MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

Movilidad y pobreza

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La movilidad social es un término que se usa en la Ciencia Política y otras ramas académicas para referirse a los cambios que experimentan las personas, grupos o sectores dentro de un sistema socioeconómico. Generalmente se utiliza para observar y medir el porcentaje de población que ha salido de la pobreza, es decir, que experimentó un cambio en sus ingresos y calidad de vida y, por tanto, se movió o mejoró un poco su bienestar. Si bien es cierto que los ingresos económicos determinan mucho este cambio hay otros muchos factores relacionados que inciden en la movilidad social y que son básicamente los derechos que en nuestra constitución están garantizados; salud, educación, vivienda, seguridad, etc. Uno de los que menos se analizan pero que es toral para el acceso a estos y otros importantes servicios es el derecho a un transporte seguro, accesible y de calidad.

Lo ideal sería que toda persona tuviera acceso caminando a escuela, trabajo, mercados, parques y centros recreativos, gimnasios, bibliotecas. En caso que no fuera así el transporte hacia estos lugares no debería rebasar la media hora de traslado, pues el tiempo juega un factor fundamental para el aprovechamiento de la actividad que el ciudadano decidiera realizar. Pues bien, la Ciudad de México, una de las más grandes del mundo, es todo los contrario a esto. Con millones de habitantes, estos sufren un modelo que los obliga a realizar grandes traslados de su casa al trabajo o a la escuela principalmente. Con una exacerbada concentración en el centro de la ciudad, los habitantes que viven a orillas de la ciudad y los de la zona conurbada sufren diariamente el estrés de vialidades atascadas, unidades viejas, constantes robos y asaltos, contaminación auditiva y un largo sinfín de problemas que hacen de sus trayectos un viacrucis de incomodidad y estrés.

En México, de cada 100 personas, 75 personas que nacen pobres no logran rebasar la línea de pobreza a lo largo de su vida, y otro tanto porcentaje solo experimenta cambios mínimos que aun así los sitúan en riesgo porque siguen sin tener acceso a servicios. En este país, se experimenta pues, un sistema que no solo no permite a la gente salir de la pobreza y mejorar su calidad de vida, sino que incluso crea más pobres y cada vez más pobres, como lo demuestra el Informe de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (IEPDS) 2020 hecho por el Coneval, organismo gubernamental encragado de medir la pobreza en México. Esto es resultado de las pésimas políticas que ejerce el gobierno, entre ellas, la eliminacion del ramo 23, que otorgaba recursos para la construcción e introducción de obras y servicios, de manera que ahora no hay dinero asignado para que en las comunidades mas pobres se creen y mejoren escuelas, hospitales, deportivos, etcetera.

Así, las acciones del actual gobierno, lejos de encaminarse a sacar a la gente de la pobreza, la hunde más en ella, pues no conforme con quitarle recursos para la construcción de obras destruye, con su austeridad e ineficiencia, lo poco a lo que los pobres tenían acceso. Ahí está el lamentable suceso de la caída de la línea 12 del metro en Tláhuac, lo que dejó un trágico saldo de 26 muertos y alrededor de cien heridos. La tragedia es aún mayor pues dejó a millones de usuarios que diariamnete usaban el transporte para llegar a sus trabajos y compromisos. Ahora su día a día ha empeorado con un aumneto de más de horas de traslado en otros transportes aún más peores e inseguros. A casi un mes de este hecho de negligencia gubernamental, los culpables siguen cínicamente en sus puestos amparados por su partido morena, pues todos ellos tienen responsablidad en el hecho y se solapan sus corruptelas. 

Es claro pues, que en este gobierno se ejerce una línea de acción regresiva que impide a los mexicanos salir adelante y que al contrario, los somete a mayor marginación y pobreza. Para poder moverse, para que pueda haber movilidad social y un ascenso en la línea de binestar lo primero que hay que hacer es quitar las piedras y trabes que estorban el camino. Hoy esos estorbos ostentan el logo de morena y están cimentados en los poderes Legislativo, Ejecutivo y Judicial. Hay que destruir estos estorbos y las elecciones del próximo 6 de junio nos presentan una gran oportunidad para empezar a hacerlo. Por eso, para mandar al carajo a quienes crean pobreza, ni un voto a Morena en Tláhuac, en la Ciudad de México y en el país. Hacerlo sería agrandar el hoyo que conduce al abismo de pobreza y marginalidad. 

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