Ojalá yo me equivoque, y lo que vimos el domingo 4 de abril haya sido solamente un incidente ocasional que se presentó como una “nota” periodística.
Resulta que, en pleno evento de arranque de la campaña de la maestra Hersilia Córdova Morán, candidata a diputada federal por el Distrito 13, realizado en Izúcar de Matamoros, Puebla por la tarde de ese domingo, se presentó un joven de unos 25 años de edad, chamarra negra y casco de motociclista, quien dijo llamarse Porfirio Villanueva, con la intención de ser recibido en ese momento por la maestra Hersilia; las personas a cargo de la seguridad del evento le impidieron acercarse a ella, pues en ese momento estaba dando su mensaje. Llamó la atención su reacción cuando lo detuvieron: gritos estentóreos pidiendo auxilio, gritos agudos como si lo estuvieran torturando, con toda intención de atraer las miradas y la adhesión de los curiosos.
¿Qué quería? Aparentemente, quiso utilizar el evento de inicio de campaña para denunciar un supuesto fraude cometido en su contra por líderes de Antorcha, quienes, dijo, hace algunos años le dieron un terreno en Atencingo, Chietla, pero después se lo quitaron. Me llamaron la atención dos circunstancias de este hecho.
Primero, el comportamiento del denunciante, Porfirio Villanueva. Estaba en extremo nervioso, mostraba unos papeles que llevaba en un folder, sudaba y hablaba con la respiración muy agitada, haciendo pausas para respirar, como alguien que acaba de correr cinco kilómetros. Eso no era normal, pues, por su chamarra y su casco, se ve que llegó en moto.
Segundo. La entrevistadora llamada Lidchy Cano, del medio digital Ángulo noticias, le hacía preguntas muy dirigidas: ¿qué terreno?, ¿dónde se ubica?, ¿quién te dio el terreno?, ¿son los terrenos que se ubican en El Cascalote?, ¿qué es lo que quieres pedir en este momento?, ¿cuándo trabajaste para ellos (los antorchistas)?, ¿te dieron tu terreno y luego te lo quitaron?
¿Por qué tanta insistencia de la entrevistadora? ¿Por qué ella misma es la que tuvo que decir la ubicación del terreno en El Cascalote? Eso es lo que me hace sospechar. Para nadie es un secreto que uno de los ataques recurrentes contra el Movimiento Antorchista es el que se refiere a que sus líderes “roban terrenos”, “invaden predios”, “se hacen ricos traficando con terrenos ajenos” y otras lindezas por el estilo.
¿La entrevistadora vio una oportunidad para hacerse de una nota “bomba”, esperando tal vez escuchar el nombre de la misma maestra Hersilia como defraudadora? ¿Hubo acuerdo previo entre la entrevistadora y el joven denunciante, un parlamento memorizado que al final se le olvidó (por eso los nervios tan visibles) o, incluso, puede haber “alguien" detrás de estas dos personas, moviendo la tenebra? No se puede afirmar, pero todo es posible.
Son tiempos electorales, y vemos a diario cómo los aspirantes a un cargo de elección popular, sobre todo del partido en el poder, se ponen cada vez más violentos; no dudan en echar mano de las peores prácticas para quitar de en medio a quien les hace sombra, o bien, la delincuencia tiene más libres las manos en estos días. Hay muchos ejemplos, como lo ocurrido el mismo lunes 5 de abril, en la zona mixteca: Edith Villa Trujillo, líder del Movimiento Antorchista y candidata a presidenta municipal del PRI por Santa Inés Ahuatempan, fue despojada de su camioneta y otros bienes personales, bajo la amenaza de armas de fuego, con golpes e insultos.
Como se puede notar, vale la pena estar desconfiados y muy atentos.
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