Vivimos en una sociedad en decadencia, por la que no podemos ni transitar libremente por la calles y avenidas, ni en el transporte público, porque el miedo nos invade por la ola de delincuencia que azota al país, donde los cuerpos de seguridad han quedado rebasados para atrapar a quienes infringen la ley.
Todos estos problemas sociales tienen su origen en la mala distribución de la riqueza. El sistema en el cual nos desarrollamos, el capitalismo, cada día va concentrando más en unas cuantas manos la riqueza que todos producimos, para que los dueños de los medios de producción, la clase rica, se la embolse sin ningún tipo de remordimiento de conciencia.
Esta situación es por demás triste, ver cómo niños desde muy temprana edad se enrolan en la delincuencia organizada, en bandas criminales en las que terminan convertidos en asesinos desalmados. Esto desata una serie de delitos de toda clase, y muchos hacia las mujeres que se vuelven vulnerables ante estos ataques. Esta ola de violencia hacia las mujeres en la sociedad entera constituye un grave problema de salud pública y una violación de los derechos humanos.
Las estimaciones mundiales publicadas por la Organización Mundial de la Salud (OMS) indican que alrededor de una de cada tres mujeres en el mundo (35 por ciento) han sufrido violencia física y/o sexual de pareja o violencia sexual por terceros en algún momento de su vida.
“Bajo el gobierno de Andrés Manuel López Obrador, la violencia contra las mujeres se ha acentuado. En los tres primeros años del actual sexenio, delitos como feminicidio, homicidio doloso, violación y violencia familiar han registrado números récord. El feminicidio, que es la forma más extrema de violencia contra la mujer, rebasó por primera vez las 1,000 muertes en un año. En 2021 se reportaron 1,004 feminicidios, la cifra más alta desde 2015, año desde el cual tiene registro el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP). El reporte Impunidad en homicidio doloso y feminicidio en México 2020, presentado por la organización Impunidad Cero en noviembre pasado, revela que el 51.4 por ciento de los feminicidios en el país no fueron resueltos. A ello se suma que México carece de Ministerios Públicos y jueces que puedan investigar y dar sentencias”. (Expansión, 26 de enero de 2022).
Esta es la triste realidad que padecemos en el país; no hay para dónde hacerse, por un lado los maleantes que acechan, y por otro, un gobierno que se autoproclamó feminista para ganar en la campaña electoral la simpatía de las mujeres, pero que en los hechos viene aplicando medidas que dañan a las mujeres mexicanas, como la desaparición del Instituto de Desarrollo Social (Indesol) y su principal programa de atención a Mujeres Víctimas de Violencia, y las estancias también desaparecidas, con lo que dejó en abandono a las madres trabajadoras y violentó el derecho de los menores al cuidado.
Así que por más que López Obrador grite como loro que su prioridad son las mujeres, los hechos lo desmienten y los desnudan como un mal mandatario que solo sabe tomarse fotos con las funcionarias públicas afines a su partido, para que los bobos puedan percibir el gran cariño que les profesa a sus compañeras. Situación por la que no se sabe si reír o llorar, porque denota un grave atraso del presidente para dirigir los destinos del país.
Ocho de marzo, Día Internacional de la Mujer. Nos dedican muchos abrazos y felicitaciones vía redes sociales, tratan de enaltecer la figura de la mujer en el transcurso de los tiempos. ¿Sin embargo, hay algo que celebrar en México con la 4T dirigiendo su destino?, por lo anterior citado me atrevo a decir que muy poco.
Solo en el Movimiento Antorchista, que es una organización auténtica sí hay motivos, a pesar de que en este país muchas mujeres son pisoteadas por las injusticias que trae consigo este sistema rapaz en el cual vivimos, pero no sólo las mujeres sino la clase que engloba a los trabajadores, la clase que produce las riquezas para que un puñado de ricachones las sigan acumulando, dándose los más costosos lujos.
En Antorcha, con una sola bandera, tanto hombres como mujeres poseemos mucho valor por ser compañeros que aportamos nuestro granito de arena para que la sociedad, por demás corrompida, se vuelva más justa y que los que menos tienen puedan conquistar mejores condiciones de vida.
Porque todo ser humano merece vivir sus días sin privaciones, sin carecer de lo más indispensable para vivir de forma decorosa; desgraciadamente este sistema no da para más, porque también se sabe de su decadencia, y muchos seres humanos tienen que vivir decenas de años de su existencia trabajando en labores por demás extenuantes y ganando lo que a veces ni siquiera les alcanza para poder alimentarse como es debido, mucho menos para curarse ni recrearse como un ser humano sano.
Por eso, el Día Internacional de la Mujer, todos los antorchistas lo celebramos con nuevos proyectos para impulsarlos y convertirlos en éxitos, porque todos éstos tienen el ingrediente especial de estar dedicados a todos nuestros hermanos de clase, los trabajadores de nuestra tierra que a pesar de ser quienes producen la riqueza no pueden gozar de ella, los que a pesar de vivir en un país rico en recursos naturales, todos éstos ya tienen dueño y los explotan para satisfacer su codicia y egoísmo.
Las mujeres y hombres que son parte integrante del Movimiento Antorchista son personas buenas que lo único que buscan es el bien para nuestra sociedad, y trabajan día a día sin descanso para atraer esos beneficios y contribuir con un mundo mejor y más justo para todos.
En especial a esas mujeres valientes que luchan incansablemente al lado del pueblo pobre de México y sufren con él, a ellas mi reconocimiento y admiración; tarde o temprano la historia les hará justicia y el pueblo mexicano sabrá reconocer su gran labor.
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