MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

Necesidad e ignorancia, negocio de manipuladores

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Llama la atención la relativa facilidad con la que el presidente, Andrés Manuel López Obrador ha logrado convencer a una cantidad importante de mexicanos del supuesto buen trabajo que realiza para materializar su llamado Proyecto Alternativo de Nación. Dos cosas destaco, de entre otras, que a mi juicio han servido de caldo de cultivo para generar aceptación entre la población, de la política tramposa y manipuladora del presidente y su partido.

En primer lugar, usar el repetido argumento de que la causa de que los mexicanos estemos pobres es exclusivamente la política de corrupción de los políticos prianistas y neoliberales que gobernaron a México por más de 80 años, y que acabando con esos partidos habrá riqueza para todos. Pero es una grosera mentira con la que con todo cálculo pretende esconder dos cosas: en primer lugar, que la pobreza se explica exclusivamente por la explotación de la clase trabajadora. Que la única mercancía que se encuentra en el mercado y que produce riqueza es la mercancía fuerza de trabajo (o mano de obra), pues, mientras un trabajador produce un valor de 12 mil pesos o más en una jornada de trabajo de ocho horas, recibe apenas un salario neto menor a 200 pesos, y para que los trabajadores no sepan cómo se enriquecen los grandes capitalistas, el presidente argumenta que la causa de la pobreza es la corrupción.

Dicho lo anterior, tampoco conviene cerrar los ojos ante la realidad. Afirmar que los políticos priistas y panistas cometieron actos de corrupción en todos los sentidos está por demás. Claro que durante esos gobiernos hubo una tremenda corrupción y eso es grave. Pero lo que tramposamente no dice López Obrador, y muchos mexicanos inocentes se lo tragan enterito, es que precisamente esos corruptos empedernidos y saqueadores de la riqueza y los bienes de México durante décadas, ahora están en las filas de su partido y su gabinete. 

¿De dónde salieron el presidente de Morena, Mario Delgado; el coordinador de los diputados de Morena, Ignacio Mier; el presidente del Senado de la República, Alejandro Armenta; de dónde salieron Ricardo Monreal y Marcelo Ebrard, el director de la Comisión Federal de Electricidad, Manuel Bartlett, así el 99 por ciento de los integrantes de su gabinete? ¿De dónde salió el mismo López Obrador? ¡Hipócritas! No ocultemos la verdad.

Las cosas en el aspecto de la corrupción no solo no han mejorado. Según los resultados de la cuarta encuesta sobre corrupción e impunidad realizada por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía  (Inegi 2022), revela que una parte de la ciudadanía sigue considerando a la corrupción como dos de los principales problemas de México. ¿Hace falta recordarle a López Obrador el tema de los sobres amarillos de Pío López Obrador y el reciente fraude por 15 mil millones de pesos a Segalmex, que ahora calla como momia?

Destaco, en segundo lugar, como caldo de cultivo para la aceptación de la política del presidente, la pobreza y el nivel educativo de la gran mayoría de las personas más necesitadas y menos informadas, que desgraciadamente desconocen las verdaderas causas de la situación política y económica que vivimos, siendo presa fácil de sus discursos manipuladores. Lo confirma la insistencia del presidente de que las personas de más nivel educativo y académico son las que más le creen: “Aquí es donde (nos) afecta más. Es muy interesante cuando uno ve las encuestas, que quienes creen esas campañas (en contra suya) son los que tienen nivel de licenciatura hacia arriba. Son más, cuando uno pensaría que, ante más nivel educativo, más conciencia (tienen), pues no necesariamente. En la clase media, clase media alta y alta, igual que, de licenciatura para arriba, ahí pega más”, ha dicho. 

Conclusión: entre menos preparado está el pueblo, más presa fácil es de los especialistas en manipulación como él, y por eso consideró inmediatamente la desaparición del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt). Con una escolaridad promedio de 9.7 grados de escolaridad, es decir, de secundaria terminada le basta para seguir conservando el poder, pues, la gente preparada e ilustrada no es manipulable. Para la 4T siempre será mejor mantener al pueblo bueno dependiente de las limosnas de los programas asistencialistas del bienestar, que sólo garantizan la sobrevivencia.

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