MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

Morena atenta contra lo más preciado de la sociedad

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El Gobierno de Morena ha desplegado un intensa campaña para provocar el regreso a clases a partir del próximo 30 de agosto, argumentando que el encierro de los estudiantes en sus casas y el distanciamiento de sus compañeros, amigos y profesores ocasiona un tremendo daño psicológico que los lleva a padecer desinterés por el estudio, falta de atención para resolver problemas, apatía, decaimiento generalizado y, lo más grave, cuadros depresivos con el peligro de llegar a los pensamientos y actos de suicidio. Con menos insistencia, pero también con cierta regularidad, argumentan que es necesario la inmediata y rápida normalización de la actividad económica en general.

Ante el riesgo evidente de un incremento exponencial del número de contagiados, hospitalizados y muertos, dada la proliferación cada vez más letal y contagiosa de las múltiples variantes de la covid-19; dada, también, la inexistencia de un plan enérgico, rápido y eficaz para la implementación de pruebas masivas para detectar y aislar a los contagiados; y dada, además, la carencia de vacunas y su lentísima aplicación para toda la población, el gobierno de Morena, con López Obrador por delante, declara que vale la pena correr los riesgos, por lo que todos los estudiantes deben regresar a clases y todos los trabajadores regresar a sus centros de labor.

En verdad, en el terreno de la terca realidad, los de Morena plantean el problema así: Que los obreros y estudiantes (que como se sabe la inmensa mayoría son pobres) que tengan que morir, ¡que mueran, no importa!; lo que verdaderamente importa es rescatar las empresas capitalistas, los negocios, las grandes transnacionales; lo que importa es que siga la producción de bienes materiales y servicios, para extraer la plusvalía al trabajador, y su respectivo comercio, para realizarla; que haya trabajadores sobre los medios de producción y consumidores en las calles, sobre el mercado, para que los grandes dueños privados de los medios de producción sigan obteniendo sus ganancias. Lo demás, es lo de menos.

Ahora, cuando la tercera ola de la pandemia ha incrementado alarmantemente el número de contagiados (que llega a más de 3.2 millones de personas y a más de 250 mil defunciones desde que comenzó), cuando el número de niños y adolescentes contagiados suman más de 60 mil y alrededor de 600 muertos, el subsecretario de Salud, Hugo López-Gattel, obedeciendo la línea de López Obrador, minimizó las defunciones de menores por el virus durante esta tercera ola de contagios y dijo textualmente el pasado 10 de agosto: “La mortalidad en adolescentes y niños ya era muy baja en la segunda ola y continúa siendo muy baja en la tercera ola. Y todas estas ideas que han circulado de que ahora es una epidemia de adolescentes y niños no tienen un sustento de evidencia ni en México, ni en ninguna otra parte del mundo”. Al respecto, publicó el periódico El País en la misma fecha: “en plena tercera ola de coronavirus, los contagios y decesos entre menores a causa de la covid-19 siguen sin dar tregua en el país. Hasta el 8 de agosto se reportaron 613 defunciones de niños y 60,928 contagios. Lejos de disminuir los casos, durante la última semana de julio se reportaron 1,637 nuevos infectados entre niños –una cifra que no se observaba desde diciembre pasado cuando se alcanzaron 1,672 casos infantiles– según el reporte más reciente del Sistema Nacional de Protección Integral de Niñas, Niños y Adolescentes (Sipinna) con datos de la Secretaría de Salud”.

Por su parte el presidente, lleno de soberbia, ignorancia y servilismo a los poderosos, acusa de conservadores y “fifís”, con intereses políticos en contra de su movimiento, a los medios de comunicación y personas que cuestionan esa actitud irresponsable y pro neoliberal del gobierno de Morena.

Nadie duda que sería bueno el regreso a clases presenciales y el regreso a todas las fuentes de trabajo, lo que una parte importante de la población exigimos es que, tanto estudiantes (más de 33 millones de seres humanos) como todos los trabajadores, sean vacunados antes de que, por el llamado genocida del presidente y consortes, sea demasiado tarde.

Los estudiantes deben rebelarse, los obreros deben levantarse y protestar, y, junto con ellos, todos los que somos pueblo debemos organizarnos y luchar, para poner un alto definitivo a la mal llamada “Cuarta Transformación” porque no solo atentan contra la economía del país, contra la seguridad pública y privada de las personas, contra la salud de los mexicanos, contra la libertad de los que se atreven a disentir, sino que ahora atentan contra la propia vida de lo más preciado que tiene la sociedad, si atendemos a su futuro y a la economía nacional: sus niños, sus jóvenes y sus trabajadores.

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