MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

Organizarse y luchar: la única forma de salir de la pobreza

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En los últimos años una de las plataformas que ha servido para conocer cuáles son las ideas que tiene la población son las redes sociales, en ellas se ha podido realizar el ejercicio de crítica y debate sobre las diferentes posturas y formas de pensamiento de todas las personas que hacen uso de ellas. Se ha podido hacer en innumerables ocasiones, entre comentarios, los debates más férreos con la intención de salir vencedor y demostrar que se tiene la razón. 

Hace unos meses en la plataforma de Facebook se hizo “viral” un vídeo de Carlos Muñoz, coach empresarial e influencer que brinda consejos para volverse “rico”, el cual fue protagonista de una polémica que provocó una ola de críticas en redes sociales. En medio de una de sus conferencias criticó a un mesero que asistía el evento: “El wey que está ahí parado, que está trabajando hoy aquí, a quien le agradezco mucho su trabajo, está allí y no está aquí sentado porque no tiene el hambre, wey”. Miles de usuarios en redes sociales criticaron a Carlos Muñoz y en algunos casos hubo quienes mostraron ideas diferentes como: “es verdad, prefirió chelas que ahorrar” o “si invirtiera su dinero en algo productivo podría tener más”, “el pobre es pobre porque quiere” y otros más que se asemejan a los anteriores. 

Esta discusión alcanzó comentarios de suma relevancia como, si los menos favorecidos económicamente no trabajarán tan duro como para poder llegar a poseer riquezas tambien, y como si los que son ricos no seguirán siendo ricos, porque es en quiénes está concentrada la mayor parte de la riqueza del mundo. Por eso me vi motivado para poder dar mi humilde opinión. 

En principio me gustaría comenzar por lo que me motivó a expresarme, el vídeo que se difundió por las redes sociales del personaje que se dedica al “coaching”, Carlos Muñoz. De acuerdo con la revista Forbes México, el coaching es un proceso metodológico el cual se encarga de generar preguntas puntuales, trabaja con la mente, los significados, las creencias, las actitudes, los comportamientos y las acciones de las personas, para que ejecuten lo que requieren, y así “logren” lo que nunca han hecho. La base del coaching es la ontología, el estudio del ser. El coaching, por principio, se enfoca en las significaciones y resignificaciones del individuo, para con ello trabajar las distintas áreas de su vida, motivar, construir estrategias y concretar cambios por medio de acciones.

Todo eso junto pareciera que tendría como resultado que quien tenga la posibilidad de ser “coachee” podría alcanzar la meta más deseada por los que somos pobres, volvernos ricos. Pero, si fuera así de sencillo ¿Por qué no hay más gente que se vuelva rica? Una de las primeras críticas que se pueden derivar es sobre las frase sencillas y simples de “motivación” como la típica “sé tú mismo” o “si quieres puedes”. Totalmente de acuerdo, de hecho, podríamos decir que si una persona necesita ayuda bastaría decirle para ponerse mejor “ponte bien”, eso es como si alguien que va al médico porque tiene gripe, el médico solo le da dos palmaditas en la espalda.

Luego, respecto a los comentarios que surgieron del mismo vídeo me gustaría dar el mío a partir de los mismos. “El pobre es pobre porque quiere”, “el que nace pobre si se esfuerza puede ser rico” son algunos de los comentarios que se pudieron ver, sin embargo, hay datos que demuestran lo contrario. El Premio Nobel de Economía, Joseph Stiglitz, en su libro “El Precio de la Desigualdad“, expone la mentira de la “meritocracia” y la teoría del “esfuerzo personal”, señalando que el 90% de los que nacen pobres mueren pobres por más esfuerzo o mérito que hagan, mientras que el 90% de los que nacen ricos mueren ricos, independientemente de que hagan o no mérito para ello. Además, de acuerdo con la Oxfam Internacional el 82% de la riqueza del mundo está concentrada en el 1% de la población global. De los casi 3 mil 500 millones de personas que habitamos el planeta, 8 personas ahora tienen tanto dinero como la mitad más pobre.

En México cerca de 120,000 personas, que representan el 1% de la población más acaudalada, concentran alrededor del 43% de la riqueza nacional, de acuerdo con un estudio realizado por Oxfam México. De modo que si el país fuera un pastel con 10 rebanadas una sola persona se comería cuatro rebanadas y las seis restantes serían repartidas entre noventa y nueve personas. El 80% de las personas que nace pobre en México muere siendo pobre, es lo que revela un estudio del Centro de Estudios Espinosa Yglesias (CEEY) del 2020. Y es que el desigual reparto de la riqueza del mundo y por consiguiente la antagónica relación social entre ricos y pobres, es un problema que viene desde hace mucho tiempo y que se ha venido haciendo cada vez más grande con el actual modelo neoliberal.

El neoliberalismo que, como principio básico tiene dejar que las grandes empresas acumulen tanta riqueza como puedan y a la mayor velocidad, y en teoría una vez acumulada así la riqueza permita mayores inversiones, más empleos, mejores salarios y el bienestar generalizado de la población. El papel del Estado en todo esto es colaborar para que esto se pueda lograr, para lo cual, debe renunciar a toda idea de intervenir en el reparto de esa riqueza, dejando todo en manos del mercado. Además, debe evitar cobrar altos impuestos y producir mercancías que compitan con la empresa privada. Nada que se interponga en la concentración desmedida de la riqueza.

Con las cifras anteriores está más que claro que la empresa privada, ayudada por el Estado, se ha enriquecido sin freno y sin medida, pero que se vea aumento en la inversión nacional, que haya más empleos, que se eleven los salarios y que se haya logrado el bienestar de la población no se ven por ningún lado. He aquí la verdadera causa de la actual concentración de la riqueza en manos de unos cuantos y del incontrolable crecimiento de la pobreza y miseria de la inmensa mayoría.

Por todo lo anterior puedo concluir; no basta con tomar un curso de coauching en el que se nos enseñe como “dejar” de ser pobres, o que nos hagamos una proyección mental de que si queremos hacernos ricos debemos pensar como ricos, o peor aún, que pensemos que en la sociedad actual en la que vivimos bajo el modelo económico neoliberal tendremos las mismas oportunidades que los dueños de los medios de producción. Lo que realmente debemos hacer es organizarnos como pueblo y ser conscientes que para que logremos un reparto equitativo de la riqueza es necesario un nuevo modelo económico, que permita una política fiscal progresiva, que haga que los que tengan más riqueza paguen más impuesto y como consecuencia haya mayor inversión para empleo, salud, educación y bienestar social. 

Solo la fuerza crítica y organizada del pueblo puede forzar a un cambio de esta envergadura, sólo ella puede obligar a los gobiernos del mundo a encaminar un mayor reparto de la riqueza, cualquier otro que tenga otra propuesta lo invito a que la escriba.

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