En días pasados, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) dio a conocer, mediante su V Informe anual de la Relatoría Especial sobre los Derechos Económicos, Sociales, Culturales y Ambientales (Redesca), que México enfrenta la peor escasez de agua potable, hasta la actualidad, ya que se encuentra dentro de las 25 naciones con mayor estrés hídrico.
Lo anterior quiere decir que el 30 por ciento de los mexicanos que cuentan con el servicio de suministro de agua potable “no la reciben con suficiencia ni calidad”; sumado a esto, que uno de cada 10 mexicanos no cuenta con acceso a dicho servicio.
De acuerdo con los datos publicados por el Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI), solo la tercera parte de las viviendas mexicanas, es decir 471 mil 226 viviendas, reciben agua de manera diaria, mientras que 302 mil 709 lo hacen cada tercer día, otras 259 mil 200 la obtienen dos veces por semana y 222 mil 851 hogares una vez por semana.
“Se ve con preocupación que dado los elevados índices de falta de dotación de agua en varios lugares del país, esto pueda verse exarcerbado con el incremento de temperaturas, poniendo en riesgo la garantía de derechos y la posibilidad de tener una vida digna de millones de personas”, afirmó la CIDH.
Además, destacó un estudio elaborado por la Comisión Nacional del Agua (CONAGUA) en 2019, que revela que más del 80 por ciento de 95 sitios de monitoreo de la calidad superficial del agua en el estado de Puebla “se encuentran en semáforo rojo por fuerte contaminación provocada por la presencia de altas concentraciones de metales pesados, quimicos tóxicos y materia fecal”.
De igual manera, detalló que la poblemática de la infraestructura hidráulica y la escasa red de saneamiento “agudizan los problemas del agua en el país”. Y, a partir de los estudios realizados por el Instituto Mexicano de Tecnología del Agua, estima “se necesitarán más de veinte años para alcanzar la sostenibilidad y seguridad hídrica en México”.
Sin embargo, la CONAGUA, asegura que las sequías en el país son las “normales de cada año”, al menos así lo aseguró el director de dicho organismo, Germán Arturo Martín Santoyo, durante su comparecencia ante el Senado de la República, el pasado 21 de abril; por lo cual, descartó que se trate de un problema espicífico que se haya agravado en los últimos meses.
En el mismo informe, la CIDH asegura que “se observa con preocupación” que Petróleos Mexicanos (Pemex), haya sido calificada como una de las empresas petroleras más contaminantes del mundo.
La Relatoría Especial de la CIDH tomó nota también de los “siete riesgos preocupantes” en la operación de la empresa estatal, de los cuales, el primero es el ambiental o atmosférico, pues sólo entre los años 2018 y 2019, Pemex Transformación Industrial, que opera las seis refinerías del país, reportó aumentos del 32 por ciento en la emisión de dióxido de carbono, principal gas de efecto invernadero, y de 69 por ciento en óxido de azufre, principal causante de la lluvia ácida y enfermedades pulmonares.
Por su parte, especialistas consultados por la Organización Editorial Mexicana (OEM), durante la quinta sesión del Consejo de Crisis Climática, advierten que “la actual crisis del agua debe ser considerada como un asunto de seguridad nacional”. Además, se abordaron los riesgos que representa la falta del recurso líquido en ciudades como Monterrey, cuyos habitantes han enfrentado en las últimas semanas constantes cortes de agua ante la sequía de las tres principales presas del estado, o el Valle de México que concentra el mayor estrés hídrico de todo el país.
Los expertos coincidieron en que existe una enorme irresponsabilidad de parte del Gobierno federal, presididido por Andrés Manuel López Obrador, al vulnerar una de las pocas reservas acuíferas de agua dulce que tiene el país, con la construcción del Tren Maya. Así mismo, denunciaron un serio problema de falta de inversión federal en infraestructura para garantizar el suministro del agua a los mexicanos, ya que los recursos públicos se han concentrado en proyectos como el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles, la Refinería de Dos Bocas y la misma contrucción del Tren Maya.
¿Qué dijeron los expertos de la OEM durante el Consejo de Crisis Climática? Cito textualmente algunos de los participantes de este Consejo (cita tomada de la nota del “Sol de México” publicada el 16 de mayo del 2022):
Raúl Rodgríguez, presidente del Consejo Consultivo del Agua afirmó que “no es necesario derogar la Ley de Aguas Nacionales, como se ha planteado, sino comprometerse con una mayor inversión pública en infraestructura.
Eduardo Vázquez, director ejecutivo de Agua Capital, destacó que “la falta de agua se ha convertido además en un problema de equidad en el país ya que está demostrado que, en su mayoría, son las mujeres quienes deben trasladarse para conseguir el recurso natural, lo que les resta oportunidad de realizar actividades productivas. También fomenta el ausentismo escolar”. Así mismo, destacó que “la Ciudad de México es la zona de la República con mayor estrés hídrico, fomentado por malas decisiones que se han tomado en la gestión del agua. Esto ha provocado la desecación de los lagos y una sobre explotación ya que se extrae más del doble del líquido del que se recarga de manera natural, al tiempo de que es cada vez más difícil el acceso a nuevas fuentes de abastecimiento. En este contexto, 26 por ciento de la población del Valle de México no recibe agua suficiente, 15 por ciento no cuenta con suministro de agua diario y 1.8 millones de personas se surten por tandeo.”
Francisco Ayala, activista socioambiental y consejero permanente de la OEM, aseguró que “lo que hay que cambiar es la relación que el ser humano tiene con el agua y dejarla de ver como una mercancía más.”
¿Qué acciones ha tomado el Gobierno federal para hacer frente a esta crisis de agua? Para sorpresa de todos, no se ha realizado acción alguna, por más mínima que pudiera ser, ante esta problemática. Mientras tanto, más de 50 millones de mexicanos tendrán que seguir padeciendo escasez en el servicio de agua potable, que es de necesidad elemental para el desarrollo y vida de la población. Todo parece indicar que al Presidente Lopez Obrador le interesan más sus obras faraónicas que atender a la población mexicana que a gritos pide se le dé abasto del vital líquido.
¿Cuánto tiempo le queda a México para evitar una catástrofe social? ¿Hasta cuándo la Cuarta Transformación hará algo para frenar esta crisis? ¿Cuándo el Gobierno Federal destinará recursos al mantenimiento y crecimiento de la red de suministro y saneamiento de agua? ¿Cuándo modificarán la operatividad de Pemex para reducir sus índices de contaminación?
Hago un llamado enérgico a las autoridades mexicanas para que tomen cartas en el asunto lo más rápido posible, puesto que el pueblo de esta patria se está muriendo por la falta de agua. ¿Hasta cuando nos dará agua señor presidente?
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