Como cada año, la Cámara de Diputados recibió de parte del ejecutivo federal la propuesta del Presupuesto de Egresos de la Federación para el año entrante, es decir, para el 2022. En este es posible apreciar una equivocada y criminal política que se ha venido observando durante el actual gobierno. Un presupuesto que destina ingentes recursos a obras de relumbrón como el Aeropuerto en Santa Lucía, el Tren Maya, etcétera. Obras que a todas luces son capricho y vanidad del ocupante del ejecutivo. Mención aparte merece el análisis que prueban la inviabilidad económica y daño ecológico de estos caprichos.
Pues bien, para poder destinar los multimillonarios recursos para estas obras se merma el apoyo a educación, salud, servicios públicos y obras para los millones de mexicanos. No hay un solo apartado específico que vele por todas estas necesidades. Es decir, se hacen obras faraónicas a expensas del sufrimiento de millones que se quedan sin protección oficial. Esta política no es nada nueva, pero ahora ni siquiera en el papel se contemplan planes para abatir estas duras realidades.
Pero aún hay más. Ante el problema de una baja recaudación y el pobre crecimiento del PIB, se hizo más inviable tanto despilfarro de dinero en obras faraónicas. Por tanto, se recurrió a la vieja confiable de subir impuestos. Y he aquí la siguiente loza que avienta el tirano. Los impuestos son para aquellos pequeños negocios, para el sector “informal”, para los jóvenes que ahora se verán obligados a declarar desde los 18 años con tal de exprimirles aunque sea unos cuantos pesos. En resumen pues, la carga impositiva va, de nueva cuenta, sobre el pueblo trabajador de este país. Un dato revelador que muestra, una vez más, del lado de quien se pone este gobierno. ¿Impuestos a los más ricos? Ni pensarlo, dice el gobierno de la “austeridad”. A fregar a los pobres, obligándolos a contribuir aún más al presupuesto al mismo tiempo que los eliminamos de este.
Los diputados de morena y sus partidos satélites, se coluden y atentan contra el pueblo votando estos oprobiosos presupuestos. Limitados a levantar el dedo y seguir como moscas lo que se cacarea desde Palacio Nacional. Se olvidan que son representantes del pueblo y que el poder que les fue conferido es para actuar escuchando a sus representados y en beneficio del pueblo mexicano. Montados en una soberbia asnal de la que hacen gala desde hace tres años, ignoran y agreden a los mexicanos. El pueblo mexicano no está para cargar más lastre sobre su espalda. En el Movimiento Antorchista alzamos la voz contra este injusto reparto de la renta nacional y exigimos una distribución equitativa que realmente beneficie a la clase trabajadora.
0 Comentarios:
Dejar un Comentario