MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

México, sin control

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Falta poco tiempo para que el promotor de la llamada Cuarta Transformación y presidente de México, Andrés Manuel López Obrador concluya su mandato, dejando como herencia maldita una nación sin control, asediada por la inseguridad y la criminalidad, con verdaderos ríos de sangre corriendo por todos los rincones de la patria, con la impunidad de bandas del crimen organizado que parecen tener permiso presidencial para continuar enlutando los hogares mexicanos, en un sexenio que fracasó en ese aspecto y que tampoco atendió otros de suma importancia, acrecentando la miseria extrema o la pobreza, la falta de servicios médicos y educativos, sin empleo y sin lograr su fantasmagórica esperanza, en un tremendo caos que convierten a López Obrador en el peor presidente que ha tenido el país.

De acuerdo con las estadísticas de las propias instancias gubernamentales federales, desde que inició este sexenio, no ha pasado un solo día sin que haya muertos, asesinados a cualquier hora del día o de la noche, mientras que los encargados de velar por la seguridad de la población brillan por su ausencia o hacen que trabajen realizando investigaciones y demás, pero sin resultados efectivos, es decir, sin que haya detenidos o culpables castigados.

“Los voy a acusar con sus papás”, fue el más reciente mensaje esgrimido por el presidente hacia las bandas criminales, seguido del “abrazos no balazos” y otros más como el hecho de que quienes cometen esos aberrantes y reprobables hechos, también son seres humanos que deben recibir toda consideración.

El columnista Pablo Hiriart, aborda el tema bajo el encabezado de “Morena y el narco”, refiriendo que el país que se incendia tiene sin cuidado a López Obrador. Lo suyo es el insulto a quienes considera sus adversarios políticos.

No dudo que al escribir sobre esa situación, el comunicador sea tachado de pertenecer a los enemigos del presidente, porque es a lo que se ha dedicado en sus acostumbradas “mañaneras” a lanzar acusaciones en contra de quienes piensan diferente a él, que le hablan con la verdad sobre todo aquello que ha dejado de hacer y que está empantanando a la patria entera en la destrucción y el caos.

Hiriart, menciona que “la relación de Morena con grupos criminales del país nos adentra en un proceso electoral enmarcado por la violencia y el desgobierno. El presidente tiene el poder, pero perdió el control. Tiene el poder y eso le basta para meter a la cárcel a quien diga su dedito, menos a los grupos armados. Jugó con fuego e incendió al país”.

Asimismo, considera que el ejemplo de abrazos con los cárteles se replicó en su partido, que cruzó la línea roja y estableció la relación de servicios mutuos con los más siniestros grupos criminales y que a López Obrador le tiene sin cuidado el charco de sangre y fuego que se expande en el país que gobierna.

Recuerda por igual que en pasadas elecciones; “cientos de candidatos, precandidatos y autoridades de oposición fueron asesinados o secuestrados por las agrupaciones criminales en las elecciones intermedias. Otros optaron por bajarse la elección”.

Y se pregunta lo mismo que se sigue preguntando la mayoría de mexicanos; “¿Dónde están las investigaciones? ¿Dónde están los expedientes de cada caso?...¿Qué pasó con el secuestro de opositores previo a la elección de gobernador en Sinaloa?

Ha sido en medio de las mentiras y engaños a México entero, como el mandatario mexicano ha querido pasarse de gracioso, trayendo en la mira a la candidata de oposición Xóchitl Gálvez para caricaturizarla esgrimiendo un; “tamaleeees, a los riiicos tamaaaales”, que raya en la peor de las ofensas para las mujeres de la Nación, tratando de tapar el sol con un dedo y creyendo que con esas ocurrencias ofensivas la gente se olvidará del dolor que su fracasada inseguridad ha generado.

Porque es tan cierto que mientras López Obrador ofende a sus compatriotas, a los criminales les habla de Usted y tiene tiempo de sobra para visitarlos, a pesar de ser los responsables de mantener a los mexicanos con enorme miedo, con sus hogares enlutados y las voces de niños abandonados inundando de llanto el país, después de que sus padres fueron cobardemente asesinados.

Ya pronto se va López Obrador, la herencia que dejará debe apagarse, acabarse por completo, porque se trata de una fábrica de muertos que tendrá que cerrar sus puertas justo cuando el tabasqueño salga de Palacio Nacional con rumbo a su finca de Palenque.

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