajadores de la salud que fueron contratados para combatir la pandemia de la covid, cuando aún ésta no termina y se avecina una cuarta ola para fin de año. El caso más destacado son los 2,500 médicos y enfermeras que trabajaban en el sector salud de Oaxaca, con tantos rezagos en ese estado y los echan a la calle sin ninguna consideración.
Cuarto. Llama la atención que los diputados afines a Morena hicieran recortes significativos a los organismos autónomos del orden de los 8 mil millones de pesos, particularmente destaca el recorte al INE por cerca de 5 mil millones de pesos y al poder judicial del orden de 3 mil millones de pesos. Esto a todas luces expresa la intención de Morena de minar los contrapesos necesarios para un régimen que se precie de democrático y de esa forma presionar a esas instancias para que se somentan a los dictados del ejecutivo.
Así las cosas, la aprobación sin cambios sustanciales del PEF 2022 en el Congreso hecha por la mayoría simple que tienen Morena y sus aliados, es un mal augurio para la economía mexicana y sobre todo para el bienestar de la mayoría de la población, puesto que no se privilegian las necesidades de infraestructura de los estados y municipios, donde existen decenas de miles de colonias y comunidades marginadas, carentes de obras y servicios públicos. Tampoco se amplía la base gravable para que pague más impuestos quien gane más y menos se plantea una política de generación de empleos bien remunerados.
Además, los programas sociales del bienestar, aparte de que no cubren ni siquiera a una tercera parte de la población, están hechos para garantizar un mercado cautivo electoral y no para atacar de frente a la pobreza que ha crecido en los últimos 2 años. Y una prueba adicional, por si faltara, de que esa es la línea del Gobierno morenista, se trata de la inclusión reciente en el plan nacional de vacunación contra covid a los jóvenes mayores de 15 años, toda vez que para el año 2024 serán los electores nuevos, cuando ya la vacuna Pfizer BioNTech ha sido aprobada por la Cofepris, desde junio pasado, para la población de 12 años y más.
Por consiguiente, el pueblo de México debe rechazar el uso marcadamente electoral del presupuesto público, poniendo en riesgo la vida de millones de mexicanos que no tienen trabajo, salud, educación, vivienda, etc; es esperable que con el aumento de la pobreza, resultante de las malas políticas adoptadas, tendremos un país más violento, de mayor inseguridad para los mexicanos de a pie. En este marco el Movimiento Antorchista Nacional hace un llamado y extiende su mano a todas las fuerzas de oposición que han sido ignoradas, así como a la población en general para que juntos hagamos un frente común y evitemos que la 4T siga destruyendo a México, nos merecemos un futuro mejor y por eso vale la pena unir esfuerzos.
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