Es claro que lo que más interesa al presidente municipal de la capital hidalguense es que Pachuca sea reconocida, o mejor dicho, su administración, porque aquí sí se sabe hacer negocios, por facilitar a las empresas sacar dinero al ciudadano con el permiso de la autoridad municipal. Ahora, resulta que la novedad en "la bella airosa", no es que el alcalde ya se haya sensibilizado y dotado de agua potable y drenaje a las colonias populares que, frente a sus confortables oficinas, desde hace un mes se lo están demandando, o que nos hayamos despertado con la agradable noticia de que nuestro presidente municipal, ahora sí, ya se preocupó por sus gobernados y mandó pavimentar las calles y tapar los enormes baches que se encuentran en la mayoría de las calles de la ciudad. ¡No! La noticia del mes es que, aunque no se resuelvan las demandas de los pachuqueños, tenemos que pagar un nuevo impuesto: ahora se concesionaron las calles de la ciudad a una empresa privada para que cobre por estacionar coches. Pero hasta el día de hoy yo no conozco alguna razón que explique en qué beneficia a los ciudadanos el uso de los parquímetros; lo único que alcanzo a ver es que, ahora hay que llenarle los bolsillos a unos individuos que tendrán el trabajo de poner las maquinitas para que marquen el tiempo de estacionamiento y reciban el dinero, así como los vehículos o las llamadas "arañas" para inmovilizar el vehículo si no paga lo correspondiente al tiempo en que estuvo estacionado.
De acuerdo con información vertida por la propia presidencia municipal, la mayor parte de las ganancias quedarán en manos de la empresa concesionaria (Moviparq), o sea, ni siquiera serán para que la presidencia municipal obtenga ingresos y deje así de esgrimir el "argumento" de la falta de recursos como causa de su desatención a las demandas de servicios públicos de los pachuqueños. Según la administración de Eleazar García, los primeros dos años que marca el contrato, la empresa le entregará al municipio el 15 por ciento de las utilidades; los siguientes dos años, el 20 por ciento; los siguientes dos, el 25, y del octavo al décimo años, el 30 por ciento. Así que, ¿dónde está el beneficio para los ciudadanos? Eleazar gobierna para que las empresas hagan negocio con el ya de por sí mermado bolsillo de los pachuqueños y de aquellos visitantes que aún gustan de visitar la ciudad, a pesar de que cada día se vuelve más complicada; también el PRD en el CDMX les aplicó el parquímetro a sus habitantes y lo mismo hizo MORENA en Texcoco; ninguna diferencia hay, pues, a la hora de gobernar para los poderosos: lo mismo da que sea de "izquierda", de derecha o de "centro"; nunca lo hacen a favor de las mayorías, siempre a favor de los que todo lo tienen, pero que ambicionan más.
Lo cierto es que si los gobernantes siguen ignorando la realidad del país y beneficiando con sus políticas económicas a las grandes empresas, la situación social y la propia paz se verá seriamente amenazada; la agudización de la desigualdad en México, que ha traído como consecuencia que hoy el hombre más rico del mundo, el señor Carlos Slim, tenga una fortuna que supera el 40 por ciento del dinero de todos los mexicanos (El Economista, 11 de noviembre de 2015), y que tengamos una población de más de 85 millones en pobreza. Con las políticas excluyentes, como las del empresario Eleazar García Sánchez, que funge actualmente como presidente municipal de Pachuca, se ayuda a que la mayoría de los ciudadanos, sobre todo los pobres y de las propias clases medias, financien a las grandes empresas que cada día pagan menos impuestos y, consecuentemente, amasan mayores fortunas, logradas gracias, en buena medida, a políticas como la aplicada por el alcalde: que pone en bandeja de plata los dineros del erario a las empresas mientras se niega a atender las demandas justas de miles de pachuqueños que requieren urgentemente de atención.
Pero los antorchistas estamos claros que las acciones de la mayoría de los gobernantes jamás han sido en pro de los derechos de las mayorías empobrecidas de este país; también entendemos que la solución no está en la bondad de un gobernante, sino en la fuerza organizada de los ciudadanos, y que no es suficiente tener la razón, sino que es necesario hacerla efectiva con la fuerza del pueblo organizado, y ese es el reto; por lo pronto la acción humana se volverá a ver muy pronto por las calles de Pachuca para exigirle a Eleazar García que también gobierne para los habitantes de las colonias populares de esta ciudad y no sólo para los empresarios de su grupo.
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